Capítulo 2.18

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Si me hubieran dicho que el día o las horas que iba a tener iban a ser caóticas, me lo habría creído perfectamente porque Undyne y Papyrus eran un caos juntos. Parte de la casa estaba en llamas mientras que yo iba corriendo a por agua, los otros dos observaban con sorpresa.

-¡¡¡Pero id a por agua!! - Grité desesperada.

Debo empezar desde el principio ya que me costaba creer que por cocinar unos espaguetis habíamos llegado hasta esta situación. Me acuerdo bien como entré a la casa de Undyne con bastante miedo porque no podía hacer nada sin que ella me mirara mal. Papyrus intentaba calmarla, pero de poco servía.

Pasaron unos minutos tensos en los que Papyrus tuvo la iniciativa de ir a la cocina para preparar algo de comida, Undyne se giró de inmediato e intentó frenarle, pero él ya tenía la pasta en sus manos y dejó caer un poco. Tragué saliva nerviosa sin decir nada.

-Uhg... Maldita sea... -gruñó molesta. Se giró a mi. -. Niña, ve a por la escoba, vamos a limpiar esto y de paso vamos a cocinar.

Acepté porque si decía lo contrario iba a enfadarse conmigo, tomé la escoba y cuando me giré pude ver como ellos dos se peleaban para tomar una olla medianamente grande para añadirle agua dentro. Miré esto con sorpresa y se me escapó una ligera risa mientras recogía la pasta del suelo.

Cuando terminé, pude ver como Papyrus llenaba el agua de la olla mientras Undyne tomaba unos tomates para dejarlos en la tabla de cortar. Se giró hacia mi y me miró con molestia.

-Tu cortarás esto - Me obligó. Acepté con sorpresa, pero no dije nada-. Venga, corta eso.

-¿Y el cuchillo? -pregunté sorprendida. Undyne soltó una risa fuerte.

-Esto se corta con las manos - Respondió con una sonrisa confiada. - ¡¡ASÍ!!

Con un golpe brusco y fuerte al tomate, este salió volando por los aires, la tabla de cortar se rompió en dos y el tomate al final caería en su cabeza. Intenté contener la risa como mejor pude porque Undyne miraba hacia la pared con un rostro molesto.

-Vale, ahora es mi turno -dije con un rostro neutro, aunque la risa me salía sola.

Intenté imitar lo mismo que Undyne y en mi caso si pude cortar el tomate o, mejor dicho, lo aplasté con mi mano abierta al completo. Ella me miró algo sorprendida y molesta, viendo como el tomate había manchado parte de mi ropa, no había pensado bien en mis acciones, pero al menos no tenía un tomate en mi cabello.

-Bien, esto servirá - agarró la tabla y lo puso en una sartén para preparar la salsa. -. ¡¡PAPYRUS!! ¿CÓMO VA LA OLLA?

-¡¡TIENE MUCHISIMA AGUA, LA PODEMOS CALENTAR YA!!- Gritó ilusionado.

Undyne me agarró de un brazo para ponerme enfrente de la olla, señaló al encendedor, entendí que quería que yo hiciera todo ese proceso de encender el fuego, vigilar el agua y todo eso que era tan aburrido. Suspiré algo cansada para encender el fuego dejandolo en 4.

-Más - Me exigió. La miré y lo subí a 6-. ¡¡Mas!! -La miré de reojo. Lo subí a 8 -. ¡¡Mas!! ¡¡Ahg, déjamelo a mi!!

Casi me tira al suelo, pero me di tiempo a recomponerme, aparte de que Papyrus me agarró a tiempo. Cuando miré a Undyne vi que su fuego no tenga un máximo de 12, sino de 20. Tragué saliva nerviosa y le pedí a Papyrus que lo mejor era salir de aquí.

El fuego aumentaba más y más mientras Undyne se reía como loca, el fuego empezó a llegar al techo de su casa, la olla no existía en ese momento, posiblemente se haya derretido. Yo me encontraba en la única salida de la casa mientras Undyne tomaba más tomates.

-¡¡ESTO ES LA GUERRA A MI ESTILO!! - Gritó de forma furiosa.

Lo era, era una guerra que no podía olvidar en ese momento porque todo tipo de comida e ingredientes salían volando por la casa, todo esto lo pude bloquear con el escudo que Elena me daba en ese momento, viendo como todo era tan caótico y desastroso. No sabía como seguía ahí, solo miraba esto con un rostro confuso mientras Elena se reía de forma suave ante la situación.

Si que os lo pasáis bien -murmuró en mis pensamientos.

No le veo la gracia, esto se va a derrumbar -pensé nerviosa.

Sin dudar abrí la puerta para ir a buscar a por agua porque su casa iba acabar en llamas en su totalidad, de ahí salieron Undyne y Papyrus con varias risas mientras yo corría a apagar el fuego. Justo ahora esa era la situación, Undyne me miraba con sorpresa y me frenó el paso.

-Tranquila, esto es normal... Haré de nuevo la casa, no tienes porqué apagar el fuego -me dijo con calma. La miré con la boca abierta.

-¡¡Pero que es tu casa!! - grité molesta

-No me gustaba la estructura.

-¡¡Pero tus cosas!!-le grité otra vez.

-Mis co-....¡¡LOS REGALOS DE ALPHYS!!

Tomo el cubo que tenía en mis manos para lanzarlo de golpe, así fuimos haciendo los tres como locos para apagar el fuego lo más rápido posible. Lo conseguimos, aunque el fuego si dejó graves secuelas en las paredes, objetos del salón y cocina, por suerte su habitación no salió del todo afectada y los regalos de su amiga no salieron quemados.

Me tumbé en el suelo agotada, aunque no estaba sola, Papyrus me acompañó soltando un suspiro grande de cansancio, me miró con una sonrisa y luego soltó una risa. Me aliviaba ver que él estaba feliz y que se lo estaba pasando bien, aunque no podía negar que todos nos habíamos llevado un buen susto, sobre todo Undyne, quien miraba todos los objetos por tercera vez para asegurarse que estaban buen estado.

-A UNYDNE LE GUSTA MUCHO LOS REGALOS DE ALPHYS, SIEMPRE QUEDAN CUANDO PUEDEN PARA REGALARSE COSAS Y HABLAR -murmuró Papyrus. Si es que podemos considerar que murmurar no es algo común en él ya que tiene una voz muy alta y aguda.

-¡¡DEJA DE DECIR COSAS PRIVADAS A LOS DEMÁS!! -gritó molesta Undyne. Puse mi mano en la cabeza soltando una risa.

-Eres de lo que no hay Papyrus -susurré con una risa.

El día quedó en eso, Undyne al final se unió tumbándose en el suelo soltando un suspiro de alivio. Nos observó por unos segundos para luego mirar hacia el cielo, soltando una ligera risa.

-Eres la maga más rara que he visto en mi vida, pero me caes bien - Soltó de repente. La miré de reojo y sonreí con calma. Era bueno saber que le caía mejor que antes.

 Era bueno saber que le caía mejor que antes

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𝗔𝗟𝗠𝗔𝗦 𝗨𝗡𝗜𝗗𝗔𝗦 - 𝗙𝗟𝗢𝗪𝗘𝗬Where stories live. Discover now