44. Regreso el pasado

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El pasado es una parte nuestra que no se borra, o aniquilas al pasado o terminarás aniquilado.

EMILY

—¡Emily! —chillo Sofia.

—Tranquila, estará bien, te lo prometo —dijo Emilio, tratando de calmarla.

—¿Se va a morir? —preguntó Pol.

Todos guardaron silencio.

—N-no —respondió Diana—, no seamos negativos, estará bien, tranquilos.

—Es... es mi culpa, yo... yo... tengo la culpa —dijo Sofia con dificultad.

—¿Y Thiago? —preguntó Rodrigo serio.

—Junto a Emily —respondió Emilio.

Sofia mordió su labio agachando la mirada.

—¡Emily! ¡Thiago! ¡Bajen de una maldita vez de la camioneta, el gato! —exclamó desesperada Sofia.

Thiago y yo salimos con un dolor en la cabeza después de que la camioneta chocará con un árbol.

Al costado de la camioneta estaban todos reunidos, el gato estaba en el suelo, aún respiraba, sus ojitos estaban muy abiertos de la impresión, mientras que al llegar Thiago sacó su saco y junto a los demás tomaron con cuidado al gato.

—¿Se va a morir? —volvió a preguntar Pol.

—No, está así por el susto —respondió Diana.

—La camioneta... —Todos volteamos a ver a Emilio, quien estaba mirando el golpe que se hizo la camioneta mientras tenía las manos en la cabeza con un gesto de pocos amigos—. Me espera un regaño. —Volteo a ver a Sofia—. Suban al gato a la camioneta, cerca de aquí hay un pueblo, lo llevaremos a una veterinaria —sentenció.

—Esta vez yo manejo —anticipo Rodrigo.

—¿Por qué?

—Porque mientras Sofia esté al frente temo por mi vida —soltó Samy.

—¡No chocamos por un beso te lo recuerdo! —le recordó Sofia.

—No, pero eso no me dice que más adelante no chocaremos por esa razón —le dijo Diana.

—Está bien, Rodrigo conduce —aceptó Emilio—, pero vámonos ya.

Todos subimos de nuevo a la camioneta, en el camino el gato seguía sin reaccionar.

Manejaba Rodrigo y asu lado estaba Diana con Obito jugando, Pol estaba al último, mirándolos.

Yo estaba al centro de Pol y Thiago, delante mío estaba Samy, quien estaba al frente de nosotros, solo veía videos. Emilio tenía al gato y Sofia se sentaba a su lado.

No tardamos mucho en llegar, nos detuvimos frente a un veterinario y Emilio con Sofia entraron mientras nosotros los esperábamos; al cabo de veinte minutos ellos salieron sin el gato y subieron a la camioneta.

—¿El gato? —preguntó Pol.

—Se quedará ahí, al parecer es un gato abandonado que paseaba por este pueblo, lo están atendiendo, tiene muchas pulgas y está enfermo, lo van a tratar —explicó Emilio.

—La señorita nos comentó que hace un tiempo no veía al gato y pensó que se había muerto, el gato jamás se dejaba agarrar y bueno, es normal, lo abandonaron desde cría por eso su salud está grave —contó Sofia.

Diana miró a Obito y lo abrazó un poco más fuerte.

—¿Lo dejaremos ahí? —preguntó Diana.

—No, lo recogeremos cuando regresemos, nos dijo que lo tratara y es mejor que esté ahí por dos días, necesita comer, bañarse, sus vacunas y más cosas, es recomendable dejarlo aquí —explicó Emilio.

INFELIZMENTE FELIZWhere stories live. Discover now