47. Ciclos que se deben cerrar.

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THIAGO

No sé a quién golpeaba, alzaba mi puño por impulso y golpeaba a esa persona que ni yo mismo reconocía, solo podía pensar en cómo estaban mis amigas, mi hermana, en cómo lastimaron a mi Emily.

─Thiago ─no supe quien dijo mi nombre, pero sí supe que debía parar.

Solo que no sabía cómo.

Debía detenerme, debía parar.

Sentí un fuerte dolor en la cabeza, no debía seguir, por unos instantes me sentí mareado, mi cuerpo pedía seguir, pero no quería. Esta era una lucha conmigo mismo.

Por unos instantes me fijé en quién estaba golpeando, solo un segundo bastó para detenerme. Estaba golpeando a Emilio, pero él no me veía a mí y ni buscaba que me detenga, miraba a otra persona, creí que sería Sofia, pero cuando me fije en ella me di cuenta que Samy junto a ella estaban defendiéndose, pero se detuvieron al mirar a una persona en especial.

Sentí que volví a tener el control de mi cuerpo, ahora lograba oír el sonido del mar, era como si mis sentidos regresaran a mí. Hace años que no me sentía así.

Pero ya no importaba eso, necesitaba ver a alguien en especial.

Necesitaba verla a ella, a mi Emi.

Mire hacia la dirección en la que lo hacían todos.

La desesperación llegó a mi cuando la vi forcejear con Mailot una navaja, antes de que me moviera para detenerlos, la navaja ya había penetrado cerca a sus costillas.

Me puse de pie de inmediato y empuje a un lado a Mailot, rodeé con una mano la espalda de Emily para que no cayera al suelo, con la otra mano acariciaba sus mejillas.

─Emily... ─trague saliva─, tranquila, esto no...

─Regresaste en ti ─sonrió─, me alegro.

─Vámonos de aquí ─dijo una de las chicas con las que peleaba Sofia.

Todas ellas salieron corriendo, una de ellas tomó el brazo de Mailot para sacarlo de ahí. No me importaba si huían o no, en estos momentos solo me importaba que ella no cerrara los ojos, porque a pesar que esa navaja no produciría una muerte, si provocaba daños internos en ella.

─¡Emily! ─el grito de desesperación de Pol hizo que todos menos yo volteara a verlo.

Al instante sentí como Rodrigo se ponía al lado mío, impactado.

─Pol saca de cualquiera de esos cuartos sábanas, ropas y todo lo que sea de tela ─ordenó él─. Emilio, ayuda a las demás con sus golpes.

Los dos le hicieron caso mientras yo no sabía qué hacer, era como si no pudiera moverme.

─Thiago ─el llamado de Rodrigo hizo que volteara a verlo─. Te necesito aquí.

Demoré un corto tiempo en darme cuenta que no debía quedarme sin hacer nada. Asentí.

Pol apareció con muchas sábanas que sacaba del cuarto, Emilio también sacó algunas sábanas y cubrió a Samy y Diana. Samy se encargó de desamarrar a Diana y ponerla de pie. Emilio consolaba a Sofia mientras ella trataba de acercarse a nosotros, pero él se lo impedía mientras la abrazaba.

─¡Emily! ¡Suéltame, Emilio! ¡Tengo que asegurarme de que ella esté bien! ¡Thiago, dime que ella está bien, que alguien me diga algo malditasea! ─gritaba ella con desesperación y llanto.

Pol nos dio las sábanas y corrió hacia Diana y Samy para ayudarlas.

Rodrigo puso una sábana como almohada para que yo recostara a Emily; ella aún tenía sus ojitos abiertos mientras sonreía al verme. Cuando la recosté tomé su mano mientras Rodrigo pasaba las sábanas alrededor de la navaja que seguía incrustada en Emily.

INFELIZMENTE FELIZWhere stories live. Discover now