XXXIV. Condición

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Naruto, esta vez, nació sin mucha dificultad y el incidente del nueve colas en realidad ni siquiera fue gran cosa porque estaban los tres legendarios Sannin dentro de la aldea y Sakumo que, para la sorpresa de Obito, era una fuerza aterradora a tener en cuenta.

Al parecer, Zetsu hizo un poco de las suyas -parece que secuestró el cuerpo de algún Uchiha de bajo rango que despertó el Sharingan o algo así-, pero Minato es un maldito hijo de puta muy despiadado con sus enemigos -y él es testigo de eso, su yo de 14 años fue completamente engañado por esa sonrisa dulce de Minato y luego fue destrozado vivo si no fuese porque la mitad de su cuerpo era masa alienígena reemplazable- y, en unos segundos, simplemente selló el cuerpo que Black Zetsu había robado -pobre Uchiha carne de cañón, agradece que Minato no tuviera las mismas células cerebrales cuando él atacó, de lo contrario, sería una versión de Kaguya masculina y mocosa con delirios de salvador y destructor- y al mismo Black Zetsu y luego simplemente lo hizo incinerar con sellos de fuego, antes de recoger las cenizas y sellarlas de nuevo.

Eerrgghh durante todo este tiempo, Obito estuvo con la amable anciana que era la abuela de Jin y la ayudó obedientemente. Incomodo, Obito miró el hogar del cual salían y a la abuelita que lo iba a llevar al mercado porque sentía que ambos necesitaban respirar un poco de aire libre en vez de que los sirvientes se hagan cargo -Nunca supo que tan rica era Jin hasta que irrumpió en su casa en su descontrol emocional y vio que la habitación de Jin era literalmente más grande que su propia casa-.

La sangre en su cuerpo se congeló al ver la fachada de la casa de Jin y su estómago cayó profundamente, se puso pálido como la parte de Zetsu de su cuerpo y sintió ganas de vomitar.

Esta era el sector donde convocó al kyubi en su primera vida, considerando que el "hogar" de Jin en realidad era más un shinden zukuri (estilo de arquitectura domestica-nobiliaria en torno a las mansiones palaciegas o aristocráticas) con un estilo más refinado como un sukiya zukuri (un estilo de arquitectura basado en la elegancia y el placer de actividades elegantes, originalmente destinado para refinados edificios en donde se realizaba la ceremonia de té), hizo que el estómago de Obito se hundiera antes de que la amable abuela de Jin lo llamara y arrastrara por todo el sector de tiendas.

Todo el mundo subestimaba a los ancianos, pero cuando querían, esos viejos costales de huesos podrían ser más energéticos que un niño pequeño.

Luego de ser arrastrado de un lado a otro por parte de la abuela de Jin, Obito volvió a la habitación de Jin y la miró dormir. Con suavidad, Obito acarició el cabello azulado de Jin y la miró descansar tan tranquilamente.

Su mente estaba jugándole malas pasadas, ¿Qué sucedía si él había sido quien mató a Jin en su anterior vida? ¿Si la razón por la que nunca la conoció originalmente fue porque la mató en la liberación del Kyubi? ¿Qué sucede si todo esto igualmente había sucedido y no era su culpa, pero él la mató en su estado comatoso? ¿Qué sucedía si...?

Obito-kun... que sorpresa y alegría que estés aquí —habló suavemente una voz masculina a su espalda y el Uchiha se estremeció antes de ver a Sakumo, el cual le sonrió suavemente antes de acercarse y desordenarle el cabello—. Me alegro que hayas vuelto a la aldea.

—¿No dudas de que soy yo? ¿Por qué estabas tan seguro de que yo estaba... vivo? —preguntó Obito mirando al Hatake el cual se sentó en una de las sillas cercanas a la cama y miró a la niña en coma.

—Jin-chan dijo que estabas vivo, es suficiente para mi —habló suavemente Sakumo y miró a la nombrada dormir plácidamente.

—Ella... ¿Lo sabía? —Obito miró complicadamente a Jin.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now