XII. Desayuno

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Cuando Jin despertó al día siguiente, lo primero que sintió fue un horrible y espantoso dolor de cabeza, evidencia innegable de que Anko cambió sus bebidas por alcohol, lo siguiente, fue como su cuerpo no respondía correctamente a nada de lo que decía y se sentía apaleada en todos los sentidos como su el mágico camión-kun la hubiera arrollado, lo tercero, fue como su abdomen dolía y estaba hinchado, lo cuarto, el incomodo estiramiento de su coño junto con la presión que sentía allí abajo.

Y finalmente, se dio cuenta de que había un musculoso brazo rodeando su cintura, lo que la dejó tiesa y helada, hasta que quien sea que la estuviera abrazando balbuceara algo a sus espaldas y sintiera como algo caliente, espeso y abundante se descargaba dentro su coño haciéndola gemir suavemente.

Jin se puso blanca como sábana ante las posibles implicaciones de lo sucedido y destapó su cuerpo de las frazadas con brusquedad, solo para encontrarse con que estaba completamente desnuda, pintada con chupetones y mordidas como si fuese una colorida obra de arte abstracta y su abdomen estaba ligeramente abultado mientras que sus muslos estaban llenos de lechoso y espeso semen blanco.

Jin casi vomita en ese mismo instante.

Eso, hasta que alguien besó su cuello tiernamente con pereza como si aun estuviera medio adormilado y Jin estaba dispuesta a matar al bastardo si no fuese porque reconoció inmediatamente esa desordenada cabellera azabache y las cicatrices en su rostro.

Entonces, se sonrojó.

—Buenos...

Y se desmayó.

... días.

Obito miró con una gota de sudor a Jin y luego se sonrojó ligeramente al ver su estado de desnudez, su cuerpo suave y blando estaba desnudo bajo sus musculosos brazos, pero inmediatamente se puso azul al pensar en las implicaciones de esto, porque por mucho que intentara refutar esa posibilidad, era demasiado obvio lo que había sucedido entre los dos.

Entonces se quiso levantar rápidamente, alejarse de Jin mientras el arrepentimiento mordía debajo de su piel, pero cuando lo intentó, gimió ligeramente sintiendo su polla siendo rozada y frotada deliciosamente, al punto que inconscientemente sacudió sus caderas sintiendo su polla palpitar, por lo que miró hacia abajo un poco aturdido, dándose cuenta de que durmió con la polla enfundada dentro del lujoso coño de Jin, lo que lo hizo ponerse aún más azul y sacar lentamente su polla con cuidado.

No fue una gran sorpresa que su semen saliera a borbotones de su desgastado agujero.

Obito se sentó en la cama mientras se frotaba el cabello frustrado y enojado consigo mismo, ¿Qué demonios? ¿Qué tan asaltacunas, pedófilo y enfermo era él como para follarse a una chica tan jovencita y linda como Jin? Peor aún, aprovecharse del amor y deseo que siente ella por él y explotarlo al máximo para follarla de una manera que ni las bestias lo harían.

Apretando los dientes de su mandíbula, Obito frunció el ceño cada vez más disgustado consigo mismo, su vida siendo error tras error, cada vez recalcando cada maldito error desde su nacimiento hasta su retroceso en el tiempo, como él era un inútil en todo lo que no se relacionase en lastimar, dañar y lastimar nuevamente, porque él era un puto monstruo y los demonios como él no saben nada más que destruir.

Y con la cantidad de semen que tiene en su interior, no sería de extrañar que Jin quedara embarazada de él por culpa de su descuido... arruinando así su carrera shinobi al obligarla a tener a sus bastardos, impidiéndole desarrollarse como Jounin de élite como ella malditamente merecía serlo, porque incluso si fue ascendida como Jounin especial a los dieciséis por sus sellos de protección corporal, actualmente se le ha considerada apta para ser ascendida a una Jounin normal...

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now