Capítulo 4

96.1K 12.5K 13.7K
                                    

El miedo se aloja en mi cuerpo, recorriendo cada una de las venas que poseo, intoxicándome poco a poco. La respiración comienza a fallarme, puedo sentir algo húmedo deslizándose por mi rostro. Intento contener esas malditas lágrimas, pero no lo consigo. Estaría mintiendo si digo que lloro por él y su engaño, es mucho más profundo que eso. La ansiedad me devora, la impotencia domina mis sentidos. El haber sido ingenuo, el saber que merezco esto. No debí creer en Aaron, cometí un error y ahora pago las consecuencias.

Deberé vivir con otra persona que me odia, es demasiado humillante.

Una carcajada escalofriante logra alertarme, haciendo que abrace con fuerza al gatito entre mis brazos. Él ríe como un lunático, totalmente fuera de control. 

—¿Vas a quedarte callado, Evans? —Su voz invade mis oídos, haciéndome detestar el sonido. 

Es tan cínico. 

Abro los ojos al instante, sintiendo una oleada de furia asesina. Está muy equivocado si cree que puede meterse conmigo, no se lo permitiré. Si quiere tener rencor hacia mí por algo que pasó hace años cunando ni siquiera éramos conscientes de lo que hacíamos, es su puto problema. 

—No, tengo algo para decirte —contesto dándome la vuelta, mirándolo desafiante—. Eres un maldito bastardo que vive atrapado en el pasado. 

La sonrisa que adorna su rostro desaparece, el brillo feroz en sus ojos se intensifica. Respira aceleradamente mientras cierra los puños con fuerza, luciendo aterrador. Incluso el pequeño felino parece darse cuenta, se está aferrando a mi pecho mientras lo sostengo. 

—No sé si eres valiente o demasiado estúpido —sisea inclinándose hacia mí, haciéndome retroceder—. Quizás antes tú tenías la ventaja, pero ahora no vales nada, solo eres débil e inútil. —Aprieto los dientes, conteniendo las ganas de golpearlo—. Un idiota que creció rodeado de lujos y siempre obtuvo lo que quiso, lástima que he venido yo para arrebatártelo todo. 

¿Que obtuve lo que quise? Por favor, de ser así no estaría en este infierno.

—Quédate con todo lo que quieras, bastardo —Me levanto de golpe, quedando frente a él. Mi gatito gruñe descontento, clavando sus garras pequeñas en la camisa—. Tú y tu madre son igual de repulsivos, ambas basuras vividoras que buscan obtener algo de los demás. Me das pena, Aaron Miller. 

El semblante del rubio se oscurece por completo, su mirada destella furia asesina. Rompe la poca distancia que nos separa, puedo sentir su aliento caliente chocando contra el mío. La diferencia de altura me hace sentir inferior, aun así mantengo mi cuerpo firme. 

—Arrodíllate y discúlpate —ordena tomándome del brazo en un movimiento brusco, el dolor no es nada en comparación a la gracia que me da su petición. Suelto una carcajada, él ejerce más fuerza sobre su agarre.

Estás equivocado si crees que haré todo lo que me digas.

—Jamás me arrodillaré ante ti —le susurro venenoso, la ira quema mi garganta—. Adelante, golpéame si te atreves, pero no cederé a ninguna de tus mierdas retorcidas.

Nos quedamos callados por unos segundos, observándonos intensamente. Los vellos de la piel se me erizan al ver la sonrisa confiada que se forma en sus labios. Comienza a estirar su brazo en mi dirección, intento alejarme pero termino cayendo sobre mi cama. Cierro los ojos por reflejo, esperando su golpe inevitable. 

Nunca llega. 

La única sensación que rodea mi pecho es ausencia, como si algo faltara en él. Enseguida escucho un maullido adolorido, la sangre se me congela. 

Odio Profundo |BL| ©Where stories live. Discover now