XX. Banri

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Habibi Banri era una persona común y sencilla, aparte de su gran empresa de compra de bienes e inversiones junto con los diversos tratados comerciales, Banri se considera solo una persona normal con algo de dinero, el suficiente como para que lo que quiera comprar nunca sea imposible de obtener.

Entonces, como una persona sencilla, tenía gustos sosos en el mejor de los casos, por lo que fue fácil enamorarse de quien era su ahora mujer, Ema.

Ema era una mujer común que estaba intentando entrar en el mundo del comercio, pero al ser una mujer y no tener apoyo de casi nadie debido a que aparte del ámbito shinobi, las mujeres no tenían una voz realmente fuerte a menos de que fuesen las esposas de algún gran clan, sus negocios realmente no iban muy bien a diferencia de su madre, que era, por decir poco, una excelente médica civil; una maestra en el arte de curar.

Aun así, la diferencia entre "estatus" de ambos no le impidió a Banri enamorarse de ella cuando vio que compartían pasiones y gustos similares, junto con que sus pensamientos iban muy similares en la misma línea, por lo que después de un año de coqueteos, finalmente se hicieron pareja y tres años más, se hicieron marido y mujer.

No fue hasta cuatro años después de casarse, que las cosas se dieron y tuvieron la maravillosa sorpresa de que estaban esperando un bebé. Banri era una persona un poco desapegada a su realidad, casi como si pusiera un muro entre el exterior y él, por lo que abrir sus barreras hacia Ema fue una gran excepción ya que ella llegó de improvisto en su corazón y calló directo a sus pantalones, porque para ser honestos, aparte de su personalidad, Ema tenía un cuerpazo que definitivamente hacía que sus ojos vagaran un poco más de la cuenta.

Ema era fuerte, despiadada a la hora de hacer negocios y tomaba decisiones decisivas sin dudar ni un segundo, eso fue lo que los unió, porque ninguno de los dos tenía escrúpulos a la hora de cerrar sus tratos, harían cualquier cosa para su beneficio y el bien de la empresa.

Entonces llegó Jin y Banri se enamoró a primera vista de la pequeña bebé con dos lunares de corazón bajo sus ojos, fue como si la hubieran hecho para ser amada.

Jin era tan pequeña, tan dulce.

A Banri le daba miedo tomarla de mala manera y romperla, Jin era tan pequeña, ¿Era normal que los bebes pudieran ser cargados con una sola palama? ¿No estaba Jin muy pálida, estaba enferma, le faltaba algún nutriente? ¿Debería contratar más médicos? ¿Qué sucede si tiene alergias imprevistas? ¿Y si tiene alguna rara enfermedad que tenga costes muy altos? ¿A que aldea tendría que viajar para conseguir medicamentos? ¿Los bebes eran tan pálidos? ¿Necesitaba más sol? ¿No que los bebes son más propensos a tener insolaciones y deshidrataciones? ¡¿Su bebita moriría si le daba demasiado el sol?! ¿No eran las personas más pálidas más propensas a quemarse fácilmente? ¿Su bebita tendría que usar mucho bloqueador solar o viviría en constante dolor por su piel sensible?

Banri se volvió un nido de nervios, él solo sabía ser despiadado a la hora de terminar negocios, prácticamente lo habían criado para generar dinero y su único objetivo en la vida había sido vivir cómodamente bañado en dinero y lujos, por lo que ser cuidadoso o tener otra vida dependiendo de él no era lo suyo, incluso su esposa odiaba que le hicieran detalles como intentar cuidarla o algo así porque ella decía que no era una inútil, pero podría darle algunos regalos caros como joyas y esas cosas, por lo que estaría feliz, pero si eran muy caras, ella se enojaría porque pensaría que él no cree que ella pudiera pagárselo.

Una mujer con un carácter difícil, pero Banri la quería de todas formas. Ema era como un misterio que resolver, siempre jugando al borde de que su esposa explotara y, aunque no era divertido cuando se enojaba, era interesante buscar las formas de mantenerla feliz y encontrar un equilibrio, una experiencia excitante, ¿Se enojaría si hiciera eso? ¿Qué debería comprarle para disculparse? ¿Qué debería decir para arreglar las cosas? ¿Debería esperar o actuar? Era todo una aventura y esa sensación de adrenalina era casi adictiva.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now