Dime que no es una mentira. Te vi por primera vez en tus rutinas, caminando tranquilamente hacia tu casa mientras mirabas a tus amigos con una sonrisa.
Como odio esas risas.
No nos conocías mucho, pero tu curiosidad logró que nos conocieras, más aún...
-Estas perdonada, pero tenemos que apurarnos - Respondió Sans con una risa.
-No, me niego, ¡acabo de tener una pelea con ella! ¿¡no me has visto?! - Pregunté sorprendida.
-Sí y ha sido gracioso, pero no quieres poner triste a Papyrus, ¿verdad? Él piensa que es una forma de haceros amigos, tu inténtalo, nunca sabes que resultado puede dar - Contestó con calma.
-¡El resultado es que me querrá matar! - Grité preocupada.
-No si está Papyrus, él te protegerá a toda costa, aparte Undyne no sabe decirle que no a Papyrus, le contesta algo parecido, pero algo directo - Me dijo con esa misma calma. Parecía que no se inmutaba ante nada.
-¡Pero Sans!
-Ursula, venga, no es tan difícil - Soltó con una risa suave. Le miré preocupada por unos segundos y luego puse las manos en mi cabeza.
-Voy a morir por esa loca, me verá y me matará... Ay señor - Murmuré preocupada.
-Eres una exagerada. Si te consuela o te tranquiliza, iré con vosotros para que no te sientas agobiada o nerviosa por la situación, así en cualquier momento que ocurra algo grave, intervendré a tiempo para detener cualquier conflicto - Sugirió Sans. Le miré atónita.
-¿Tú harás algo? Me sorprendería siendo de tu parte que eres un vago - Contesté sorprendida.
-Sí, hasta a mi me sorprende hacer algo así por vosotros, pero me importáis, mucho más a mi hermano que no quiero que se pelee con Undyne - Explicó.
Le miré de nuevo con un poco de sorpresa, pero pude relajarme un poco, confiaba en lo que había dicho porque después de todo Sans era hermano de Papyrus y siempre iba a velar por su seguridad. Capaz que conmigo no haría lo mismo, pero me aliviaba saber que estaría ahí para "intentar" calmar las cosas a su manera.
Suspiré de forma pesada y acepté, no me pensaba que la situación llegaría a este punto en el que todo lo que había corrido tendría que volver a pasar por ello. Miraba a mi alrededor esta vez con más calma, fijándome que por donde había pasado eran sitios extraños y bellos, e incluso se podía ver a lo lejos el castillo del rey Asgore.
Me di cuenta que por culpa de la insistencia de Undyne había perdido los nervios, también me había asustado por ella porque cuando la vi en el suelo por culpa del calor que generaba ese lugar. No dudé ni un segundo en darle agua porque se que le hacía falta y cuando despertó noté que me miraba con cierta molestia o vergüenza.
Saber que tenía que verla una vez más no me hacía nada de gracia porque era muy posible que a nada más abrir la puerta, una lanza sería apuntar a mi cabeza. Mentalmente estaba lista para esquivar eso en cualquier momento, no quería hacer uso de las magias porque era muy posible que Undyne me retara de nuevo y que Papyrus me mirara sorprendido y me pidiera otro combate.
Estos dos tenían una energía caótica que no podía seguir, eran hiperactivos, muy activos, se movían todo el rato, querían hacer mil cosas y yo estaba muy cansada como para tener que aguantar tanto. Me preguntaba seriamente como Sans, con lo vago que podía llegar a ser, podía llegar aguantar una energía tan activa como Papyrus. Hasta me sorprendía que fueran incluso hermanos.
Cada vez que avanzábamos, me iba dando cuenta que estábamos cerca de donde vivía Napstablook, esto me sorprendió bastante y cuando supuestamente llegamos al punto de reunión, me di cuenta que la casa de Undyne la habíamos cruzado al lado. Tragué saliva nerviosa porque no me podía creer que había pasado al lado suya como si nada cuando estaba con aquel fantasma.
No me podía imaginar una situación en la que yo estuviera durmiendo y de repente Undyne apareciera rompiendo la puerta como si fuera una película de terror. Pensar en eso me asustaba y agradecía que no había ocurrido, llega a pasar de verdad y me da un infarto.
Ahí estábamos pues, pude ver a Papyrus llegar corriendo con toda la ilusión del mundo para decirme que tenía que hablar con Undyne con el objetivo de que fuéramos una amistad y que no hubieran problemas. Suspiré algo agobiada, si él supiera en el lío que nos habíamos metido.
-¡¡ME ALEGRA MUCHO SABER QUE VUESTRA AMISTAD EMPEZÓ CON UNA CARRERA HASTA HOTLANDS!! - Gritó ilusionado. -¿QUIÉN HA GANADO?
-Y-Yo... Porque Undyne tenía la armadura puesta - Respondí insegura.
-¡¿CON LA ARMADURA?! ¡ME SORPRENDE MUCHO PORQUE ELLA SUELE IR MUCHO A HOTLANDS Y SIEMPRE ME HA DICHO QUE IR CON MUCHA ROPA PESADA ES MALO PARA TU CUERPO! - Explicó sorprendido.
-¿Ella visita Hotlands? - Pregunté sorprendida.
-¡¡SÍ!! ¡¡ELLA VISITA MUCHO A SU AMIGA O SU AMIGA A ELLA!! ¡¡SIEMPRE QUE IBA ME LO DECÍA Y ME EXPLICABA CON MUCHA ILUSIÓN!! - Respondió.
-Entiendo... - Susurré sorprendida. Puse mi mano en la barbilla. Si ella iba a Hotlands no iba a dudar en perseguirme allí en cuanto pueda.
-¡¡EN FIN!! ¡HUMANA, HAY QUE IR A VER A UNDYNE! ¡EN MARCHA! - Gritó seguro y con ilusión. Caminando con paso firme.
Esto irá horrible - Pensé preocupada, siguiéndole.
Enfrente de la casa, Papyrus se puso firme, respiró hondo y llamó a la puerta con seguridad para preguntar si ella, Undyne, estaba en su casa. Hubo una respuesta a cambio y abrieron la puerta de golpe con una mujer de cabello rojo y piel azulada, vestida con unos tirantes de color azul y unos pantalones tejanos. Abrazó a Papyrus con gran ilusión.
-¡Papyrus! ¿Qué te trae aquí? - Preguntó con sorpresa.
-¡TENGO GANAS DE UNAS CLASES DE COCINA CONTIGO! ¡LA ANTERIOR VEZ NO FUE SUFICIENTE Y CREO QUE HACEN FALTA MUCHAS MÁS! - Explicó Papyrus.
-¡Sí! Eso me parece bien, además de productivo - Siguió Undyne con ilusión. -. Entonces entra sin fallo, Papyrus, ya sabes que estas invitado en mi casa.
-¡SÍ, PERO NOE STOY SOLO! - Habló Papyrus. Undyne se giró con sorpresa.
-¿¡Llevaste al vago de tu hermano!? - Preguntó sorprendida.
-¡ALGO MEJOR QUE ESTO!
De golpe, Papyrus me levantó del suelo como si fuera un muñeco para entregarme enfrente de Undyne, ella estaba algo sonrojada, peor en cuanto me vio su rostro fue uno totalmente furioso, tanto que invocó su lanza para apuntar hacia mi.
Grité, me moví como loca y le pedí a Papyrus que me bajara, cosa que hizo y de inmediato me tiré a un lado para poder esquivar la lanza de Undyne, aunque no iba a ser solo una, sino más. Justo fue ese momento cuando Papyrus le paró los pies a su amiga e intentó hablarle.
No pude escuchar nada, estaba casi como una bola en el suelo temblando como nunca porque no quería morir. Giré mi cuerpo poco a poco para ver como Undyne me miraba con un rostro molesto.
-Esta bien.... Entra, maga estúpida - Soltó molesta.
Miré a Papyrus con rostro sorprendido, él estaba super orgulloso de haber convencido a Undyne, pero yo seguía asustada. Algo me decía que de esto iba a ir todo mal.
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