CVIII. Academia

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Jin suspiró suavemente sentada en el sofá de su hogar, las cosas habían comenzado a moverse muy rápido desde que tuvo a sus gemelos... o al menos eso sentía ella, Obito, bendito sea el hombre, era un tesoro, siempre se encargaría de cuidar a los gemelos en la noche para que ella pudiera dormir, cada vez que estuviera cansada él la haría -obligaría a- descansar y se encargaría de los pequeños.

Incluso convocaría a un clon mientras cuidaba de los niños para que le diera suaves masajes en el cuerpo -desde que se enteró que estaba embarazada, se inscribió en clases especiales solo para aprender a como dar un masaje correctamente- distrayendo a los niños lo suficiente como para que ella pudiera relajarse y descansar, por lo que cuidar de los pequeños no fue una tarea tan difícil como lo tendrían otras madres que no tienen a sus esposos tan presentes y atentos como Obito -y que tampoco tienen la maravillosa, mística, honrable y trascendental técnica de clones de sombra-.

Aparte de su esposo, sus padres y abuela estaban encantados de ayudarla a cuidar de los pequeños, incluso Kakashi se ofrecería vez en cuando para ayudarlos si es que los ve a ambos demasiado estresados o agotados -Obito nunca admitiría que está cansado de sus bebés o que necesita espacio, parecía demasiado ensimismado en adorar a sus bebés y esposa como para notar su propia fatiga-.

Sobre todo, cuando ni un mes de que nacieran sus gemelos, ella volviera a quedar embarazada porque tanto ella como Obito fueron estúpidos y creyeron ingenuamente que había al menos un "tiempo de gracia", que no existía ni un carajo, por lo que los dos pequeños recién nacidos ya iban a ser hermanos mayores.

—¡Mamá, mamá! ¡Ya estoy listo! —exclamó Yori emocionado e inquieto, apareciendo por la puerta con su mochila en la espalda.

—¡Y yo también! —exclamó Kyo feliz y emocionado apareciendo detrás de su hermano.

—¿Se lavaron los dientes después de desayunar? —preguntó Jin mirándolos con un ojo abierto y perezoso desde el sofá, si el futuro equipo siete la mirase, dirían que ella tenía exactamente la mirada de Kakashi.

—¡Si! —exclamaron los gemelos.

—¿Se pusieron correctamente toda su ropa? —los niños asintieron acompañados de "Hum's" de confirmación— ¿Revisaron que no les faltase nada en la mochila?

—Comprobé la mochila de ambos, aunque por si acaso llevó dos de cada —habló Kyo con una sonrisa feliz y sus mejillas sonrojadas.

—Buen chico —Jin les sonrió a sus dos bebés extra emocionados por entrar en la academia ninja.

No había caso, incluso si odiara el lavado de cerebro de Konoha y las naciones ninja en general, no podía evitar que sus hijos amasen la divertida "magia" del ninjutsu y su genialidad.

—"Mejor prevenir, que lamentar" —hablaron Jin y Kyo a la vez, Yori rio divertido por los dichos de su madre.

—¡Dos cabezas piensan mejor que una, así que no te preocupes mucho por nosotros en la escuela, mamá! —sonrió felizmente Yori.

«Precisamente porque son las cabezas de ustedes dos que me preocupo.» pensó Jin mirando a sus hijos emocionados por la academia con una sonrisa impotente.

Sus hijos habían nacido fuertes y sanos, aterradoramente fuertes y sanos.

Como... sus pequeños puños eran realmente hábiles, dos pequeños genios que prácticamente se comunicaban por telepatía y, si se pusieran a luchar dos contra tres, esos dos pequeños diablillos terminarían ganándole a seis.

Pequeños monstruos aterradores, tuvo que limitar sus movimientos poniendo sellos gravitacionales por toda la casa para que no se movieran mucho y la destrozaran demasiado -solo dios sabe cuántos sellos puso en la casa-, pero de alguna manera, se adaptaron extremadamente rápido y tuvo que ir aumentando progresivamente la gravedad hasta que corriesen lo justo que haría un niño de su edad hasta cansarse.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now