𝗔𝗟𝗠𝗔𝗦 𝗨𝗡𝗜𝗗𝗔𝗦 - 𝗙𝗟𝗢𝗪𝗘𝗬

Capítulo 2.23

Y ahí estaba, viendo como Mettaton actuaba de Julieta mientras bajaba por las escaleras con un vestido azul. Dramatizaba como nunca como si fuera un teatro para hacer sentimientos falsos. Miraba con pena, o al menos eso parecía, mientras admitía el amor hacia mi.

Yo era Romeo y creo que mi actuación fue la más penosa de todas porque Mettaton se lo estaba tomando MUY enserio, bailaba, cantaba con tristeza una pieza sobre mi del cual tenía que huir porque sino iba a morir. Muy caótico y dramático todo, pero creo que mi cara era un espectáculo al ver como bailaba y me cantaba a la vez que caían pétalos rosados.

Supongo que el show debe seguir adelante es una de las frases que Mettaton se dice cada día a la hora de levantarse.

Al terminar, se secó de forma falta una lágrima para mirarme molesto y pulsar un botón, provocando que el suelo donde estaba se abriera y cayera hasta impactar contra el suelo duro.

-Eres la persona menos divertida que he visto en mi vida. Hago el mayor espectáculo de tu vida para luego mirarme con esa indescriptible cara -dijo molesto-. ¿Puedes decir al menos en que pensabas?

-No lo sé, tu actuación me dejo sin palabras -dije mientras me levantaba.

-Bueno eso me lo creo, literalmente ni cantaste conmigo. Menudo Romeo estás hecho -Soltó un suspiro-. No me puedo distraer.... ¡OH NO! Mi romeo, mi gran amor, ha caído en una mazmorra y tiene que hacer frente al laberinto de colores.

-¿Laberinto de colo-

Rápidamente me di cuenta a que se refería cuando lo vi, ese laberinto ya lo había visto junto con Papyrus, pero nunca me dio una explicación sobre como funcionaba.

-Las verdes hacen que te enfrentes a un monstruo, las rojas te bloquean el paso y... -paró de explicar y me miró-. Creo que esto ya lo hiciste antes con Papyrus, ¿no? Al menos eso dice en sus redes sociales ahora mismo mientras mira el programa. ¡Gracias por sintonizarnos, cariño!

-Sí, pero no me explicó del todo y...

-Oh bueno, entonces me ahorras trabajo -interrumpió aliviado-. Te aviso, tienes que hacerlo rápido, en treinta segundos, porque sino tendrás problemas con el fuego que ves a tus espaldas.

-¿Fuego? -me giré para ver como activaban el fuego de golpe.- Oh ya veo.

Sin pensarlo fui hacia el laberinto para hacerlo lo más rápido posible, pero fallaba todo el rato y no lograba avanzar. Por desgracia al haber tan poco tiempo, no pude apenas avanzar y vi como el fuego avanzaba hacia mi.

Hasta que de repente se apagó, todo gracias a una vez más, Alphys. Molesto por la situación, Mettaton no dudó en ir hacia mi para por fin, tener una batalla entre nosotros dos. Le miraba de frente sin saber bien que hacer porque el miedo me estaba superando en ese momento, hasta que recibí una llamada de Alphys.

-¡Tranquila Ursula! ¡En tu móvil he puesto una acción especial para poder ayudarte ante esta pelea! ¡Púlsalo! ¡Es de color amarillo!

No dudé en pulsarlo, provocando que mi alma entera se cambiara a un color amarillo como el de mi cabello, provocando que sintiera una gran justicia en todo mi cuerpo. Al mirar a mi contrincante, sin querer solté un disparo, viendo como le había dado sin querer en una esquina de su cuerpo.

-¡Oh! ¡Ohhh! ¡Que golpe tan letal y fuerte! -gritó asustado, aunque sentía que era una exageración-. ¡Me has derrotado! ¡ha sido una pelea impresionante! ¡he sido humillado una vez más!

Le miré con un rostro confuso, pero en cierta parte me hizo gracia ver una cosa así. Me crucé de brazos mientras veía como Mettaton se iba con una gran actuación dramática. Al irse, me moví para irme a la única salida disponible mientras hablaba con Alphys por teléfono.

Estaba emocionada y feliz, le costaba creer como habíamos conseguido salir de aquí, de repente se puso melancólica y me explicó como intentó tantas veces ayudar a los demás para que pudieran seguir adelante con sus objetivos y deseos. Eso es lo que quería conmigo, es lo que deseaba, seguir adelante y ayudarme.

La traté tranquilizar, sentía que Alphys había sufrido mucho, se ntoaba con sus palabras y su manera de actuar. Sonreí con pena mientras escuchaba sus indicaciones ya que pronto nos iríamos al MTT resort, un gran hotel restaurante donde podría descansar de esta larga aventura. Siendo honesta, me hacía falta, estaba cansada.

Colgué la llamada, salí por único lugar disponible, encontrándome con un chaval que vendía helados junto a los dos caballeros que me encontré antes. Sonreí con amabilidad mientras subía por las escaleras hacia el hotel.

Al llegar a lo más alto, pude ver lo grande y espléndido que era el hotel, miré asombrada el lugar durante unos segundos y cuando bajé la mirada pude ver a Sans a mi izquierda. Le miré sorprendida, pues no me esperaba verle aquí, me acerqué para hablar con él, aunque me sorprendió bastante saber que él tenía un plan conmigo.

-Te quiero invitar dentro del hotel, en el restaurante, me gustaría hablar contigo en un sitio más tranquilo e íntimo.

Le miré sorprendida sin saber muy bien que decir, no me esperaba algo así de su parte, pero de igual forma acepté, no me esperaba que él me invitara a un restaurante de tal nivel. Con una sonrisa quise ir a la entrada del hotel, pero él me pidió seguir a otro lado ya que era un atajo, aunque algo me decía que no era un atajo, sino que era una forma de evitar pagar la cara cena que tendríamos nosotros.

Igual forma acepté, solté una risa suave y le seguí, total no tenía nada que perder y tenía curiosidad de saber que tenía que hablar conmigo. ¿Acaso me habrá visto en la televisión de Mettaton? Posiblemente y capaz quiera hablar de mi curiosa y penosa actuación a diferencia de aquel robot asesino.

No sabía que iba a pasar, pero honestamente necesitaba un momento para desconectar y esta era la ocasión, aunque algo me decía que no era la mejor elección, de hecho al girarme un momento, pude ver algo extraño a lo lejos, y es que en vez de haber las flores azules y verdes, podía ver una flor amarilla que de pronto desaparecía.

Flowey, ¿eres tú? Siempre andas vigilándome, ¿verdad?