𝗔𝗟𝗠𝗔𝗦 𝗨𝗡𝗜𝗗𝗔𝗦 - 𝗙𝗟𝗢𝗪𝗘𝗬

Capítulo 2.9

No sabía bien cuanto tiempo pasó desde lo ocurrido con los hermanos esqueletos, pero si tenía claro que enfrente de mi había una prueba que me agotaba la paciencia, tanto que me senté en una roca mientras miraba la solución con cuidado, pues ya había caído varias veces al hacerlo mal.

Lo bueno de esa caída es que era sobre un montón de nieve y evitaba hacerme daño, pero eso no quitaba que la frustración, el frío me consumieran y la paciencia se me agotara, es por ello que me encontraba aquí quieta en esta roca, señalando con el dedo una posible solución a este enigma que me habían puesto.

A veces pensaba en otras cosas, principalmente en la relación de hermanos que tenían estos dos, que a decir verdad era graciosa cuanto menos, me puse a recordar cuando nos los encontramos por primera vez con mis amigos y las pequeñas risas que nos echamos, aparte de poder conocernos todos.

Me daba pena que ahora no todo pudiera ser así y estaba insegura, no sabía bien como podía seguir una vez que sacar a todos de aquí, ¿mis amigos me reconocerían?, ¿Frisk sería capaz de reconocerme?, ¿los humanos se lo tomarían bien o serían agresivos ante esta situación?

Lo malo de hacerme estas preguntas es que la misma voz intentaba corromperme, actuar de la forma indebida ante esta situación, provocando que grandes dolores de cabeza aparecieran de golpe y que me quejara con unas pocas lágrimas en mis ojos. Me cubría por completo para evitar sentirme vulnerable, cerré los ojos y traté de mantener la calma y paciencia.

Sabía bien que Frisk no pudo aguantar la presión de Chara cuando tuvo que repetir la ruta, la cagó tantas veces que cuando escuchó su voz resonar en su cabeza debía de ser complicado y doloroso, más si hacía la ruta pacifista, el final bueno. Es por ello que no iba a dejar por ello, primero porque no era agresiva, segundo no tenía poderes y tercero porque iba hacer bien todo a la primera.

Hablando de poderes, me puse a pensar seriamente porque mis compañeros y yo teníamos poderes, no podía ser porque nuestras almas eran parecidas al de las almas humanas que mencionaron, no podía tener ese sentido. Podía relacionarse a algo por el estilo porque después de todo teníamos un aura que nos identificaba, pero ¿manifestarlo como un poder?

Esto último que pensé tenía mucho mas sentido, capaz con nuestra propia aura podíamos conseguir aún tipo de poder especial, pero igual forma me sorprendía la rapidez en la que algunos aprendieron de ello, aunque claramente no sabían utilizarlo, como en mi caso, que era uno de los poderes más inútiles.

Algo que también me hacía pensar era el porque todas las auras de mis compañeros se acercaban a mi collar, justo el que tenía en este momento. Miraba mi colgante con calma y pena por unos segundos, buscando una solución lógica en este momento, pero nada salía más que dudas. Esto también me hizo recordar las insistentes palabras de Flowey, que controlaba la magia, que podía ser un tipo de mago, los mismos que sellaron a los monstruos en el subsuelo.

Si eso llegaba a ser verdad, iba a ser un problema porque los monstruos no les caía bien a los magos y era entendible después de todo, le sellaron la libertad que tanto ansiaban y el motivo era desconocido en cierta parte. Siempre se escudaban con que eran agresivos, pero viviendo lo que estaba viviendo ahora, no lo estaban siendo conmigo en ningún momento.

Todos los que conocí, a excepción de Flowey que parecía ser un poco estúpido con sus ideas, todos me trataron bien con cariño y respeto, me hicieron reír y sentirme incómoda. Como ya mencioné, Flowey podía ser un poco tonto y Chara podía ser un problema, aunque era una humana como Frisk, una de las primeras en caer.

Suspiré cansada y volví a centrarme en el puzzle, viendo como de repente esta había sido pintado por un permanente rojo chillón, pude resolver el puzzle con facilidad, activando así el botón que me hacía falta para poder avanzar de una vez. Miré a mi alrededor sorprendida buscando al causante de darme tal solución, pero no vi nada ni a nadie.

Seguí avanzando, no me quedaba otra después de todo, poco tardé en encontrarme a los hermanos esqueletos, Papyrus me miraba con preocupación, aunque cuando me vio con una sonrisa se alegró porque aun seguía viva. Me sorprendía la actitud del mayor, ciertamente me parecía adorable e inocente, que a pesar de querer capturar un humano para ser parte de la guardia real, dentro de él tenía un gran corazón.

-¡HUMANA! - Gritó con alegría. Le miré con calma. - ¡AHORA TE ENCUENTRAS EN UNA DE LAS PRUEBAS MÁS DIFÍCILES!

-Te escucho, gran Papyrus - Hablé con calma. Él me miró sorprendido y se puso nervioso.

-YO, EH, ESTA PISTA EXTRAÑA MULTICOLOR - Señaló el suelo. Miré donde indicó.-. EH... ESTO...

-¿Te has olvidado de la prueba? - Preguntó sorprendido Sans.

-NO, NO, NO, EL GRAN PAPYRUS, COMO DICE LA HUMANA, NUNCA OLVIDA SUS PRUEBAS - Gritó con un falso intento de seguridad.-, SOLO QUE... SOLO QUE...

-¿Solo queso? Si es en la hamburguesa, si por favor - Contestó Sans con una burla. Papyrus se molestó con él.

-¡¡SOLO QUE ESTA PRUEBA ES MUY DIFÍCIL PARA ESTA HUMANA!! ¡ES MÁS! ¡SEGURO QUE DEBE ESTAR MUY CANSADA! ¡MAS CON LA ANTERIOR PRUEBA! - Gritó con fuerza. Sans y yo nos miramos. - ¡HUMANA! ¡TE LLEVARÉ A LA CIUDAD PARA QUE PUEDAS DISFRUTAR DE UN BUEN DESCANSO! ¡PERO NO TE CONFÍES POR QUE YO, EL GRAN PAPYRUS, TE RETARÉ A UN COMBATE!

Cuando escuché esto, abrí la boca sorprendida, no quería pelear con él porque le había pillado cariño, se que no debía pelear como tal, tenía que conversar con él y hacerle convencer, pero no quería meterme en una pelea en la que él atacaría con todo y yo tendría que esquivar como mejor pudiera. Aparte no sabía como iban a ser sus ataques, el miedo me recorrió por un momento.

-¡NO TENGAS MIEDO HUMANA! ¡NO TE HARÉ DAÑO! ¡SOLO ES PARA DEMOSTRAR A UNDYNE QUE PUEDO CAPTURAR UNA HUMANA Y SER PARTE DE LA GUARDIA REAL! - Contestó seguro Papyrus. -. ¡ASÍ PUES! ¡DÉJAME GUIARTE HUMANA AL PUEBLO DE SNOWDIN! ¿AHÍ DISFRUTARÁS DE UN MERECIDO DESCANSO!

Se acercó a mi para darme su mano, le miré por unos segundos para luego dar mi mano con calma y así seguirle sin vacilar, miraba hacia atrás, viendo como Sans también estaba sorprendido por la situación, pero nos siguió a nuestro ritmo como de costumbre. Volví a mirar a Papyrus, quien soltaba pequeñas risas de seguridad mientras miraba de frente con una posición firme.