Capítulo 2.4

2 1 0
                                    

Recuerdo bien esta cama, tan cómoda, suave, parecía que dormía en una nube, sonreí con clama mientras abría poco a poco los ojos, viendo la habitación en la que estaba. Apostaba que esta habitación tenía que ser la de Asriel y que las otras era la de sus padres y otra un trastero.

Me levanté de la cama para luego hacerla, estiré mis brazos y espalda para luego explorar un poco la habitación, mirando los cajones y baúles que se encontraban en la habitación, encontrándome con un diario y un cuchillo de juguete. Solté una pequeña risa, ¿le gustaban las cocinitas a Asriel?

Me centré más en el diario, eran fechas de diversos días en los que el chico redactaba la vida que tuvo en compañía de una humana que había caído, la primera. Esto me dio intriga y quise indagar más, dándome cuenta de que la relación que tenían parecía ser incluso de hermanos.

Aquella persona, era Chara.

Cuando vi el nombre dejaría de leer, provocando que la sorpresa se adentrara en mi cuerpo y luego miraría a mi alrededor, las cosas empezaban a tener un poco de sentido y el misterio acababa de presentarse enfrente mía. ¿Chara y Asriel? Curioso cuanto menos, algo me decía que Chara estaba buscando algo de él y que, a lo mejor, si se había presentado, era por algo que había hecho Asriel.

Dejaría de leer el diario, saliendo de la habitación una vez que estuviera vestida y arreglada, miré a un lado a otro del pasillo para buscar un espejo, pues en mi habitación no había. Para mi suerte pude encontrar uno, acercándome a esta para arreglar mi cabello desordenado.

Al terminar, me miraría por un momento, seguía siendo la misma de siempre, pero notaba como estaba cansada y ciertamente apenada, solo había empezado esta arriesgada misión y me había dado cuenta ahora de que mi cuerpo estaba asustado y nervioso en todo momento. Más aún cuando tendría que enfrentarme a Toriel para poder salir de aquí.

Tenía claro que Toriel no iba a dejar salir de aquí, habiendo visto y sufrido por los otros niños estoy segura de que no iba a dejar que me ocurriera lo mismo. Enfrentarme a ella en una discusión era horrible, pero si tenía que hacerlo, lo haría sin dudar. Respiré hondo y cuando miré a mi izquierda, Toriel me miraría con curiosidad.

-¿Todo bien Ursula? – Me preguntó con preocupación.

-Yo... Tengo que... Decirte algo – Expresé con dificultad. Toriel me miró con dolor para luego soltar un suspiro.

-Creo que sé lo que quieres decirme – Al decir esto, ella mostraría un rostro de dolor y molestia, dándome la espalda para apretar sus puños. -. Quédate aquí, ahora vengo.

Esas palabras tan duras me asustaron, provocando que fuera detrás de la mientras avanzaba por el pasillo para ir por las escaleras. Frenó de golpe y me miró.

-No me sigas, quiero que te quedes aquí, ¿comprendido? – Esas palabras me dolieron, viendo como Toriel bajaba por esas con cierta prisa.

Me dejó en claro que ella iba hacer lo posible para parar esta situación, pero me negaba que ello lo hiciera, por ello también bajé las escaleras y apresuré mi paso para seguirla, siendo así que al girar a mi izquierda podría ver a Toriel con las manos ardiendo mientras varias bolas de fuego la rodeaban.

Abrí mi boca en sorpresa mientras daba unos pocos pasos atrás ante tal situación, Toriel giró poco a poco su cuerpo mientras me miraba con unas pocas lágrimas en sus ojos, podía ver en ella la frustración que no pudo contener en ese momento. Ahí me di cuenta de que el enfrentamiento no iba a ser hablando, sino luchando.

-Lo siento, Ursula, pero no voy a dejar que salgas ahí a fuera para que te ocurra lo mismo que los demás, me niego, no quiero que te pase nada, esta vez, seré yo quien haga frente a esta situación y se acabará de una vez por todas – Me explicó con dolor en sus palabras.

-Toriel, escúchame – Hablé como mejor pude, pero el fuego que había en ese momento provocaba el miedo en mi interior. - ¡Toriel! – Grité con miedo. -. ¡Toriel, escúchame! ¡No es la solución! ¡No tienes porqué hacer esto! ¡Yo soy capaz de seguir adelante! ¡Es mi misión!

-¡No! ¡Me niego! ¡No quiero que te pase nada malo! ¡No quiero que más niños y niñas! – Gritó con dolor. - ¡Si quieres salir de aquí! ¡Tendrás que enfrentarte a mí!

Estas palabras provocaron que todo el escenario se volviera completamente oscuro y otra vez estuviera encerrada en aquella caja blanca. Empecé a temblar ya que no quería que llegáramos a esta situación, no, quería la opción de hablarlo sin que ella me lanzara bolas de fuego. Tenía que ser ágil y lista con mis palabras.

-¡Toriel escucha! ¡Soy capaz de hacer frente a esto, enserio!

Cuando pronuncié estas palabras tuve que esquivar el fuego que me había lanzado, empecé a temblar una vez más, pero negué con mi cabeza, tenía que ser fuerte, tenía que demostrarle que era fuerte.

-¡Cálmate, por favor! – Le pedí con fuerza. -. ¡Confía en mí! ¡Yo elegí este camino, soy capaz de hacer esto!

¿Realmente lo era? Me pregunté al decir estas palabras. Había hecho una locura aceptando esta arriesgada misión y era capaz de seguir adelante, pero, ¿era capaz de hacer frente a esta situación que ocurriría de aquí en adelante?

-¡Toriel, por favor, para!

Al gritar esto, tendría que esquivar varias bolas de fuego que iban directos hacia mi persona, me asustó esta manera tan agresiva de atacarme, no pensaba que fuera capaz de hacer esto, aunque creo que tampoco asimilaba bien la situación ya que Toriel lloraba mientras me atacaba. Sentía dolor al hacer esto.

-¡Toriel, por favor! No quiero que ningún monstruo tenga que hacer mi misión, yo misma acepté esto y estoy dispuesta a cualquier cosa, soy fuerte y acabaré con esto de una vez para que los monstruos sean libres – Expresé con seguridad. Ella me miró con sorpresa, dejando de atacar. -. Por favor... Toriel – Relajé mi tono. -. Confía en mi... Solo... Hazlo.

Capaz la posición de mis manos y la forma en la que hablé logró que ella se calmara, pero no me esperaba que ella me atacara con una gran ráfaga de bolas de fuego que me pillarían desprevenida. Crucé mis brazos en frente de mi rostro para que de repente escuchar un ruido extraño, intenté mirar para darme cuenta de que un escudo verdoso se había presentado enfrente mía.

Ambas estábamos sorprendidas por esta situación, provocando que a la vez cayéramos al suelo asustadas y sin poder asimilar bien la situación. ¿Acabo de ver lo que acabo de ver? Me pregunté atónita. ¿Acaso he creado ese escudo verdoso?

 ¿Acaso he creado ese escudo verdoso?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝗔𝗟𝗠𝗔𝗦 𝗨𝗡𝗜𝗗𝗔𝗦 - 𝗙𝗟𝗢𝗪𝗘𝗬Where stories live. Discover now