Capítulo 24

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La ciudad se vio sacudida por una fuerte tormenta; lluvia, vientos feroces y truenos que le indicaban a cualquiera que debía quedarse en casa. Bueno, definitivamente no a Fred. A él le pareció una excelente idea salir de su cómodo hogar para venir al mío con ese desastre natural cayendo encima suyo. Quería negarme pero recordé que nuestro proyecto es para mañana y aún nos faltaba bastante para terminarlo. 

Este es como el cuarto trabajo que hacemos juntos, ambos nos dimos cuenta de que somos geniales siendo un equipo. Cuando sacamos la nota más alta en el primer proyecto ninguno de los dos lo podía creer, esperábamos como máximo un aceptable. No le habíamos puesto muchas ganas, además de que estando en su casa nos distraíamos bastante ya que hablábamos de cualquier cosa antes que del proyecto. Entonces ver tan buen resultado nos sorprendió, de ahí en adelante decidimos hacer todos los demás trabajos juntos. 

Debo admitir que en este mes Fred me pareció agradable y divertido, tanto así que podría considerarlo mi amigo. Esto se hizo más notorio al ver que Kara comenzaba a sentir celos de él, cosa que me pareció adorable. Según ella paso más tiempo con ese ''pelirrojo aburrido'' dejándola de lado, y sí es verdad que últimamente salgo seguido con él pero no es cierto que la dejo de lado. Actualmente ellos no se llevan muy bien, aún así sé que sólo es cuestión de que se conozcan un poco y terminarán siendo grandes amigos. Se parecen bastante a decir verdad.

El ruido de una puerta cerrándose me asustó, enseguida la sensación de entrar en pánico se apoderó de mi cuerpo. Una de las razones por las que dejé a Fred venir es porque me encuentro solo: mi padre y Rebeca se fueron de viaje hace un par de días, Aaron había desaparecido hace unas horas. El hecho de escuchar ese ruido me aseguró que ya no estaba solo, internamente deseé que fuese alguna clase de espíritu demoníaco. Si mi padre viese que traje a un amigo... no sé lo que pueda ocurrir. Probablemente no me grite ni nada delante de él para mantener su imagen de ''buen padre'' pero en cuanto Fred se fuera seguro me daría la paliza de mi vida. No lo dudo, le molesta hasta que respire así que podría usar eso como excusa para golpearme. 

Cerré mis puños de la rabia, rápidamente traté de controlarme. No sirve de nada ponerme así, menos ahora que alguien llegó y puede ser cualquiera de los tres. Obviamente mi padre no me dijo cuándo pensaba volver, perfectamente podrían llegar de su viaje en este momento.

— ¡Maldita sea! — alguien grita abriendo de una patada la puerta de la habitación, suspiro aliviado al ver que se trata de Aaron. 

Espera... ¿Desde cuándo me alivia su presencia? 

Bueno, realmente es mejor que sea él a que sea mi padre, tengo motivos válidos para relajarme. No puedo evitar mirarlo demás al ver que está completamente empapado, parece un perro mojado. Uno muy enojado en realidad. Su remera se pega tanto a su cuerpo que no deja nada a la imaginación, marcando cada uno de sus abdominales. Siento que la respiración se me corta por momentos y de inmediato me pateo mentalmente.  Mierda, Dominik, no es momento de volverse un pervertido. 

— ¿Qué me ves? — pregunta a la defensiva, enseguida aparto la vista sintiendo mi rostro arder. 

— ¿Ocurre algo? Pareces bastante molesto. — digo evadiendo su pregunta, él sacude su cabello con sus manos y comienza a quitarse la remera. 

Maldición. 

 — No sé qué te hace creer que te diría si ocurriera algo. — contesta tirando la prenda mojada al suelo mientras baja la cremallera de su jean. Nuevamente quiero desviar la mirada pero se me hace imposible. 

¿Por qué se cambia delante de mí sin pudor alguno? ¿No tiene sentido de la decencia acaso? 

— A pocos pasos de ti está el baño, podrías poner tu ropa en el cesto en vez de tirarla por todas partes. — comento casualmente ganándome un gruñido de su parte. 

Odio Profundo |BL| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora