LXXVI. Indecente

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Si hubiera algo que Jin pudiera destacar de su madre, sería su gran inteligencia cuando se trata de las cosas que quiere, por lo que no debería de sorprenderle tanto de que Ema haya conseguido de que ella la acompañara a su estúpida isla machista en una "misión de escolta e infiltración".

Jin no sabría si alegrarse o decepcionarse de que sus "compañeros de misión" fueran Ebisu y Hayate.

Al menos servían de apoyo moral.

Claro, Hayate era fuerte por derecho propio, su fuerte nivel de habilidad en la espada era aterrador por si mismo si no fuese porque esa maldita enfermedad que acecha su cuerpo. Jin nunca ha tenido la oportunidad de acercarse al hombre, por lo que no podría presionarlo para que se volviera un conejillo experimental de Shizune, Tsunade, Orochimaru y Rin, pero ahora podría aprovechar la oportunidad para ser amigos y...

Ebisu se ajustó los lentes y suspiró.

Jin seguía siendo tan mala para hacer amigos como antes, esa sonrisa que le estaba dirigiendo al pobre Hayate era escalofriante y, si no conociera mejor a Jin, diría que es una pervertida que está planeando secuestrar al pobre chico y hacerle cosas indecentes.

Bueno, ahora Jin tendrá otro esclavo de su comida, si Ebisu pudiera quejarse de algo de ser amigo de Jin serían dos cosas, una, que no puede comer a diario su deliciosa y adictiva comida y dos, la obsesión de Jin por Obito. Quería a Jin, era su preciada amiga, pero Obito era demasiado estúpido para siquiera pensar y mucho menos para que sus ojos vieran algo más allá de la amistas, lo que resultaba en que era doloroso incluso ver como Jin prácticamente se arrastraría por el Uchiha que seguía con un dedo en la nariz sacándose los mocos.

Era como si su brillante cerebro se hiciera papilla instantánea al ver al Uchiha, ¿Era este el llamado poder del amor? Ebisu se estremece de solo pensarlo.

Si se iba a volver tan retrasado como Jin al enamorarse, preferiría ser un perro soltero y viejo, gracias.

Hayate miró a la chica que iba a ser su compañera y tragó nerviosamente... él no la había provocado de ninguna manera, ¿Verdad? ¿Por qué pareciera que quiere quitarle la cabeza y vender sus órganos en el mercado negro?

Bueno, Hayate se consuela a sí mismo, con la cantidad de veces que ha tosido durante el viaje, duda que alguien siquiera quisiera vender sus órganos, después de todo, se puede ver que está notablemente enfermo.

Aun así... Hayate se estremece y mira suplicante a Ebisu, el cual silva como si no se diera cuenta.

Maldita sea, está solo en esto.

—Tendrás que comportarte como una dama durante...

—Vete a la mierda.

Ebisu y Hayate se atragantan con el aire y miran incrédulos a Jin, normalmente Jin era tan educada y dulce, demonios, incluso su carita tenía inocencia y era un poco lechosa aun como si fuera una niñita pequeña si no fuese por sus grandes pe... atributos físicos.

—No te pague...

—¿Crees que soy estúpida, eh madre del año? Estoy segura de que intentarás venderme como novia en ese lugar, ¿No? —Jin se cruzó de brazos debajo de su redondo pecho haciendo que los otros dos hombres de afuera se atragantaran con la vista.

Uno, porque Jin tenía buen pecho, dos, ¿Acaba de decir que esta señora era su madre?

—Como te atreves...

—Eres un libro abierto, Ema —se burla Jin desde el asiento en el carruaje y la mira con desdén—. No espero nada de ti... y aún logras decepcionarme.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now