Capítulo 7

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Esteban

Momentos antes...

Después de informarle mi nombre, ella simplemente me agradece con rapidez y sale por la puerta sin siquiera permitirme contestar algo, lo que me deja un poco desconcertado, pero no le doy importancia. Es una chica interesante, eso debo admitirlo.

Me acomodo en mi puesto de conductor y por el espejo retrovisor, logro verla caminando en la oscuridad en dirección a su casa, pero, noto que se va más lejos de lo que imaginaba, lo que me hace dudar de lo que me afirmo.

- Puff... - suelto el aire y sacudo ligeramente la cabeza - total, no es mi problema. Cumplí con traerla - levanto mis hombros hablando conmigo mismo en voz alta. Sin embargo, cuando la veo doblar la esquina en la siguiente calle a través del vidrio perdiéndose de mi vista, no puedo evitar sentir una incomodidad en el pecho. Es como un mal presentimiento o tal vez culpa si le pasara algo malo.

Lo pienso unos segundos mirando a la nada, pero finalmente accedo y sigo mi instinto que me hace arrancar mi auto a baja velocidad y buscarla por las calles un poco estrechas. No tardo mucho en verla a lo lejos en caminando por los lados más horribles, justo detrás de las casas principales, por lo que solo detengo el auto y espero de lejos sin que ella lo note, a que se adentre en donde supongo, si es su vivienda real, la cual no entiendo porque ocultó y evitó que la dejara justo en frente.

Miro la hora en mi reloj y cuando vuelvo mi vista al frente, mis ojos captan algo extraño. Una sombra en la puerta a donde ella se dirigía se le aparece y ella se ve sorprendida, incluso veo que retrocede un poco. Entrecierro los ojos tratando de detallar la persona que tiene en frente, pero es inútil, este vestido de negro en esta calle con poca iluminación y la distancia no ayuda mucho a ver siquiera sus expresiones con detalles. La presión en mi pecho se incrementa y me paso la mano por el cabello repetidas veces mientras me limito a observar y me intento autoconvencer de que solo estoy muy paranoico. Seguro en unos momentos ingresará sana y salva a su casa.

Me congelo por un segundo al ver que mi presentimiento no era del todo erróneo cuando mis ojos intentan entender su expresión de dolor cuando el hombre frente a ella la toma bruscamente del brazo dos veces y luego la intenta jalar para llevarla a algún lado. Tal vez sea un ex o su novio y están teniendo una pelea fuerte, normalmente no me entrometo en estas cosas, las personas en la normalidad suelen tener estos pleitos, las familias se odian entre sí, los amigos se traicionan y así. No puedo hacer nada para cambiarlo y me mantengo al margen, aunque parezca cruel, no me gusta entrometerme en problemas ajenos que me pueden también arruinar mi monótono y calmado estilo de vida.

Intento repetirme lo de siempre cuando veo estas situaciones, no es mi problema, no me involucraré en algo que no me convenga. Incluso logro encender el motor, pero todo mi autocontrol por alguna razón se empieza a desvanecer al ver como ella intenta huir y el la jala bruscamente de su larga y sedosa cabellera.

Sin darme cuenta en qué momento, mi cuerpo ya está fuera de mi coche hacia una dirección clara motivado por una sensación nueva e inexplicable dada la situación: deseo proteger a esa chica.

No alcanzo a pensar mucho, solo hago lo que mi adrenalina y rabia repentina me dice y es cuando me veo encima del hombre que momentos antes la estaba agrediendo, sintiendo su mandíbula y tabique rompiéndose bajo los certeros golpes de mis puños ya ensangrentados que no desean parar, es como si hubiera activado un frenesí.

- ¡Espera! - intenta jalarme alguien detrás de mí, pero mi mente no logra ver más que rojo, no entiende palabra alguna - ya déjalo ¡Esteban! - logro reaccionar al escuchar mi nombre de una angustiada voz femenina que apenas reconozco.

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