VIII. Bento

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La pequeña Shizune miró confundida a la niña frente a ella que le entregaba una pequeña bolsita con dibujos de conejitos y un bonito lazo rojo.

—¡Senpai, por favor, guíame en el futuro! —exclamó Jin con las mejillas sonrojadas y extiendo la bolsita llena de dulces y jugosos mochis rellenos de fresas con crema.

—Eh... —Shizune no sabía que responder, la niña era un año menor que ella, pero en realidad, la diferencia entre ambas era de solo unos meses...

—¿Mmm? ¿Jin-chan? —Ebisu miró confundido la situación y luego sus ojos se desviaron de la niña de cabellos azules a la azabache que nerviosamente dudaba en aceptar una pequeña bolsita de dulces— ¿Te estás declarando? —preguntó el niño con un poco de incredulidad.

—¿Eh? No, solo le pido a senpai que me guie como compañera Kunoichi con mayor experiencia —Jin ladeó su cabeza ligeramente confundida de porqué su inocente intento de acercamiento se vería como una especie de confesión.

—¿Realmente? ¿Entonces porque le regalas cosas? —preguntó extrañado Ebisu— Exteriormente, se ve como una confesión.

—Es un soborno —confesó directamente.

—¿Me estás intentando sobornar? —preguntó ligeramente ofendida Shizune, ni siquiera sabía por qué, pero lo sentía un poco ofensivo de alguna manera.

—Si —asintió Jin directamente—. Mi abuela me dijo que, para conquistar a las personas, primero debes darles comida —Jin asintió seriamente y miró a Shizune con pasión en sus ojos fucsias—. Eres mi senpai, primero debes tener cierto grado de afecto para que después de ayudes a mejorar de buena voluntad.

—Eh... no es necesario —rechazó ligeramente incomoda Shizune, Jin negó con su cabeza.

—No, me esforcé mucho en preparar estos dulces, ¡Senpai tiene que aceptarlos! —exclamó con voz firme y decidida.

—Esto... —Shizune miró nerviosamente a su compañero de clase y Ebisu se encogió de hombros.

—Si fuera tú, lo aceptaría —sugirió el niño y miró la pequeña bolsita de dulces—. Es descortés rechazar un regalo por el cual se esforzaron tanto —Ebisu señaló las banditas en los dedos de Jin.

En su defensa, el cuchillo era demasiado grande y sus manos demasiado pequeñas, no podía agarrarlo bien y sucedió lo que tenía que pasar, al final, su abuela la ayudó en gran parte de cortar cosas al ver su dificultad para hacerlo ella misma. Pensando en eso, Jin realmente tendría que enfocarse en entrenar su fuerza, si no puede ni cortar una papa o una zanahoria decentemente, ¿Cómo piensa sobrevivir en una guerra en donde cortan huesos?

—Eh... ya veo —Shizune miró comprensivamente a Jin al notar las banditas en sus dedos y sonrió ligeramente apenada—. Muchas gracias por tu regalo, supongo —Shizune nerviosamente se rascó la nuca—. Espero que podamos ser buenas amigas.

—¡Si! ¡Haré muchos dulces deliciosos si Shizune-san es mi amiga y me enseña cosas! —exclamó emocionada Jin y tomó las manos de la niña azabache entre las suyas haciendo que la chica sonriera nerviosamente.

Luego de su exitoso soborno, Jin partió a donde se encontraba Obito, babeando por Rin y lo miró con acalorados ojos pasionales antes de ponerse frente a él decididamente, tapando la luz que recibía el chico y llamando la atención del niño azabache y la castaña.

—Eh... ¿Jin-san? ¿necesita algo? —preguntó suavemente Rin con su voz aterciopelada.

—¿Eh? ¿Jin-chan? —Obito parpadeó torpemente mirándola sorprendido.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now