33. Todo lo que pasamos por esto

17.8K 659 244
                                    

EMILY

—¡Papito! —grite corriendo al verlo entrar por la puerta.

—¡Mi princesa! —exclamó él con alegría, extendiendo sus manos para poder abrazar a aquella niña pequeña.

Rodee mis manos por su cuello, él me cargo y me dio un beso dulce en mis mejillas, me sonrió, tenía el cabello rubio y ojos del mismo color que los míos, yo era sus ojos y el era los míos, una barba aun no afeitada, una sonrisa que mostraba sus dientes, una mandíbula muy bien formada, vestía una camisa celeste y unos jeans negros.

—¡Mamá, llego papi! —anuncié.

Mi madre apareció con una cartera en un hombro, sonrió, se acercó a mi padre dándole asi un beso corto.

—Llegaste más temprano de lo habitual —expresó ella.

—Bueno, uno siempre debe darse algunas escapadas para ver a su familia.

—Papito, ¿llegaras mañana temprano para mi cumpleaños? —pregunte ansiosa.

—Claro que si mi princesa —me dejo de cargar—, nunca me perdería a mi niña con su vestido.

—Mamá me contó que cuando tenga quince años llevare un vestido muy, muy gigante y largo, con una corona de princesa.

—Y ahí estaré yo para bailar a tu lado.

—¡¿Enserio?!

—Claro que sí, no solo eso, también te llevaré de la mano hacia tu trono.

—¿Y yo?, me están excluyendo —dijo mi madre haciendo pucheros.

—Claro que no mi amor —mi padre se acerco a ella y le dio otro beso corto—, tú serás mi Reyna.

—¡Y yo tu princesa! —dije alzando las manos.

Aquella niña se sentía valiente, esa niña era tan impredecible, sonreía por todo y por nada, no lloraba en silencio y mucho menos sentía miedo hacia las personas. Era tan feliz.

¿Qué le paso a aquella niña? ¿Por qué tube que cambiar?

—¿Mamá? ¿Papá? —el escenario había cambiado.

—¡Lo intente de acuerdo! —grito mi padre.

—¡Solo te pedí que llegaras al cumpleaños de tu hija, solo te pedí eso! —exclamó mi madre muy enojada.

—¡Entiende Aurora, tenía muchas cosas que hacer en la empresa!

—¡No entiende tu Axel, solo te pedí que llegaras puntual o al menos a la hora del pastel!

—Esta bien, acepto que me equivoque, pero aún no acaba el día, vamos por unas pizzas y disfrutemos...

—¿Crees que eso se soluciona asi? —resoplo—, no importa si vamos a una pizza o no, ¡te espere!, ¡te esperamos!, Emily no quiso soplar sus velas hasta que llegaras, ¡estoy harta!, te lo dije por un mes entero, ¡te pedí que para ese día desocupes todo! ¡Te lo roge maldita sea!

—Cállense por favor —dije en tono bajo— mamá no grites a papá —ellos no me escuchaban y seguían discutiendo, enfrente mío—, papá no le grites a mamá —ellos seguían discutiendo, los gritos aumentaban y yo sentía que tocó se repetia en mi cabeza, cada grito, cada insulto, sentía miedo—. Papitos ya no discutan por favor, ya no.

Ellos no me veían, ellos seguían discutiendo, no notaron mi presencia. Tomé las manos de mi papá, pero aún así no podía verme, ni sentirme, corrí hacia mi mamá a abrazarla, pero al igual que mi padre, ella tampoco me sintió.

INFELIZMENTE FELIZWhere stories live. Discover now