Capítulo 50

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Esteban

Solo una semana, solo una maldita semana y ya no soporto más esto. Cuando me vendieron la idea de venir aquí fue pensando en convivir con la amiga de Erika, sus padres y sus hermanos menores, no me avisaron que tendría que lidiar con un tipo con evidentes aires de playboy que consigue a las mujeres que quiere con solo mirarlas y que es muy obvio que está pretendiendo a una esposa ajena desde el primer momento en que pisamos este asqueroso lugar.

Todavía recuerdo el primer día cuando la vi desde el balcón de la habitación tomada del brazo de ese aparecido muy feliz viendo todo, tuve que bajar usando toda mi fuerza de voluntad para no arrancarla de un jalón de su agarre.

Se me hace increíble pensar que me sentí mil veces mejor y más cómodo en el viaje de diciembre en un lugar completamente lejano a lo que me agrada, a como me siento en esta jaula de oro con estas personas. Es como si hubiesen conspirado contra mi y todo estuviese perfectamente planeado para que Erika simpatice con el niño rico con cara bonita que desea tener casualmente lo mismo por lo que he discutido tanto con Erika.

Toda la semana ha sido igual, Erika saliendo con Daisy, pero sin mencionar que también va su hermano a escoltarlas o guiarlas o lo que sea, siempre tienen una excusa y tengo prácticamente que autoinvitarme en los planes para no dejarlos solos. Para emporar el panorama, en las noches el escenario siempre es el mismo, con mi esposa dándome la espalda y yo imitándola porque para suplicar no estoy ahora, es más, mi molestia con ella ha aumentado desde que noté que a ella no les desagradan los gestos que se toma el marica ese con ella.

Es que no me crean tan ciego ¡la invitó a un picnic! Con su hermana, pero un picnic en un lugar finísimo con calefacción y no sé qué más tonterías ¿acaso parezco pintado en la pared? Y ella parece que no se inmuta con eso, no recuerda que es una mujer casada y que no creo que a ella le agradara si fuese al revés la situación. Que si, no puedo hacerle una declaración como ella a mí y que nuestro matrimonio no es el típico, pero seguimos siendo un matrimonio real ante la sociedad y también merezco respeto.

Juro que estoy a nada de explotar, no creo poder aguantar mucho más si la situación continúa así.

-¿Ha visto a mi esposa? -le pregunto a una de las empleadas en el pasillo cuando no logro localizarla en la casa.

La mujer me señala la ventana y veo a lo lejos como están jugando los tres a mojarse con el agua de la fuente del jardín, como si fueran niños pequeños muertos de la risa y casualmente Daniel solo ataca a mi esposa y no a su hermana. Ruedo los ojos e intento con todas mis fuerzas respirar profundamente para no ser un tóxico de mierda y prefiero optar por encerrarme en la habitación contando los números en mi cabeza hasta llegar al cien y mantener la calma y compostura para evitar bajar y ahogar al susodicho con el agua de la fuente.

-Solo dos semanas más... pronto nos iremos, solo aguanta. -me repito en voz alta mientras tomo asiento en una silla.

Erika

-¡Ya! me rindo-levanto las manos en señal de rendición intentando recuperar la respiración que se me acaba por tanto reír.

Daniel rodea la fuente intimidándome a manera de broma para luego alcanzarme y lanzarme al suelo rodando juntos quedando al final el sobre mí. No paramos de reír hasta que veo que por arte de magia a los alrededores ya no se encuentra Daisy, percatándome que estoy con un hombre sobre mi completamente solos y no debe verse muy bien si soy casada. Siento la mirada de Mackenzie desde su puesto lejano custodiando y eso es más que suficiente para reaccionar.

Lo intento apartar sutilmente y el entiende dejándose caer a mi lado quedando juntos costados en el pasto.

-¿No te gusta? -pregunta mirando al cielo.

ATADOSHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin