INFELIZMENTE FELIZ

21. Preguntas sin respuestas

*LA DE LA FOTO ES CAMILA *

EMILY

Está bien, lo reconozco, estoy corriendo, pero el uniforme me impide correr más, odio el uniforme ¿Por qué los uniformes de las chicas tienen que ser una falda?, prefiero los pantalones, es decir son más cómodos.

Pero hoy no vengo a quejarme de mi uniforme, aunque tampoco puedo quejarme de que estoy llegando tarde porque fue mi decisión dormir más. Estaba cerca de la escuela, estaba agitada con el poco valor que tengo debo de tocar la puerta del salón, necesitaba a Sofia para poder pasar esta vergüenza juntas.

Sin más que decir respire un poco y toque la puerta, después de segundos de infierno la maestra de química me abrió.

—Buenos días —salude, con un tono inocente y una sonrisa falsa.

—Emily Lewisp que milagro que llegues un poco más temprano que antes.

—¡¿Enserio?! —exclame sorprendida.

—Claro, si llegabas dos minutos más tardes seria como siempre, pero esta vez llegaste dos minutos antes de tu hora habitual —la ironía con la que se expreso la maestra solo me dio a entender una cosa.

Esta molesta.

—Disculpé —dije, agache la cabeza.

Ya ni razón daba decir que no volvería a suceder porque ya se lo dije varias veces.

—Señorita Lewisp esta será la última vez, para la próxima citare a tu madre.

Levante mi cabeza de manera repentina, quise decir algo, pero como la maestra me fulminaba con la mirada eso hizo que no dijera nada.

Ok sé que no tengo un buen expediente en puntualidad, pero llamar a mi madre, por supuesto que no, eso no me ayudaría y mucho menos ahora que estoy empezando a llevarme mejor con ella.

Asentí con la cabeza, haciéndole entender que entendí el escarmiento.

—Adelante —dijo la maestra mientras habría paso para que ingresara.

Después de lo ocurrido empezamos la clase con normalidad y no entiendo nada, necesito captar todos los números y letras que están ahí escritas en la pizarra, todo era normal cuando matemáticas y química eran solo con números, pero le metieron el abecedario y asi uno no puede estudiar.

—Muy bien chicos, necesito que se agrupen de tres para poder enviarles un tema a cada grupo.

Sofia y yo nos dimos una mirada de complicidad, siempre hacíamos los trabajos juntas, mayormente pedíamos hacerlo de dos a la maestra porque no socializábamos con los demás, tomé una hoja donde puse nuestros dos nombres para entregárselo a la maestra, ella ya estaba acostumbrada que el trabajo lo hagamos las dos.

Mientras Sofia y yo nos pusimos de pie para darle nuestros nombres juntos, Sofia se detuvo, me quedé viéndola y vi que dirigía su mirada hacia Samy.

Hemos estado juntas casi todo estos días, y se que Sofia también se encariño con ella.

—Samy también es nuestra amiga —dijo ella intentando hacer que nos acerquemos.

—Creo que los integrantes tienen que ser de tres y no de dos —recalque.

Sofia volteo al escuchar lo que dije, me dio una sonrisa, para después acercarnos a Samy quien estaba sentada haciendo garabatos en una hoja.

—Samy —hable mientras ella levanto la cabeza para vernos—. Necesitamos a una persona para el grupo.