Capítulo 2.6

2 2 0
                                    

Tenía claro que este sitio tan frío no era para mí, agradecí con todo mi corazón que Toriel me cuidara, pero tuve el descuido más grande al no traer una ropa adecuada para esta situación.

Tonta de mi pensé que esta zona nevada ocurrió cuando los monstruos se marcharon, no cuando estaban viviendo. Necesitaba algo que abrigara y cubriera mi cuerpo de este frío.

Para mi suerte, cruzando un puente de madera en muy mal estado, pude ver una tienda que parecía estar a punto de abrir ya que se podía ver unas chaquetas puestas de mala manera en el mostrador. También había una lámpara muy rara, pero no le di tanta importancia.

Intenté acercarme cruzando por el puente, pero frené mis pasos al escuchar como esta madera crujió de golpe. Retiré mi pie de milagro, viendo como la madera caía en un agujero no muy profundo. Tragué saliva aliviada e intenté saltar, de no ser que alguien me agarró la mano con preocupación.

-No es buena idea – Su voz fue muy fácil de reconocer. Giré mi cuerpo para sentir una emoción y calma al ver a Sans agarrando mi muñeca para no caerme. -Ven, esto será mucho más fácil que saltar por este puente viejo.

-¿Cómo haremos entonces?

Fue terminar mi frase y que apareciéramos al lado del puesto donde estaban aquellas chaquetas. Miré a mi alrededor confundida para luego mirar a Sans con una sonrisa muy calmada. Este analizaba cada uno de mis movimientos por la confusión que sentía, hasta que recordé bien unas pocas partes de él.

Tenía poderes. Me teletransportó.

-¿Qué ha...?

-Bueno, ¿qué te trae por aquí en el subsuelo? – Preguntó cambiando de tema.

-Yo... Me caí – Respondí, aunque era una mentira muy obvia.

-¿No sois capaces de ver el agujero grande que hay arriba? – Preguntó con una pequeña risa. Si sabía ese agujero e s que lo visitó junto con Toriel.

-No, yo... Un agujero se hizo de golpe – Respondí. Él me miró extrañado. -. Sí... Caí de golpe, en un montón de flores amarillas... no me duele nada, aparte Toriel me cuidó muy bien.

-Me lo imaginaba, ya la conozco, es muy buena mujer y le encantan los chistes malos – Contesto con una sonrisa amable. -. Igual me sorprende que te haya dejado salir, ella es muy protectora... ¿Quieres volver no?

-Claro... - Mentí otra vez. Eso me hacía sentir mal, pero intentaba no expresarlo.

-Es normal, pero el trayecto es largo, chica, tendrás que ir bien alimentada y abrigada - Me explicó con calma. Me sentía cómoda a su lado. -. Y también tendrás que lidiar con la obsesión que tiene mi hermano por los humanos.

-¿C-Cómo?- Pregunté sorprendida.

-Hubo más niños y niñas antes que tú, mi hermano quiere hacerles frente para demostrar que es el más fuerte... Bueno... También los quiere capturar – Confesó con una ligera sonrisa. Me quedé sorprendida ante esto último.

-¿Y qué debo hacer? Como entenderás no quiero ser capturada y... Bueno, en general, no quiero problemas – Expliqué preocupada.

-Lo primero sería esconderte en esa lámpara cuya figura es parecida a la tuya – Me ordenó. Giré mi cuerpo para ver aquella farola. Me quedé en shock. -. Venga, apura, está allí.

Y si, estaba corriendo el hermano de Sans hacia nosotros, por ello me apuré y adopté la figura de la lámpara que, por alguna razón que no entendía, tenía la misma forma que mi cuerpo. Era absurdo, pero servía como escondite.

Ahí estaban los dos esqueletos, el más alto, Papyrus, gritaba con entusiasmo su ilusión de querer estar con Undyne para demostrar que el idóneo para el puesto. Sans simplemente hacia poco caso y se burlaba con unos pocos chistes malos sobre esqueletos. Había que admitirlo, eran buenos y casi soltaba una carcajada limpia de no ser que estaba escondida.

𝗔𝗟𝗠𝗔𝗦 𝗨𝗡𝗜𝗗𝗔𝗦 - 𝗙𝗟𝗢𝗪𝗘𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora