INFELIZMENTE FELIZ

43. Una nueva amenaza y la reconciliación

SAMY

Si ella fuera de confiar, si tan solo ella fuera como Sofia, podría aceptar.

Pero, es Camila, podría mencionar mi nombre, podría amenazarme.

Puede no decir mi nombre, por un tiempo, pero después viviré con sus amenazas.

¿Pero podría arriesgar?

Mire la bolsita. Rodrigo sabe que acabaré mal y aún así confía en mí, él es un gran amigo, ¿Unirme con Camila?, No. Él se decepcionaría de su amiga y yo de mi misma, que se joda Camila.

—No —respondí firme, sonriendo.

—Creí que sería mucho más fácil manipularte, así como Emily lo hizo contigo, ¿no?

La miré directo a los ojos, mostrando que no podria intimidarme, pero un poco, tan solo un poco de mi gesto hizo que me mostrara confusa.

—Ja —solté una risa sin gracia—, Ya no sabes ni lo que dices.

—No, Samy, manipular a Jimena y Xiomara no te hace la heroína, no mientras te manejaba Emily.

Levante el mentón, sin mostrar miedo, incitando el mismo peligro que el que ella tiene.

—¿Necesitas algo más?, no tengo tiempo para querer escuchar tus locuras ni mucho menos verte.

—Sabes, me pregunté cómo es que Thiago y los demás estuvieron en aquel lugar, porque su rostro de sorprendidas daba a relucir que ni ustedes mismas creyeron que ellos estaban ahí. Sabía que había una traidora entre las amigas de Andrea, solo que —soltó una risa—, no creí que fueran las dos juntas, ¿tienes idea de lo que les hice para que confesaran por lo que hicieron? —pregunto.

—No me importa saberlo.

—Debería, porque ahora Samy, seré yo tu peor enemiga, te daré donde más te duele, te quitaré todo, lamentaras subir esos videos y dejarme en ridículo.

—No sé de qué hablas.

—¿Segura? —la miré a los ojos—, fuiste tú quien publico esos dos videos, de la fiesta de Thiago y de la cafetería.

Las personas suelen decir que antes del peligro, está bien prepararse, tener con que defenderse.

Y eso fue lo que hice.

Thiago salió corriendo, dejando su fiesta de lado, dejando su casa, salió corriendo cuando hace unos instantes tuvimos una discusión, salió corriendo y quiero creer que no fue tras ella, tras Emily.

Yo: Necesito que vengas ahora.

Rodrigo: Estoy ocupado, háblame mañana.

Yo: Es ahora o nunca Rodrigo, hay un problema, alguien escucho todo lo que dijimos en el jardín.

Rodrigo: Dejaré a Emily en su casa e iré para haya.

Me quedé afuera esperándolo, cuando lo vi llegar en su coche después de mucho esperar el bajo, con un rostro de pocos amigos, él siempre andaba de amargado, pero esta vez, incluso a mí me intimido un poco.

—¿Quién fue? —pregunto al instante al tenerme cerca de él.

—Camila —respondí. Él soltó aire molesto.

—¿Sucede algo?

—No —respondió cortante—, ¿en qué deseas que te ayude?

—Definitivamente ella averiguar lo que escucho, entonces... necesito que se despiste.