❍ Capítulo 7

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A decir verdad, la situación que estaba viviendo no era incómoda y se agradecía la verdad, estaba en la casa de unos desconocidos que me salvaron la vida y que hubiera sido una situación incómoda me haría sentir bastante avergonzada de mí misma por la inmadurez y me estaría martirizando.

-Por favor, siéntete cómoda, justamente vamos a comer y luego habrá un pequeño postre - Comentó Toriel con calma.

De hecho, eran demasiado amables conmigo, asegurándose de que estuviera cómoda, segura y que, si necesitaba algo en algún momento, que se lo dijera, que no sintiera vergüenza. Demasiada hospitalidad.

Por el otro lado, estaban los dos chicos, Asriel y Frisk, quienes me miraban curiosos y se les notaba que tenían ganas de hacerme varias preguntas. Les sonreiría de forma calmada y amable para luego establecer una conversación con ellos.

-Os debo dar las gracias - Comencé con una sonrisa sincera. -, de no ser por vosotros, posiblemente no estaría en buenas condiciones, hay grupos en estas calles que no son muy agradables.

-Tranquila, nos imaginábamos que algo así podría pasar, por eso fuimos a ayudarte - Habló Asriel con calma, por el otro lado Frisk movería la cabeza en afirmación. -. Creo que mi madre ya nos presentó, pero igual forma - Señalaría al chico de camisa a rayas azules y moradas. -, él es Frisk, no es muy hablador, por no decir que apenas habla, le verás mover la cabeza o hacer algunos pocos gestos - Y luego, se señalaría. -, y yo soy Asriel, hijo de Toriel y Asgore.

-¿Frisk no es tu hermano? - Pregunté sorprendida.

-Mi madre siempre dice que Frisk es como su hijo, pero no es así, no sabemos de qué familia viene, tampoco recuerda mucho su pasado... Por no decir que no sabe nada de él, solo lo que ha vivido con nosotros.

Esta respuesta me dejó sorprendida, al parecer no era la única rara que no recordaba su pasado hasta cierta edad y a decir verdad se agradecía, pues al menos me sentía ciertamente acompañada en este aspecto. No niego que cuando me terminó de explicar, miraría a Frisk, un rostro serio, pero que mostraría una sonrisa ligera al final. Le sonreiría de vuelta, debo resaltar algo de él y es que me sorprendió un poco que me pudiera ver con los ojos casi cerrados.

-Creo que debería presentarme entonces - Hablé tras esos pocos segundos de silencio. -. Me llamo Ursula, Ursula Dandrina, una joven chica de diez y siete años, sigo aún estudiando - Al presentarme, podría ver como Frisk se sorprendería, dando unos ligeros toques al hombro de Asriel.

-¿Dime? -Acercaría su oreja a la boca de Frisk para que le susurrara. -. ¡Oh! ¿¡Es ella?!

-¿Ocurre algo? - Pregunté confusa. No era de mi constancia que fuera alguien famosa y que preguntara eso me dejó ciertamente desconcertada.

-¡Alphys! Seguramente te suena ese nombre - Moví la cabeza en afirmación. -, ella es nuestra amiga, nos comentó de Elena y de ti, le caísteis muy bien.

-Vaya, me alegra saber eso la verdad - Notaría cierta vergüenza, pero sonreiría con calma, no pensaba que ser tan amable provocaría esto. -, nos sorprendió ambas que ya el primer día tras vuestro acuerdo, los monstruos pudieran trabajar y hacer vida normal como nosotros - Pude ver cierta cada de confusión en ellos. - ¡N-No a mal! Comprender que es extraño, a nosotros nos pareció de maravilla, pero no a todos les parece así de bien por desgracia.

-Sí bueno, tuvimos nuestras dificultades, pero pudimos demostrar que somos buenos, no como antes, aunque de igual forma, nos pusieron a prueba - Explicaría Asriel, se podía notar cierto nerviosismo mientras miraba hacia la cocina.

-¿A prueba? - Pregunté sorprendida.

-Por desgracia sí, querida - Justo en ese instante Toriel haría presencia entrando por el comedor, trayendo ya la comida en una olla mediana para colocarla en la mesa, mis tripas rugían de hambre. -, a pesar de los años de diferencia y de generaciones siguen creyendo que somos unos violentos sin control, por ello estamos en una prueba durante un mes o más - Suspiró Toriel de forma apenada. -, pero bueno, eso es otro tema que podremos comentar más tarde, me imagino que ahora tendréis mucha hambre, así por favor, no esperéis más.

Toriel me era un amor de persona, demasiado cuidadosa, amable, cariñosa, siempre se preocupaba, incluso por tonterías que podías decir, "pero si no es para tanto", pero para ella si lo es, hasta cierto punto podía decir que es demasiado protectora con sus hijos y conmigo, pero decirle algo ante su manera de ser me parecía mal educado.

Si algo podía decir, es que su comida y el postre eran deliciosos, que maravilla habían probado mis papilas gustativas y más cuando acababa de despertar de un largo sueño, aquello me dio bastantes energías y una tripa llena la verdad, necesitaba descansar unos pocos minutos o moverme un poco. Asriel y Frisk también se encontraban igual que yo.

-Creo que deberías volver ya a casa, ¿no? - Preguntaría de golpe Asriel, pude ver como Toriel miraba a su hijo con una cara no muy agradable. -. D-Digo, por tus amigos y padres y eso...

-Tranquilo, sé que no iba a mala intención y tienes razón, debería volver ya, mis padres estarán preocupados de igual forma y conociendo a mis amigos, en cuanto sepan lo que me ocurrió, no dudarán en bombardearme a preguntas - Respondería mirando hacia Asriel, este suspiró aliviado al ver que no me tomé a mal sus palabras.

-Te acompañaremos entonces - Volvió hablar el chico. -, más que nada para asegurarnos de que todo está bien y no hay problemas de vuelta.

-¿Seguro? No quiero ser una molestia, de verdad lo digo - Pregunté preocupada y algo agobiada.

-¡Sí! Tranquila, todo irá bien.

Por mucho que me negara, no podía hacer mucho más que aceptar al final, eran muy insistentes, sobre todo Frisk, ese chico si era determinado para decisiones como estas y a saber si también era así en situaciones de poca importancia. Igual forma, en la calle, pude ver bien en donde me encontraba, un barrio que había tomado un poco más de vida que antes.

Sí, este barrio era donde antes vivían los magos, pero por situaciones del pasado y supongo que el tiempo, tuvieron que moverse, por lo que actualmente viven los monstruos. Era graciosa la situación si te pones a pensar, los magos que una vez encerraron a los monstruos, son ahora ellos quien viven aquí.

Pude ver a una gran mayoría de monstruos en la zona, de una gran variedad como antes pude ver, pero esta vez en su máximo esplendor y, tengo que decir que es muy hermoso de ver, como algunos montan ya sus propios locales, viviendas, los jóvenes corretean por las calles y disfrutan mientras que los mayores hablan entre ellos.

No había tanta diferencia después de todo.

Tras una buena caminata, llegaríamos ya a la zona que mejor conocía y, estando ya cerca de donde vivía, les pedí a ambos que por favor volvieran, que en esta calle era muy difícil que algo me ocurriera, porque a unos pocos pasos se encontraba ya mi hogar. Ellos aceptaron y me desearon buena suerte y que ojalá pudiéramos hablar más en un futuro.

Con una sonrisa en mi rostro, volvería hacia mi casa, pasando por al lado de las mismas casas de siempre, solo que en este caso frenaría por un momento al mirar hacia mi izquierda, mi rostro se volvería sorpresa, al parecer el vecino le pareció buena idea plantar flores amarillas y, casualmente, eran mis favoritas.

Curiosa me acercaría hacia ellas y olería un poco, un hermoso olor a flor bien cuidada y apreciada, cerraría por un momento mis ojos, hasta que sentiría un pequeño puño en mi nariz, algo que me sorprendería y daría pequeños pasos hacia atrás.

-¡Eh! - Una voz ciertamente aguda habló hacia mí, miré hacia mi alrededor, sorprendida, capaz era el vecino. -. ¡Eh, estúpida! ¡Aquí en frente tuya, donde las flores amarillas! - Al posar mis ojos donde me habían dicho, mi sorpresa no podía ser mayor.

-¿Una flor que habla?

-¿Una flor que habla?

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𝗔𝗟𝗠𝗔𝗦 𝗨𝗡𝗜𝗗𝗔𝗦 - 𝗙𝗟𝗢𝗪𝗘𝗬Où les histoires vivent. Découvrez maintenant