Capítulo 78

244 25 9
                                    

Esteban

—Un dedo más ¿no es divertido, Paul? —digo tomando una de las manos de su hijo sin ningún remordimiento—después de este sobran otros siete ¡yo de ustedes rogaria todos los días porque ella despierte! Porque nunca me canso de este juego—me río viendo el miedo en el rostro de Jackson.

El chico se sacude como puede en la silla a la que está amarrado y ni gritar bien puede por la mordaza en su boca cuando disparo arrancándole el tercer dedo de su mano derecha salpicando con sangre el suelo sucio.

—¡Ups! —me limpio los restos de líquido rojo que mancharon mi rostro—pero ya saben cómo es ¿no? Uno por cada mes que Hanna siga sin despertar, suena justo.

Guardo el arma en mi cintura y me acerco a Paul quien me mira con odio y nada de lástima por su hijo, solo se centra en mi mientras dejo que el chico sufra un rato. Su padre permanece colgado a la pared con las manos amarradas al techo completamente desnudo, que sienta lo que es la degradación sexual en carne propia porque a mi hija nadie le tuvo ni una pizca de piedad cuando estuvo en sus manos.

—No, no, no—niego en su rostro con el dedo índice—, no me mires así ¿no estoy siendo piadoso? Cuando terminé de arrancarte las uñas pude haber continuado con las de él, pero en cambio le doy el chance de que mantenga los dedos en su lugar si mi hija despierta, lástima que aún no ocurra ¡mejor suerte el siguiente mes, Jacky!

Veo que quiere decir algo y le retiro por unos instantes la bola de cuero que lo hace babear las veinticuatro horas del día, un juguete sexual para que luzca más como el animal que es. Toce cuando se la retiro y respira con dificultad por las contusiones en sus costillas.

—Ja, ¿Cuánto más planeas tenernos así? No te atreves a matarnos, nunca fuiste lo suficientemente hombre para hacerlo.

—Hmm tienes razón, no pasé tu clase de asesinar personas solo porque tu me lo mandabas, pero ¿adivina que si aprobé con un elevado puntaje? Exacto, tortura ¿Quién diría que tus propios métodos serian usados contra ti años después? Que graciosa es la vida.

—Cobarde, tortura es fácil, pero arrebatar una vida... —escupe sobre mi zapato, es repugnante—eso solo uno que tenga las pelotas bien puestas lo puede hacer.

—Acaso ¿Intentas manipularme para que termine con el sufrimiento de ambos? —pregunto con ironía elevando mis cejas y estallo en carcajadas pisando el pie descanso de su hijo cuando camino por el lugar con el hermoso sonido de su dolor llenando mis oídos—no gastes tus fuerzas en eso, a los dos los mandaré al infierno cuando mi niña abra los ojos, antes tendrán que seguir dentro de mi infierno para tener la certeza de que estén sufriendo tanto como a ella le hicieron sufrir.

Antes de que siga hablando vuelvo a colocar la bola de cuero en su boca para que se trague todo su veneno y no me siga fastidiando con su horrorosa voz, luego veo a Jackson gimiendo desesperado y le doy la oportunidad de hablar retirando la mordaza porque hoy me siento de buen humor.

—¡Ya lo he dicho muchas veces! ¡Déjeme ir, solo hice lo que él me ordenó! —exclama lleno de sudor en la silla tembloroso, también está desnudo y con el cuerpo casi completo porque el primer mes me inspiré y gracias a mi creatividad artística el chico hoy luce una maravillosa castración artesanal.

Definitivamente soy todo un artista.

—Claro... me imagino ¡pobre chico! —me dirijo a ambos abriendo mis brazos de forma teatral—debió ser muy difícil para ti cuando obligabas a mi hija a revolcarse con otros contra su voluntad o mejor aún—asiento recordando los detalles—, no imagino lo terrible que fue para ti golpearla cada que ella no quería hacer algo o cuando le hiciste esas marcas ¡con un cigarrillo! Todavía tiene las marcas en la espalda—lo tomo del cabello disfrutando de cada expresión de sufrimiento—¡no tienes excusa, maldito!

ATADOSWhere stories live. Discover now