XXXIX. Favor

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Honestamente, Catriel no tiene ni idea de en qué momento se quedó dormida en los brazos de Obito, pero agradece que el Uchiha no se hubiera alejado de ella en ningún momento y la siguiera abrazando incluso cuando se despertó, casi siendo tan protector como un bonito perro grande de esos que ella tanto adoraba.

Dios, los perros grandes eran su debilidad.

¡Y como no amarlos! De solo imaginar sus grandes y peludas barrigas todas suavecitas, hacía que Catriel se sonrojara queriendo enterrar su rostro en esas grandes y cálidas almohadas. De solo imaginarse al gran canino y ella luchando por el dominio de si ella debería tener su rostro enterrado en la barriguita del perro o siendo lamida por su rasposa lengua rosa, Catriel podría flotar en la felicidad de la ternura.

Catriel exprimió un poco más a Obito haciendo que un quejido escapase de los labios del Uchiha y ella se sonrojó avergonzada de lo que hizo.

—Y-yo... lo siento —tartamudeó bajamente Catriel.

—No, no te preocupes —Obito le dio suaves palmaditas en la cabeza—. Ahora, ¿Estás mejor que ayer?

—Mmm... mm... —Catriel negó suavemente con su cabeza.

—¿Quieres que te siga acompañando? —preguntó suavemente Obito y Catriel asintió varias veces—. Bien, entonces te acompañaré todo lo que quieras.

Catriel se sonrojó ligeramente y abrazó un poco más fuerte a Obito, el cual la rodeó con sus brazos suavemente y ambos permanecieron en un cómodo silencio mientras estaban acurrucados en la cama. No fue hasta dos horas después de que Catriel se removió incómodamente mientras seguía abrazando al Uchiha.

—Mm... ¿Obito? —preguntó tentativamente.

—¿Sí? —Obito la miró con calma.

—¿Puedo ir al baño? —preguntó tímidamente.

—Por supuesto, ¿Sabes dónde está? —preguntó amablemente Obito y Catriel negó— Honestamente, yo tampoco —Obito soltó una risita nerviosa y Catriel rio con él.

Obito la miró sorprendido, pero sonrió feliz.

Su idiotez por fin sirvió de algo.

—¿Qué tal si lo buscamos juntos, mm? —preguntó Obito y Catriel asintió con una pequeña sonrisa.

Obito era muy buena gente, a diferencia del loco psicótico que era en Narutoverse o el completo imbécil retrasado reflejado en su actuación de Tobi, Obito era un chico muy dulce y comprensivo, tampoco era tonto, era muy empático y perceptivo.

—¡Wups! —Obito la atrapó suavemente cuando casi cayó débilmente porque no se podía mantener en pie.

—¿Q-que sucede? —preguntó un poco aterrorizada Catriel.

—Supongo que a esto se refería Orochimaru con atrofia muscular —meditó Obito—. Han pasado seis meses desde la última vez que estuviste consciente, incluso si tu abuela y padre hicieran periódicamente movimientos con tu cuerpo inconsciente para que la atrofia no fuera tan severa, tu musculatura aún debe estar bastante deteriorada.

—¿M-movimientos? —preguntó Catriel un poco asustada.

—Oh si, como, ya sabes —Obito elevó uno de sus brazos y lo bajó de arriba abajo—. Algo así o cosas por el estilo.

—Oh... —Catriel se sintió bastante aliviada.

—Tu abuela también hacía que Bakakashi intentara ayudarte a caminar, pero era más como un torpe baile de primeros pasos con alguien inconsciente —Obito se rio entre dientes.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now