Capítulo 49: Un mal final...

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—Déjemelo a mi...

Peyron maneja mi cuerpo con una gran agilidad y aparente hombría, ya que sus movimientos eran de un hombre experimentado. Una mirada afilada y fría desdibujaba mi carácter, y solo esperaba que nadie se diera cuenta.

Aquellos tentáculos que habían acumulado agua y por consecuencia hinchado enormemente, explotan hacia Sereno desde sus puntas para arrastrarlo a él y todo lo que le rodeaba con una presión que desojaría su piel, pero Pey fue más rápido y levantó una pared como cascada en reversa de agua frente a Sereno, que ya no conseguía moverse correctamente. Esta pared no solo detuvo el ataque del monstruo, sino lo absorbió, agrandando la cascada lo suficientemente alto para superar la altura de esa medusa, y en contrataque esta pared fue arrojada con la suficiente fuerza que logro empujar a la bestia bajo el agua, pero este impulso siguió hundiéndolo aún más profundo hasta no verse desde arriba.

Mi cuerpo estaba cubierto de estelas celestes ya que el poder que Pey usaba de mí, seguía activado para que esa presión siga hundiendo al monstruo. Esto aumentaba la pesadez en mi cuerpo.

—Estos pesados abrigos estorban —Pey rezonga con mi voz un tanto grave, ya que además mi ropa estaba mojada.

Comienza a quitarse el abrigo cubierto de piel, y luego otro buzo de gruesa tela hasta quedarme en una camiseta blanca de mangas largas.

_¡Pey!, ¿Qué estás haciendo?, deja de sacarme la ropa...

—Me quedare con el pantalón —Pey responde arremangándose.

_¡Claro que si!

—Me-Melody eso... que-qué haces —Ángela sin tentáculo que cortar, trata con una mirada confundida darle sentido a la situación.

—Estoy ayudando hermana —dice Pey de forma robótica.

_Dios, no puedo sonar más rara...

—Melody-¡argh! —Sereno salta con la fuerza sobrante desde el bloque de hielo hasta donde el lago de hielo nos podía conectar. Caminaba con su mano apretando el brazo herido y se detiene cerca de mí. Ya su poder no podría ser usado —¿esto fue obra tu-tuya?

Mi cuerpo empezaba a temblar y caían gotas en mi piel como si me estrujaran el agua dentro de mí. Aunque mi expresión lo único que demostraba era un ceño fruncido, yo sabía que ya no podía seguir deteniendo al monstruo debajo de nosotros.

—No hay tiempo —mi respiración se agitaba con rudeza —no podré seguir conteniéndolo —mi voz se volvía más áspera y mandona —salgan de este lago ahora.

—Tiene razón —Delni toma el brazo de Sereno y lo impulsa a moverse y llevarlo fuera —Pier ayuda a Ángela y Melody.

—No, si me muevo y desconcentro tan solo un segundo romperá mi barrera —mi cara se tornaba pálida —salgan primero yo los seguiré.

—¡Estás loca si piensas que cederé a esa estupidez! —Ángela grita con una increíble frustración, y me intenta alcanzar estirando su brazo hasta casi tocarme.

—Me obligas a hacerlo —con un movimiento de ojos Pey lanza medianos cúmulos de agua que rebotan en Ángela, Delni, Pier y Sereno haciéndolos volar hasta la prominente nieve que enfrenta la cúpula de la divinidad. Fue con mucha rudeza, por lo que se abran golpeado fuerte, aunque la nieve apaciguara la caída.

—Hermanaa —Ángela saca vigorosamente sus brazos de la nieve mientras los otros se levantan con dificultad.

Mientras tanto yo ya me encontraba sentada de rodillas, con las manos en el suelo, y cabeceando por mirar hacia ellos.

TIERRA DE ESPÍRITUS~La chica dorada (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora