28. ¿Un hijo o un objeto?

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EMILY

No debería sentirme como si hice algo mal, en realidad no hay nada de malo que un amigo venga y que otro aparezca ¿No?

—Ya veo —la respuesta de Rodrigo era seca y directa.

—Emily, debo irme, necesito hacer algo —comentó Thiago ignorando a Rodrigo.

Asentí con la cabeza, le di pase para que se marchara, caminaba hacia su coche, mientras veía como se subió a su coche, decidí despedirme con la mano mientras que él solo supo mirarme y marcharse.

Rodrigo solo nos observaba, un tanto desconcertado, pero después abrí un poco la puerta invitándolo a entrar.

—Pasa, toma asiento.

Él no dijo nada e hizo lo que le ofrecí, cuando se sentó recién me hablo.

—¿Cómo esta tu pie?

—Bien gracias, no fue algo muy grave sinceramente.

El parecía demasiado cortante ya que se quedó callado por segundos y luego volvió a hablarme.

—¿De qué hablaste con Thiago?

—Vino a ver como estaba mi pie.

—Ya veo —suspiro—. Emily —la manera tan seca en la que decía mi nombre hizo que me inquiete— ¿Te gusta alguien?

No voy a negar que esa pregunta me sorprendió, y demasiada, pero ¿A qué viene esa pregunta?, y así, como si nada.

Supongo que debería responderle, ya que Rodrigo era el que me gustaba, eso es lo que yo siento.

Durante todo este tiempo nos acercamos cada vez más, me cuido cuando estaba mal de mi pie, incluso estuvimos a punto de ver el amanecer juntos, pase mucho tiempo con él, incluso nos besamos en la fiesta de Thiago, era lógico que quien me gustaba era él, era Rodrigo.

Entonces porque lo estoy dudando mucho, ¿será por la manera repentina con la que me lo pregunto? ¿O por miedo a que si le digo mis sentimientos me rechace?

Debo decir algo, me quede callada por mucho tiempo.

—Eh... —emití—, me llama la atención alguien.

—¿Quién?

«Piensa, piensa. Vamos Emily.»

—No, no lo conoces, es de otro lugar.

Use la típica respuesta, espero que él crea lo que acabo de decir.

Él se quedó callado viéndome, les aseguro que su mirada era tan penetrante que incluso sentía nervios por el siempre hecho de que respiraba.

El sabe que miento, se dio cuenta de que acababa de mentir, su mirada, la manera en la que me veía, ¿era decepción? o ¿Tristeza al ver que no puedo contarle eso?

—Ok —un silencio invadió toda la sala—. Emily, quiero pedirte algo.

—Dime.

—Si gano la competencia de fútbol, quiero que que aceptar algo que yo te pida.

—Hablas sobre el festival deportivo, ¿cierto?

—Sí.

Es decir, estaba asegurado que debía aceptar algo que el me pida, ya que no ha perdido ningún campeonato de fútbol hasta ahora.

—¿Qué sera?

—Es un secreto, tu solo lo aceptarás.

—¿Es algo malo?

INFELIZMENTE FELIZWhere stories live. Discover now