Capítulo 29: ¡¡¡KRAKA-BOOOOMM!!!

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Arremetió una corrida hacia arriba, subiendo por las escaleras muy rápidamente, como si necesitasen su total apoyo, en algo o alguien situado sobre nuestras cabezas. Eso me sorprendió, ya que hace tan solo un minuto, Esteban había llegado a casa al terminar con su trabajo y así tomar un sabroso pan de Josephina.

Él solo extendió su brazo para tomarlo de la bandeja enfrente de Ángela y de mí, cuando de repente se detiene, da una agresiva vuelta hacia atrás y sube como si sus pies fueran tan ligeros como migas de pan en el aire. Puede que haya usado a su espíritu en ese instante. Pero fuera de cualquier suposición, ahora estaba preocupada. Giro hacia Ángela y ella hace lo mismo, expresando una confusión sin llegar a decir nada. Luego, se escucha como la puerta principal se abre en un porrazo, provocando un fuerte sonido, seguido por unos veloces pasos y una alterada voz que decía:

—¡Leo ahí voy!, ¡ten calma! —después de que Josephina casi haya roto la puerta, se la ve subiendo al igual que Esteban.

Detrás de ella estaba John, ya que la había acompañado a llevar los panes a la vecina de al lado. También preocupado, pero a diferencia de ellos, se quedó abajo tratando de cerrar la puerta medio chueca. De algún modo, esa actitud de John, me dio a entender que no era una situación de muerte, aunque de igual manera me alarmé.

"¿Qué le pasó a Leo?"

—¡John!, ¿qué está sucediendo? —Ángela se levanta de la silla mirando curvada hacia nuestra izquierda, por donde se podía apreciar la sala principal hasta visualizar la puerta de entrada, en donde él trataba de volver a encajar la puerta en su lugar.

Yo también me paré un poco nerviosa, pero sin hablar. John, logrando acomodar la puerta como puede, se nos acerca pasando por la roja alfombra de estampados negros, siguiendo por el living de libreros y paredes de un oscuro beige, hasta llegar al abierto sector de la cocina comedor en la que paradas e inquietas esperábamos su respuesta.

—¡Dinos! —insiste Ángela, ya con John del lado contrario a nosotras y separados por la mesa.

—Niñas, no teman —dice calmado, con su blanco y crecido bigote —. Puede que sea un momento importante, pero con todo respeto, me atrevo a decir, que los señores de la casa... están exagerando un poco.

Las dos nos calmamos al escuchar tal extraña y graciosa respuesta, aunque no nos hayamos reído, sabíamos que se escuchaba algo torpe, por lo que nos desplomamos como dos aliviadas bolsas de papas sobre nuestras sillas. Calladas y con los ojos bien abiertos, seguimos escuchando a John.

—No es habitual que esto pase antes de su cumpleaños, aunque sea con un día de diferencia. Lo normal es que pasen días después de aquella fecha para poder obtener su espíritu; ya es sorprendente que se les presenten en el mismo día del cumpleaños, por lo que es más extraño aun estas adelantadas situaciones.

"Espera, ¿Qué?"

—¿Dijiste espíritu? —pregunto con el máximo interés en mi rostro.

—Así es, está pasando por esa transición —agrega mientras asiente.

—Y... ¿duele?

Me descoloca la pregunta de Ángela, y vuelvo a dirigir la mirada a John. Él encorva su boca de lado y contesta:

—Depende... —Nos explica con detalle:


Los síntomas pueden ser muy variados, desde agonizantes hasta completamente nulos. Pueden ser dolores musculares, siendo que en las articulaciones empiecen molestias en rodillas, codos, muñecas, tobillos; en forma de pinchazos, dolores agudos y rigidez, provocando una severa inflamación. Otros casos se demuestran problemas en los órganos. Malestares estomacales, pulmones toscos, presiones de pecho y perdida momentánea de la vista. También pueden influir en la temperatura del cuerpo, aumentando desmedidamente el calor llegando a arder la piel, y bajándola a una extrema temperatura comparada a la sensación de una hipotermia. La pérdida de todos los sentidos es otra posibilidad, pero también puede ser solo un sentido acompañado con otros signos de los ya nombrados. Falta de oxígeno y un difícil control de la cordura mientras se expande el espíritu en el núcleo que da vida a nuestros cuerpos, en otras palabras, el alma. Después, la gravedad del estado de cada uno depende del mismo, aunque se cree que el que siente más dolor, es el que tiene más fuerza espiritual, pero no todos son iguales, por lo que se lo toma como un hecho, pero siempre puede haber sorpresas. Aquello va más allá de nosotros. Como ya eh dicho, los síntomas al contrario de lo dicho, pueden ser ninguno, por lo que un repentino desmayo, es el aviso de la transición para aquellos con este caso.

TIERRA DE ESPÍRITUS~La chica dorada (TERMINADA)Where stories live. Discover now