Capítulo 11: Monstruos Burlados

370 61 6
                                    




¿Otra vez estoy a punto de morir?, creo que la mala suerte me tiene como favorita.


---------------------------------------------------------


-Otro amiguito viene –digo al ver acercándose a un animal de la misma especie adorable, con la diferencia de que es más grande y peludo.

-¿Puede que sea tu madre o padre?, perdón jaja, no se diferenciar el género –sonrío.

Termine de pronunciar esas palabras, y una manada de ellos empezaba a salir de entre los arboles altos de hojas gigantes. Nos encontrábamos en una parte de pasto llana, en donde tenías unos veinte metros más de disfrutar sin ningún obstáculo ni planta entrecruzada. Me sentí un poco intimidada debido al gran número de criaturas que se movían a mí alrededor, aunque yo no estaba ni cerca de estar asustada, porque simplemente su aspecto y comportamiento no lograban activar mi sentido de guardia. Yo soy de detectar rápidamente la hostilidad en las personas y confiaba mucho en él, ya que en ningún caso me equivocaba, y digo confiaba (en pasado), porque me lleve un gran susto al mirar nuevamente la cara de lo que era un lindo animalito.

Tenía los ojos llenos de venas rojas por toda la esclerótica (la parte blanca de los ojos), y el ceño totalmente fruncido con elevados grados de rabia, su boca que debería seguir siendo pequeña, se transformó en una cavidad abierta llena de puntiagudos dientes con la capacidad de arrancarme un pedazo de mi brazo, uñas filosas que supuse había escondido para luego cortarme la piel, y baba, baba que destilaba por su pelaje todavía suave. Aparte mi mano pegando un salto para atrás en total pánico, y volví a levantar la vista.

Miradas violetas con el mismo impulso asesino se posicionaban en mí, me quede helada, sin movimiento alguno, estaba enterada que había sido rodeada por ellos. Necesitaba pensar en un plan rápido, pero me desconcentro un ardor en mi mano, la observe y vi como mi piel hervía como si me hubiera tirado aceite caliente en ella. Recordé la baba del animal y me di cuenta que era como un tipo de ácido muy peligroso, por el cual estaba tiritando del dolor. Salir de inmediato es lo único que se me ocurrió.

-Agghh, ¡¡váyanse!!- grite desesperada, mientras sostenía mi mano derecha que seguía derritiéndose.

No tenía opción, le pegue una patada a la criatura que tenía enfrente empujándola lejos, estaba a punto de saltarme y debía defenderme. Vieron la situación los demás, y comenzaron a correr a mi caza en cuatro patas. No me quede quieta para que me devoraran viva, así que con los brazos apretando mi pecho, tapando la parte baja de mi nariz, empecé a correr a mi suerte con la intensión de recibir mordidas pero en menor medida, ya que mi paso estaba bloqueado por donde mirara y mi única salvación era terminar de igual forma herida. Trate de alejarme del pueblo, mi objetivo además de salvarme, era salvar a los demás de un posible ataque animal. No quería ver la preocupación en sus rostros, y menos en mi nueva familia, ya había decidido darles todo a estas personas que me dieron un nuevo rumbo, protegerlos a toda costa, y si era necesario entregar mi vida, ya eran todo lo que quedaba de mí, no dejaría que mueran, antes sobre mi cadáver.

A toda velocidad, dos criaturas saltaron sobre mí que estaba en movimiento, lograron clavar sus dientes en mi espalda y brazo izquierdo, sintiéndome más pesada y adolorida por sus mordidas. Con mi brazo derecho mientras seguía corriendo pero con menor velocidad, aparte la cabeza del animal que mordía mi brazo y lo arranque de él, derramando mucha de mi sangre. Al otro lo estampe contra un árbol haciendo marcha atrás con fuerza y lo desmaye. Por suerte, eran débiles a los golpes y no podían ser más fuertes que yo debido a su diminuta estatura, pero eran rápidos y astutos, atacando en manada, lo que aumenta cualquier victoria contra una persona, haciéndolos aún más poderosos por su número y organización. No entiendo que habrá causado su enojo, tal vez su raza tiene esta forma de ser, pero lo dudo mucho, algo debió haberlos afectado y eso no era yo.

Un rastro de mi sangre me perseguía, junto con las rabiosas criaturas en estado de locura. Ya me sentía con fiebre, muy débil, cansada y bañada en sudor, pero trate de seguir adelante entre las ramas y sogas que caían de los árboles, esquivando, saltando y destrozando mis ropas por el rose de todo obstáculo que se me presentaba en mi carrera desesperada. Todo se movía ante mis ojos, como si estuviera bajo una droga, entendía que la pérdida de sangre iba a matarme si seguía adelante, pero tampoco hacía falta, el camino se había terminado en un acantilado de una terrorífica altura. No tenía escapatoria, se estaban acercando y tenía dos opciones.

Una era: seguir por el costado, sabiendo que obviamente me atraparían en cualquier momento.

O la otra: que era esperar, y que me terminaran de devorar lenta y dolorosamente.

Ninguna es linda verdad, pero de todas maneras ya me estaba muriendo, era una lluvia de sangre.

¿Qué decidirían ustedes?, los dejo pensar un momento.....

...............

........

......

...

Bueno, igual yo elegí tirarme del precipicio. No dije que eran todas las opciones.

Segundos antes de que uno de ellos me alcanzara, note un rio debajo que trazaba  un camino turbio, y pensé.

"Que sea lo que dios quiera".

Me lance de espaldas con los brazos abiertos y mi cabeza hacia atrás, observando como burle a esos monstruos. No alcance a tener miedo, mi conciencia estaba a punto de extinguirse. El golpe contra el agua si lo sentí, había caído de una gran altura y las heridas se habían abierto aún más al estamparme contra el agua, en el que por un pelo de rana calva había atinado dentro.

Devuelta la misma situación bajo el agua con mi sangre por todos lados, pareciera que este era mi destino, no pretendía que un pez fantasioso me salve otra vez, y siendo sincera, prefiero morir de esta forma, habiendo conocido a Ángela, Josephina, Esteban y Leo. Fue corto, y eso es lo único que lamento.

Todo se volvió negro.

-------------


-Melodyyy!!!, por fin te encuentro, nos tenías preocupados –dice Josephina sosteniéndome en sus brazos temblorosos.

-Jo Josephina? – pregunto sin fuerzas.

-Te cargare, vamos! –me levanta con rapidez.

Al parecer seguía con vida, me salve, Y todo me dejo una gran enseñanza.

"Nunca más me fiare de los pequeños"

Pero no terminaron mis círculos de dudas acumuladas, se me había agregado otra, y ese era que todo había desaparecido.

TIERRA DE ESPÍRITUS~La chica dorada (TERMINADA)Where stories live. Discover now