Capítulo 24: Rebélate Melody

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Una amplia, blanca y elevada escalera que baja en forma de espiral. Con determinaciones doradas y cremas, que formaban capullos de diferentes tamaños y longitudes que se miraban como si fueran a sobresalir en brotes de las paredes, escalones, y del pasamanos que sostenía en desconfianza. Lo sentía helado y rígido, pero eso no me calmaría debido a la postura en la que me encontrada, llegando a inclinar hacia afuera casi la mitad de mi cuerpo. Si seguía en esa posición, podría terminar en el último piso de un solo movimiento. Pero dudar, significaría mi derrota.

Reparar lo que ya está roto, no es una tarea fácil; se necesita determinación, y por fortuna, yo tenía mucha de ella.

— Tu... me pegaste... en la cara.

Pero tal vez, me arrugue un poco.

—No fue mi intención, por favor apártate —le empujo el pecho con mi indecisa mano.

En respuesta se fija más sobre mí, mientras me arrincona a la barandilla con firmeza, y a tan solo pocos centímetros de tocar mi nariz con la suya, aprieta sus dientes y dice:

—Si piensas que saldrás de ésta fácilmente, estas equivocada niña —me toma del cabello de la parte trasera, y mientras aprieta con fuerza, me tira la cabeza hacia atrás —. Me encantará probar tus lágrimas.

Sentí como su enfadada respiración rozaba mi cuello inclinado, y a un rápido escalofrío que había terminado en mis pies, que trataban duramente seguir en el suelo. Reaccioné, atrapando el cuello de su clara camisa y alzando la voz como nunca lo hubiera hecho entes, dije:

—¡Y yo no me dejaré vencer!

Con mi mano derecha—que sostenía el cuello de su camisa—lo acerqué forzosamente hacia mí, y cuando lo atraje lo suficiente, coloque su cabeza debajo de mi brazo, realizando así, una llave que atasco su cuello en él.

—¿Qué es lo que...?, ¡¡suéltame!! —grita debajo de mi axila.

—Si tú me sueltas, yo también lo haré —digo adolorida mientras Zion estiraba aún más fuerte mi cabello.

Era como si estuviéramos jugando al twister por la extraña posición en la que habíamos terminado. Parecía que ninguno iba a doblegar. A todo esto, teníamos que volver a la clase y anunciar que él sería mi compañero de lectura, que me enseñaría y estaría aclarando todas mis dudas a lo que terminara el año.

"Si así es como todo empieza, no quiero ver cómo termina" pensaba.

—No confío en ti, después de lo que has hecho mucho menos —lo oigo débilmente —¡suéltame primero!

—No te creo, me estas engañando.

—No me hagas decirlo dos veces —se impacienta y habla rudamente.

—Debes prometerlo —lo presiono.

—Que molesta —calla y retoma en un balbuceo —lo prometo.

—¿Cómo? no te llegue a escuchar.

—¡¡LO PROMETO!! —un eco se esparce escaleras abajo.

Se escucha movimiento.

—¿Qué fue ese ruido? —pasos de un posible profesor se acercan de más abajo.

Nuestra incomoda pose rompe, y nos agachamos detrás de la barandilla que tapaba en parte nuestros cuerpos en cuclillas. No lo veía, pero creíamos que el hombre que se asomó estaba mirando hacia arriba y comprobando que no haya nada extraño. Cuando los pasos se alejaron, nos relajamos en una expresión de alivio. Zion se percató del momento y se levanta de golpe.

TIERRA DE ESPÍRITUS~La chica dorada (TERMINADA)Where stories live. Discover now