INFELIZMENTE FELIZ

12. Mi pareja falsa

EMILY

—Chicos, ¿puedo preguntar algo?  —todos voltearon a verme un tanto intrigado, al percatarme de eso trague grueso—. ¿Cómo es que ustedes tres tienen coches?

Ellos tres se dieron una mirada e encogieron los hombros al mismo tiempo ligeramente, como decir: una pregunta sencilla.

—Este coche es de mi padre, pero no lo usan, así que es casi mío —contesto Rodrigo—, además, hace un mes cumplí dieciocho así que no hay problema con ello.

Mientras lo observaba también lo hacia al coche. Impresionante, yo ni una bicicleta tenía. Puede que tampoco la tenga porque jamás aprendí a manejarla.

—Este coche es mío, me lo comprarón mis padres hace semanas —respondió Emilio—, pero solo lo uso pocas veces y este es un buen momento para usarlo.

Sofía y él se dieron algunas miraditas, ella lo miro de pies a cabeza, bufo; mientras Emilio enarco una ceja. ¿Hay algo que no se?, ahora creo que sí hay algo.

Dejando de lado eso. Faltaba que alguien respondiera.

Todos miramos a Thiago intrigados por su respuesta.

—¿Eh, yo? —asentimos—. Me lo dieron hoy, como un regalo adelantado ya que mi cumpleaños es la próxima semana.

—¿Sabes manejar? —pregunte.

—No, Emily, acabo de llegar porqué este coche es automático y vuela.

—¡Enserio! —dijimos Sofia y yo sorprendidas.

—Diganme por favor que no creyeron eso —hablo Rodrigo.

Samy se rió y Emilio cerro los ojos hablando con su conciencia.

—Sofia, Emily. Si Thiago llegó hasta aquí, es porque si sabe manejar —aclaró Emilio.

—Ya sabía, era solo una broma —mintió Sofia.

—Mentira —soltó Emilio.

—Tu cállate.

—Y si me callas tú.

—Insoportable. —volteo a ver a Thiago—. Dejando de lado eso, dijistes que la próxima semana es tu cumpleaños.

—Si —respondió Thiago.

—Vale, yo también puedo preguntar algo.

—Ahora ya entendí porque tú y Emily son amigas.

—Ja ja, que chistoso eres Thiago —dije en un tono ironico.

—¿Qué pregunta, Sofia? —habló Rodrigo.

—No quiero que piensen que los discrimino o soy clasista, pero... ¿Por qué si tienen coches, parecen ricos y son inteligentes, están en una escuela pública? —pregunto Sofia con una sonrisa de angelito.

—Pues yo inicie en esa escuela sin tener nada y me quedé porque los trámites para cambiar de escuela son largos —contestó Thiago.

—Mi padre quiso ponerme ahí, nunca supe la razón, pero tampoco me opuse a ello —respondió Rodrigo.

—Mi padre dijo que no quería que me comportara como un engreído —contestó Emilio.

—Y al parecer no lo logro —soltó Sofia.

—¿Cuál es tu problema?

—Que respires.

—Cálmense —intervine.

—Pero, por otro lado, la escuela tampoco es tan pequeña —aseguro Samy—. De hecho mis padres se demoraron una semana en que yo pueda alcanzar vacante, ya que las colas eran largas.