18. ¿Que te hicieron?

18K 744 173
                                    

* LA DE LA FOTO ES DIANA *

EMILY

La fiesta seguía un tanto oscura, la música no paraba y todos seguían bailando de manera extraña, supongo que es por el efecto del alcohol.

Sostenía la muñeca de la chica. La recuerdo, recuerdo ese rostro, ese cabello rubio que a diferencia de la anterior vez, está vez no lo tenía alborotado.

Al verme ella intento hablar, pero se detuvo, parece que ella ya me recordo.

¿Le invitaron a la fiesta? ¿Será una conocida?

—¡Diana! —la voz de Thiago nos interrumpió, se acercó a nosotros—. Pensé que estarías en tu cuarto —ella volteó a verlo—, ¿te animaste a bajar?

Él vio que ambas nos quedábamos calladas y parecía confuso al ver nuestras manos juntas.

—¿Se conocen? —nos pregunto, al ver que no respondíamos insistió—. Emily, ¿conoces a mi hermana?

¿Qué?

Ella era la hermana de Thiago.

Entonces yo... he estado callando todo este tiempo que abusan de su hermana o hasta donde yo creo, esas chicas agredieron a su hermana.

—Thiago, debo hablar un momento con tu amiga —hablo Diana.

—Esta bien —volteo a verme—, ¿Emily, después puedo hablar contigo?

Asentí con la cabeza y seguí a Diana quien subía las escaleras e ingresaba por un pasillo, deje de verlo al ingresar al pasillo, donde había muchos cuartos, todo era de color blanco, casi por la última puerta ella entro y supuse esa era su habitación.

—Entra —ordenó ella.

Entre a su cuarto el cual tenia una cama amplia, un armario, un espejo grande, un librero y escritorio con su laptop y lo que me llamo la atención era que tenía una puerta cerca a la cama. ¿Ese es un baño?

Me senté en una silla que estaba cerca a la entrada de su cuarto mientras ella se sentó al borde de su cama y dio un suspiro, levantando la mirada mirándome como si me dijera: Será mejor que no hables de lo que sabes.

—No necesitamos presentarnos, creo que ambas sabemos quiénes somos —dijo de manera cortante.

—Si.

—Lo que viste ese día en el baño, nunca paso.

Entonces mis dudas eran ciertas, si la golpeaban.

—Tu hermano no sabe de esto ¿cierto?, no deberías deci...

—¿Iras corriendo a decirle? —me corto.

—No, solo que yo —me puse de pie—, no creo que esto debas afrontarlo sola.

Resoplo. Hacerse la fuerte no servirá conmigo. Ella lo negare, lose. Porque todos alguna vez callamos nuestro dolor.

—¿Quién te crees que eres tú en mi vida?

—¿Qué? —fruncí el ceño.

—¿Pedí tu ayuda? —se puso de pie, camino hacia mi—. Claro que no, ¿pedí que seas como una amiga?, no. ¿Pedí que intervengas?, no.

—¿Te estás escuchando?, tienes que...

—Crees que porque eres amiga de mi hermano te da el derecho de meterte en mi vida, no necesito tu ayuda, ni la de mi hermano ni la de nadie, no vengas a querer darme consejos de cómo cuidarme —me volvió a cortar.

Ella hablaba como si no le importara que la golpearan, como si no le importara el daño que le hacían, pero estoy segura de una cosa, ella quiere dejar de pasar eso.

INFELIZMENTE FELIZWhere stories live. Discover now