Capítulo 11

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Esteban

- Acepto - dice ella finalmente.

Esa afirmación me hace soltar todo el aire que estaba manteniendo en mis pulmones y me hace relajarme al ver que con esto tengo vía libre para ayudarla y obviamente, ayudarme en mi problema constante.
Fue duro cambiar de estrategia en un punto de la conversación, ya que inicialmente pensé que bastaría para convencerla el seducirla con mi fortuna, pero resulto ser una chica nada materialista aparentemente. Por lo que tuve que recurrir a sacar mi lado oculto que me suele provocar arcadas y ser un poco romántico en mi petición, pero eso no quiere decir que lo que le dije sea mentira, es verdad cada palabra que le prometí si aceptaba casarse conmigo. Sobre todo, la fidelidad y respeto que le daré de mi parte y que espero recibir de la suya, al igual que la trataré como una reina al compartirle todo lo que me pertenece. Lo único que pido es cumplir todo al pie de la letra para no dañar la vida el uno del otro.

Me levanto del sofá dirigiendo una ligera pero genuina sonrisa a Erika, quien sigue un poco pensativa. Le ofrezco mi mano para levantarse del sillón y ella acepta poniéndose erguida y con determinación, realmente admiro su actitud al estar en su posición y haber tenido que tomar una decisión como la que tomó ella en pocos minutos y bajo presión.

- Y ahora ¿Qué procede? – dice caminando a la ventana que da al frente de la casa dejándome pasos atrás.

- Ahora, iremos a hacer lo más importante – me pongo a su lado mirando el paisaje y sintiendo un poco de sol de medio día que entra por la ventana – compraremos los anillos y luego nos casaremos. Sencillo ¿no? – giro mi cabeza en su dirección para mirarla mientras levanto mis hombros y hacerle esto lo menos tedioso o estresante posible.

Ella asiente y voltea a verme escaneándome de arriba abajo mientras voy por las llaves de mi auto.

- Entiendo, vamos. – baja la mirada – solo iré por mi teléfono, lo dejé cargando desde anoche y lo olvidé arriba.

Se apresura a subir las escaleras y yo abro la puerta de mi casa para acercar mi auto y esperarla enfrente.

Erika

Subo a la habitación de anoche todavía pensando en la locura que voy a hacer. Reviso donde dejé cargando mi celular y cuando lo veo y lo tomo en mis manos lo primero que hago es encenderlo y ver como tengo más de ciento treinta mensajes y llamadas en total desde ayer en la noche hasta hace una hora que pararon. Mis manos tiemblan al leer el nombre que se posa en todas las notificaciones.

Mike...

Alto ¡ya basta de esto!

Se supone que lo que estoy haciendo es por mi protección, no debo temer de esta forma como antes, ahora se que en pocas horas tendré al menos dinero y algo de prestigio por un apellido para defenderme de este abusivo.

Tomo mi mochila con coraje y meto mi celular rápidamente para bajar corriendo por las escaleras. Veo la puerta principal abierta y en frente el auto de Esteban listo con el dentro, así que me apresuro a ingresar a este y creo que por más que intente de convencerme del nuevo valor que debo tener, es obvio que mi rostro no lo asimila muy bien porque Esteban parece darse cuenta de que algo va mal.

- ¿Qué pasó? Hace unos minutos te veías normal y ahora... ¿ya te viste en el espejo? – hago un gesto de extrañeza. El baja el parasol del copiloto, lo que me hace encontrar con un pequeño espejo en el cual veo mi rostro completamente pálido y desencajado.

Si estoy así con solo ver las notificaciones, no me imagino como estaría si hubiese visto el contenido de estas. Me debato si contarle o no a Esteban sobre la nimiedad que me puso en este estado, después de todo en unas horas estaremos casados y asunto arreglado ¿para qué molestar?

ATADOSWhere stories live. Discover now