INFELIZMENTE FELIZ

53. El primer paso hacia la venganza

THIAGO

Cerré los ojos para evitar que mis lágrimas caigan al suelo infinito, sentado en un banco del hospital me quede esperando que despertara.

Los médicos no decían nada, las enfermeras se movían de un lado a otro con varios documentos, nadie me decía nada de Emily. El no saber nada de ella me estaba matando, mi pecho dolía, era como si una parte de mí se estuvieras destruyendo.

Necesitaba saber algo de ella, necesitaba escucharla, ver sus hermosos ojos, ver su cabello rubio, necesitaba ver su sonrisa, la necesitaba a ella.

Eran las tres de la mañana y lo único que había hecho era enviarle un mensaje a Sofia diciéndole que Emily estaba aquí y que necesitaban a su madre.

─¡Thiago! ─grito Aurora y voltee a verla.

Venia hacia mía con lágrimas en los ojos y muy desesperada.

─¡¿Dónde está mi hija?! ─pregunto al tenerme al frente.

─No me dicen nada acerca de ella ─respondí.

─¿Por qué ella está aquí? ¿Qué le ocurrió?

─No lose... lo único que me dijeron es que la encontraron a las orillas del rio, puede que se haya caído ─confesé aun decaído.

─Pero... Emily estaba mal del tobillo por la caída que tuvo de las escaleras ─confeso.

─Había hablado con ella hace unas horas, la estaba yendo a recoger, pero... ─me detuve─. No sé qué paso.

─Ella y yo habíamos hablado, dijo que salió a tomar aire y... que regresaría, no... no lo entiendo.

─Tal vez si iba aún más rápido nada de esto...

─No es tu culpa Thiago.

─Necesito verla ─solloce─. No sé si podré aguantar mucho sin escuchar nada acerca de ella.

─¡Emily! ─grito Sofia mientras corría hacia mi dirección─. ¡¿Dónde está?! ¡¿Dónde está Emily, Thiago?!

─Se la llevaron, ahora mismo están con los médicos.

─Necesito verla, necesito ver que le está pasando.

─Sofia... no podemos ingresar aún.

─¡¿Por qué?! ¡¿Qué tan desesperada quieres que este para poder ver a mi mejor amiga?!

─¡Yo también lo estoy! ¡¿Crees que no lo estoy?! ¡Necesito saber algo de la única persona que amo!

─No quiero que se muera...

Aurora la abrazo, juntas lloraban y unían sus lágrimas por una sola persona, mi Emily.

Necesitaba mantenerme en pie, necesitaba hacerlo para que cuando ella salga por esa puerta pueda ir y abrazarla.

Pasaron casi quince minutos en los que no supimos nada, nadie nos decía nada y cuando preguntábamos no respondían porque tampoco sabían algo. La necesitaba, necesitaba saber algo de ella ahora mismo porque sentía que me estaba volviendo loco.

Entonces fue cuando esa puerta se abrió y de ahí salió el medico que era amigo de Laia.

─Familiares de Emily Lewisp ─dijo.

─Soy su madre, ¿cómo está mi hija, doctor? ─pregunto Aurora.

─En estos momentos se encuentra en un estado muy delicado, no podemos hacer mucho en estos momentos.

─¿Qué quiere decir? ─pregunto Sofia.

─Los golpes que recibió mientras el rio la arrastraba fueron muy fuertes, el peor impacto se lo llevo su cabeza y sus piernas, necesitamos que despierte para sacar una conclusión final.