TIERRA DE ESPÍRITUS~La chica dorada (TERMINADA)

Extra Sereno: "Solo me hubiera gustado decirle lo que sentía..."

No recordaba la última vez que sentía tal impotencia. No, en realidad me cuesta olvidarlo. Solo que esta confianza que nació en paralelo a mis recuerdos me hizo cubrirlo con un rostro indiferente. Tal vez fui influenciado por el carácter de "todo está bien" de mi padre, independientemente de lo que suceda en mi interior. Me cerré bastante, de manera negativa, todos me parecían en cierta forma menos que yo, inferiores. Solo Leonardo me ayudo a mis ojos pegados de pestaña a pestaña a abrirse, y todo lo relacionado con él, lo que decía, su control, me salvaron de un solitario yo y entendí lo que verdaderamente era ser fuerte. Pero, me he vuelto decepcionante... ¿Por qué me sentía así con una chica inocente?, ¿celos?, envidia por la relación que tenían Leo y su hermana, aunque postiza, ya que no tenían ninguna relación de sangre. Puede que esa sea la causa, y la manera en la que Leo la miraba...

Esto estaba mal...

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Leo cuando hablaba de Melody no dejaba de sonreír. Cuando me habla de aquello teníamos un año de habernos conocido.

—Parece que quieres mucho a tus hermanas, sobre todo a Melody, aunque es raro ya que mi padre me dijo que no eras de alabar a nadie, aunque sean familia —trataba de burlarme un poco de él, pero Leo cambio un tanto su sonrisa a algo indefinido.

—Si... —dudaba Leo— mira, te diré esto ya que te tengo confianza Sereno.

—Claro, puedes confiar en mí— escondía un poco mi sonrisa al escuchar sus palabras.

—Bueno, en realidad... tu sabes perfectamente que Ángela es mi prima en realidad.

— Si... —me entristecía recordar el pasado de Leo, el cual me había sido contado por mi padre —Pero eso no tiene caso repetirlo, ya que de todos modos, aunque no tengan la misma sangre, no importa. El caso es el mismo con todos ellos ya que de todos modos son las hijas de tus tíos, hay unión.

—Ángela es hija de mis tíos, pero Melody no —se lo veía tranquilo, eligiendo perfectamente sus palabras.

—Eh, ¿Qué dices?

—Melody fue encontrada por Ángela a las orillas del mar. No tenía a nadie, ni recordaba nada de su pasado, así que mi familia la acogió como otra hija.

Mi expresión se debía ver congelada, tampoco lograba decir alguna palabra. Leo suelta una pequeña risa.

—Pff, sé que es una locura, yo pensaba lo mismo cuando la conocí. Es más, en un momento llegué a pensar que era alguna clase de impostora —Leo permaneció con una sonrisa de lado —pero la conocí mejor y entendí que no podía estar más equivocado, la he llegado a querer mucho... demasiado...

Su sonrisa triste me apretó el corazón, no podía creerlo. Sentía, tontamente, que en ese mismo momento Leo se alejaba, desde allí aquel miedo se había sembrado en mí. En esos días pensaba que era algo pasajero, ya que era mi primer y único amigo, eso debía ser.

Pero en estos momentos no parecía algo pasajero, y, al contrario, se asentaba más en mí.

La sostuve nerviosamente la muñeca y dije cosas que lastimaron a Melody. Me di cuenta de mis duras palabras al observar sus ojos temblar y la solté enseguida.

—Lo lamento —dijo ella—eso es algo que ni yo puedo contestar —camino hacia mí.

—Lo siento —me apresure a contestar. Levante mi mentón y calme mis nervios.

—Cuando tenga la respuesta te la diré —me sonrió entendiéndome la mano—pero primero alcancemos a los demás.

Era realmente vergonzoso haber mostrado tal rudeza a alguien que no había hecho nada malo, y menos a mí, apenas nos conocíamos, y, sin embargo, ella demostró ser mucho más madura a pesar de yo ser el mayor. Sus capacidades me alarmaron ya que me di cuenta que si me superaba, Leo perdería el interés en mi, y no seria alguien especial y aun menos al lado e ella. Patético. Recapacité luego de ese incidente y procuré hacer el trabajo que me encomendó Leo, proteger a su hermana con todas mis fuerzas. Pero logre ver que ella no era tan débil como pintaba. Ya que cuando las cosas se volvieron caóticas y el veneno del monstruo protector de la divinidad de hielo infectó mi cuerpo, ella me había ayudado con un poder de autocontrol y precisión increíbles, hasta su mirada había cambiado, parecía otra persona. Pero cuando mis fuerzas estaban al límite y vi como Melody estaba al borde de su vida, mis instintos, como si un interruptor oculto se hubiera desbloqueado, se encendió al caer al agua helada, mientras me hundía más y más. Mis ojos nebulosos apreciaron a mi espíritu salir de mi pecho, y lo dirigí hacia la superficie dándole ordenes desde el fondo, y sabía que gastaría tanto mi vitalidad que iba terminar muerto. Entonces es cuando apareció un leve recuerdo:

—¿Qué prefieres Leo?, ¿después de una vida placentera morir de viejo, o morir joven, pero con honor? —Le pregunte con una mirada inexpresiva.

—¿Eh?, ¿a qué viene esa pregunta? —ríe con extrañeza.

—Es un cuestionario que se volvió popular en la academia, y solo me preguntaba que dirías...

—Qué raro, no sabía que te interesaban esas cosas —mira hacia arriba y me devuelve la mirada, yo lo espero con ansias —Definitivamente moriría joven.

—... ¿Por qué elegirías eso?

—No es que le de muchas vueltas, seria genial poder morir habiendo vivido lo suficiente —sonríe ampliamente —pero si se presenta la situación, sea cuando sea, de tener que dar la vida para salvar a alguien valioso para mí o para mis amigos y así preservar su felicidad, pues sería un final más que satisfactorio.

Lo mire a los ojos y frunciendo el ceño no puede evitar una pisca de indignación en mi voz:

—¿Pero no sería lo mismo?, si mueres hay muchos que van a llorar por ti...

—Tal vez... pero ya sabes que soy un poco egoísta —sonríe brevemente y sigue caminando —además con el tiempo llegaran a olvidar —cambia el tono de voz y continua con ligereza —igual es una pregunta muy salida de la nada, no sabemos que depara el futuro así que no lo tomes enserio...

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Yo lo había tomado muy enserio, ya que sabía que él haría algo como eso, dar su vida, pero nunca había imaginado que haría lo mismo. Solo sucedió y ciertamente, Leo tenía razón, es satisfactorio... "Solo me hubiera gustado decirle lo que sentía..."

Pero entonces mi espíritu regresó a mí, y también mis pulmones se habían recargado de oxígeno al entrar a mi pecho de manera simultánea. Parecía que mi espíritu conservó una pequeña cantidad de energía y eso me ayudo a que mi conciencia regrese. Abrí los ojos y no podía creerlo cuando vi a Pier nadando hacia mí, pero se veía mareado, había contenido demasiado la respiración. Me miró cuando estaba a punto de alcanzarme y supimos que no lograríamos llegar a la superficie antes de perder todo el oxígeno. Parecía que esto era todo, pero mirando hacia donde la luz se alejaba, se formó en el agua una mano bastante grande y espesa que se alargaba llegando a nosotros. Nos tomó e impulso a los dos a la vez mientras subíamos a toda velocidad, saliendo como dos peces que volaban al cielo.