XLIX. Vestidos

353 71 24
                                    

Jin miró con resignación a sus tres amigas las cuales se estaban maquillando en su casa y utilizando alguno de sus cosas, honestamente, eso no le importaba mucho, tenía demasiado maquillaje y si les gusta mucho, podría incluso regalárselos fácilmente, tampoco es como si lo utilizara mucho aparte de un ocasional brillo de labios o delineadores -le gustaban los delineadores de colores, pero el clásico era supremo- y de vez en cuando alguna que otra sombra de ojos, pero de todas formas, si iban a ir a una fiesta en donde Anko está emocionada, lo menos que podría hacer era ponerles sellos seguros a todos los vestidos y ropas de ellas.

No quería que ocurrieran desastres desafortunados por no ser lo suficientemente cuidadosas.

—¡Vamos Jin, tienes que ponerte bonita por sobre todas nosotras! ¡Tú eres quien quiere superar a ese bastardo retorcido! —exclamó animadamente Anko.

—Déjame poner algunos sellos más para que estén seguras —suspiró Jin—. De preferencia, también quisiera ponerle sellos a su ropa interior... por cierto, Obito-kun no es un "bastardo retorcido", no deberías de llamarlo de una manera tan insultante.

—¡Oh vamos, deja de ser tan aguafiestas! —exclamó Anko elevando el lápiz labial por sobre su cabeza— ¡Vas a olvidarte de ese idiota, aprende a dejar de defenderlo, perdedora de amor!

—Me parece una buena idea, es más común de lo que se cree encontrar a víctimas de agresiones en las fiestas —tarareo Shizune mientras se delineaba los ojos—. Sería bastante útil un sello que pudiéramos desbloquear solo si nosotras quisiéramos en nuestra ropa interior para evitar cualquier cosa.

Lo tengo —Jin asintió—. Sáquense las camisas, voy a escribir sellos en los bordecillos de sus brasieres —suspiró Jin y ambas azabaches asintieron obedientemente sin pudor, quedando cubiertas en sus bonitos y sexys brasieres—. No se preocupen, conseguí hacer una tinta especial con Orochi-san para que una vez seca, sea prácticamente invisible, así que sus sostenes no serán arruinados.

—Muy útil —asintió Shizune.

—¿No quisieras aprender sellos...? —Jin empezó a intentar persuadir.

—No. Soy médica, bastante tengo con los dolores de cabeza que son los pacientes que se escapan —descartó directamente.

—Si aprendieras sellos, ellos no podrían escapar de las habitaciones del hospital —continuó intentando persuadir Jin.

Cariño, si quisiera sellos, habría cedido antes, pero insisto, suficiente tengo con aprender medicina. Prefiero los venenos en todo caso, así que llámame si hay algún veneno nuevo —habló Shizune mirándola con una ceja arqueada.

Jin suspiró resignada.

—Parece que alguien va a terminar envenenando a su futuro marido si le es infiel —se burló Anko mirando a Shizune divertida.

—Bueno, no tanto como tú, supongo —le devolvió la broma Shizune y Anko rio entre dientes.

—Primero lo castraría por desesperado y luego recién lo envenenaría. Haría que sufriera por todos los métodos de tortura de T&I antes de siquiera dejarlo descansar tan pacíficamente en los brazos de la muerte—rio oscuramente Anko—. Claro, si es que tuviera novio o si no lo engaño yo primero.

—Eres terrible —habló Kuranai mirándola con desaprobación.

—No dirás eso cuando necesites mi ayuda para hacer sufrir a un infiel —rio Anko mirando lascivamente a Kurenai.

—Deberías dejar de juntarte tanto con Ibiki, te estás trastornando —habló Jin con una gota de sudor—. Y con Orochi-san —agregó tardíamente.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now