Capítulo 37: La flor del amanecer

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Acallar la soledad, fortalecer la seguridad, saciar el corazón, y saborear los días de suerte. Eso es lo que he estado entendiendo y mejorando en los anteriores dos años y medio.

Dicen que a medida que creces, tiendes a madurar. Que la edad de catorce, hacia los quince, es decisiva. Te sorprende la manera en que tu cuerpo puede cambiar, y lo difícil y complicado que es para la mujer. Algunas hasta se asustan, deseando retroceder el tiempo. Conmigo no pasa lo mismo, y definitivamente no quiero volver hacia atrás una vez más; menos ahora, que al fin estoy cerca de los quince. Edad con la que deje mi mundo.

Ya sabía, sabia por lo que iba a pasar. Cuando reviví la pubertad sentí que lentamente regresaban los días de antes de toda la fantasía en la que me había embarcado. Una mitad me apretaba el corazón en tristezas, y la otra me daba un aliento esperanzador de simpleza. Donde la tinta se corrió, de allí estaría partiendo en pocas lunas.

El viaje de Esteban y Leo se prolongó, más de lo que cualquiera de la familia hubiera supuesto. Todo ese tiempo, y aun no he visto a Leo. No puedes hacer una llamada, no se pueden enviar fotos, y mucho menos videos. Lógico, no existe... He estado temiendo el poder olvidar su rostro, o su sonrisa, o la seriedad con la que me miraba a veces. Pero, aunque aquello me preocupara, noto que lo recuerdo intensamente, como si ayer hubiera partido. Debería tener unos diecisiete años, y se habrá vuelto un hombre con letras mayúsculas, lo que no me deja imaginármelo para nada. ¿Lo reconoceré en cuanto lo vea? ¿Él se acorada de mí?, son preguntas recurrentes que sin descanso me taladran los sentimientos.

Respecto a mi cumpleaños, decidí aparentar recordar el día en que nací, el verdadero. El calendario parece muy similar, solo que los meses tienen otros nombres más rebuscados, y tienen hasta treintainueve días. Resulta que el día en que cumplo los años, es el mismo que significa en Daurat la primera caída de la flor Dorelé. Es una clase de capullo que se mantiene cerrado todo el año, de un color durazno, y cuando llega el nueve de abril, este se abre en muchísimos pétalos como un pastel de hojaldre, y cae en el minuto siguiente. Es bellísimo. Me ha dejado hechizada, porque es increíble de ver, pero el hecho de que no dure más de un minuto, es cruel. Tanta espera de esa flor, para que luego su vida sea así de corta. Lo único que termina quedando, son las ramas vacías de los árboles de tronco alto y verde, mezclándose una vez más como si se camuflara, y la estrella que le había dado protagonismo tenía que esperarse en otro año más.

He pensado en mi avance, ya que la fecha en que nací, es la primera cosa que no fue mentira, bueno, además de mi nombre.

El reino no ha sufrido más ataques, y hemos vivido pacíficamente. Los tantos se calmaron. Cuando cumplí los catorce, Josephina me había dejado ir sola a donde quiera, mientras que este obviamente dentro del área prometida. Aquello se volvió una costumbre de día por medio, que me dejaba pensar, pero más que nada, cantar. Donde frecuentaba era el bosque en el norte de Daurat. Allí era, y es tranquilo. Ya que como ahora estoy haciendo, nadie se le ocurriría ir a las siete de la mañana, y menos teniendo el lago del bosque del oeste. Era más popular entre los jóvenes. Yo, en cambio, quería sentirme oculta, sin que nadie pueda oír mi voz. Me mirarían y pensarían que estoy loca, o por lo menos es el terror a que no gustara. La música y el canto, en fin, es un tabú.

Aclaro la garganta, me acerco a un árbol, y mientras observo el punto en donde la luz cae sobre la tierra desde la ranura de un ramillete de plantas altas, formando una lupa brillante, comienzo una canción que recuerdo a medias de mi infancia, y que mi madre cantaba para mí, pero que he rellenado, ya que varias palabras y oraciones no se lograban visualizar en mi cabeza. Pero que así, lograba sentir una clase de unión, entonando "Yo siempre":

♫Aun yo, cuando la soledad,

Viene a mí y no puedo respirar,

Te recuerdo a ti, y a tu rostro al marchar,

TIERRA DE ESPÍRITUS~La chica dorada (TERMINADA)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon