❍ Capítulo 15

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Capaz no fue la mejor idea tener a una flor molesta atada en algunas partes de mi cuerpo, mayoritariamente del pecho para arriba, algunas veces me hacía cosquillas, otras me ponían nerviosa y otras cuando hablaba me molestaba mucho. Aunque tengo mucha paciencia, de eso si puedo estar orgullosa.

Cuando vine a mi casa mis padres se enfadaron conmigo, normal, había dejado a Elena a su casa una vez que la desperté y me preguntó si estaba bien y si pasó algo, a lo que yo le dije que cuando desperté no vi nada ni nadie. Mentí, por desgracia. Cuando volvió a casa, me tocaría volver y por ello otra ronda de preguntas.

Qué raro que la excusa que le puse funcionara, supongo que ya decir la palabra estudios a mis padres les relaja automáticamente y me ven con buenos ojos porque soy responsable, igual forma me comería una pequeña bronca: "a la próxima no vengas tan tarde".

Cuando llegué a mi habitación fue cuando pude descansar, me tumbé y podría ver a Flowey atado en mi brazo derecho, mirando mi habitación con detenimiento y seriedad, parecía estar sorprendido, como que se esperaba otra cosa de mi habitación.

-La recordaba más amarilla - Susurró, aunque le escuché de sobra.

- ¿Cómo? - Pregunté sorprendida. O sea que había visto mi habitación.

No hubo mucho más, Flowey entendió mis horarios tanto de sueño como de mañana y dijo que no tenía problema en seguirlos, ya que él también necesitaba dormir, lo que, si me pidió que, si podía estar un poco más cerca del sol porque bueno, era una flor después de todo.

La mañana en la que desperté para empezar las clases, fue cuando empezaron un poco los problemas. No era todo tan malo, es que Flowey odiaba madrugar a diferencia de mí que estaba obligada a ello, ante tantas quejas de sueño le dejaría al lado de la ventana y me iría a la cocina.

Sí, creo que le hará falta una maceta, pensé mientras preparaba el desayuno, ¿las flores comen? Bueno esta flor tiene vida, supongo que querrá algún trozo de comida... ¿Croissants? ¿Magdalenas? ¿Pan?

Terminando el desayuno me iría con Flowey para desayunar mientras elegía la ropa, un poco de comida, mirar el armario, volver hacia mi desayuno y ver que Flowey se había comido la mitad de algunos de mis alimentos, pero mi jugo de naranja no se la había tomado, aún.

-Si tenías hambre solo habérmelo dicho - Le dije con calma mientras tomaba mi jugo y empezaba a beber algo pensativa.

-Solo quería probar vuestra asquerosa comida - Me daría la espalda.

-¿Asquerosa? Pero si te has comido más de la mitad de mi comida - Susurré sorprendida, arqueando una ceja para luego volver a mirar mi armario. -. Ah, sí, este conjunto vendrá bien.

Pantalones blancos largos, ya que hoy hacía frio, una camisa de entretiempo de color amarillo con un dibujo de unas pocas flores blancas y unas deportivas blancas que tendría un poco de cuidado hoy para evitar que se ensuciaran. Miraría hacia mi joyero, hoy me apetecía llevar un collar ciertamente especial para mí.

-Que collar más estúpido - Se atrevió a decir Flowey.

El collar en cuestión eran siete piedras de diversos colores, aunque estaban algo grisáceos por alguna razón, eso no quitaba de que me quedaran bien con la ropa que llevaba, pero ese comentario me dejó algo molesta, tanto que pensé llevármelo para molestarle a él, si no le gustaba, que se fastidiara y me viera con eso no solo un día, sino que varios.

-Bueno ¿nos movemos o qué? - Preguntó un poco molesto.

-Venga, vente.

Dicho esto, me pondría la mochila mientras Flowey se subía en mi brazo para esconderse, saldría de mi habitación, me despediría de mis padres y me pondría en marcha hacia las clases que me tocaban hoy.

𝗔𝗟𝗠𝗔𝗦 𝗨𝗡𝗜𝗗𝗔𝗦 - 𝗙𝗟𝗢𝗪𝗘𝗬حيث تعيش القصص. اكتشف الآن