INFELIZMENTE FELIZ

23. Creo en ti, amigo

EMILY

Y como era de costumbre salí corriendo para llegar a la escuela, a solo dos meses de dejarla y yo sigo igual.

Siento mucho estrés y no solo me refiero a los exámenes, también a que carrera tomaré, ¿qué si tengo pensando en algo?, tengo opciones, pero aun no son muy concretas.

Saque todos esos pensamientos cuando estaba al pie de la puerta de mi clase, toque la puerta, pero nadie me abría, espere algunos segundos y cuándo se abrió me pareció extraño que quien la habrá sea Sofia.

—¿La maestra? —pregunté frunciendo el ceño.

—Eso es lo que todos nos preguntamos —suspire con alivio al saber que no seré regañada—. Miremos el lado bueno, esta vez no serás regañada por llegar tarde.

—No hablemos de eso —mire hacia arriba, señalando mi cabello—. Vez esto, la cola que hice fue la de una chica que corría y se amarraba el cabello al mismo tiempo.

—Osea... lo normal.

—Sabes, eres muy distinta a las otras mejores amigas.

—Lose, soy especial.

—No lo decía por eso —me detuve—. Olvídalo, ¿nos sentamos?

Durante casi la mitad de la clase la maestra no llegaba y nadie sabía la razón, estaba aburrida y me canse de garabatear mi cuaderno, me puse de pie para poder salir al servicio.

—¿A dónde vas? —preguntó Sofia.

—Al servicio, ¿vamos juntas para pasear un momento?

—¿Si la maestra llega?

—Si es asi le decimos que salimos y ya solo serán minutos.

Díganme mala influencia, pero sinceramente prefiero salir un rato que estar aplanando mi trasero contra esa silla.

—Está bien, pero vamos con Samy también —propuso.

Acepte. Caminamos hacia el asiento de Samy que estaba en la otra esquina de nosotras, ella tomo un poco de aire, parecía cansada o ¿estaba preocupada?

—Samy, ¿vamos un rato afuera? —ella reacciono con la pregunta de Sofia.

—¿Eh? —se quedó callada—, claro.

Nos pusimos de pie y salimos del salón las tres, fuimos al baño donde encontramos a dos chicas quienes estaban maquillándose, pude reconocer a una de ellas, era la chicas que Rodrigo había rechazado fríamente, pero al parecer no se dieron cuenta de nosotras, las tres ingresamos a baños separados.

Me gustaría ser de las chicas que no se ponen a escuchar los chismes de otras, pero ese no era mi caso.

Ellas dos empezaban a reír y algo dentro de mi quería saber que era.

—Ayer en la fiesta, Rodrigo, se me declaro —creo que la chica que rechazo Rodrigo dijo eso.

Escuchar eso hizo que me quedara más muda de lo que estaba ahora, no sabia que Rodrigo estaba interesado en ella.

—Enserio, ¿qué le respondiste? —preguntó la otra

—Pues que si, es obvio, quien se negaría a estar con él.

—No sabía que él estaba interesado en tí.

—Pues ya vez que si, ahora estoy con el chico que muchas quisieran estar, y no solo eso, nos dimos un beso.

—Bueno, varias se besaron con Rodrigo así que...

—Si, pero yo fui una oficial, esa es la diferencia.