Capítulo 21

107K 11.8K 12.7K
                                    

Me metí en la primera habitación que encontré con el fin de escapar de Aaron y evitar otra maldita pelea.  Por lo que puedo ver debe ser para invitados, tiene una cama de dos plazas en el centro, en frente de ella hay una televisión plasma. No tiene mucha decoración más allá de algunos adornos y ser asquerosamente blanca, casi sin más colores. Sigo indignado por el hecho de ser obligado a dormir con ese demente cuando hay tantas habitaciones sin uso. 

— ¡Maldición! — suelto en voz alta, frustrado. Podría gritar todo lo que quisiera ya que el cuarto de mi padre se encuentra abajo, pero mejor me contengo porque el que sí podría escucharme es Aaron. Lo menos que necesito es tenerlo furioso golpeando la puerta para decirme que me calle. 

Hablando de ese desquiciado...

¿Cómo pudo tocarme así? ¿Qué está mal en él?

Cuando detestas a alguien lo último que querrías hacer es tocarlo y menos de esa forma, esto no debería estar ocurriendo. Así sean impulsos de su parte, o si llegase a ser algo más retorcido, está mal. No estoy acostumbrado a este tipo de situaciones, no sé cómo reaccionar ni qué hacer. Soy consciente de que el comportamiento que tiene ahora es mucho mejor que el de hace una semana, aún así no quita lo mucho que me perturba y confunde. Antes de Aaron nadie me había tocado de esa forma, es un terreno completamente nuevo para mí. No quiero sentirme tan desprotegido. 

— Tenemos que hablar. — la voz demandante de Aaron me saca de mis pensamientos, levanto la vista encontrándolo recostado en el marco de la puerta. 

— No tengo nada de qué hablar contigo. — respondo tenso. Sólo quiero que se vaya y me deje en paz. — Vete, ya es tarde.

 — Te recuerdo que esta no es tu habitación. — contesta comenzando a enojarse, lo miro desafiante. 

— No quiero verte. — le digo con firmeza, él suelta un bufido mientras camina hacia a mí. Por inercia retrocedo hasta chocar con la orilla de la cama. 

— A nadie le importa lo que quieras. — dice siseando,  suena cada  vez más molesto, un escalofrío recorre mi cuerpo ante la terrorífica expresión de su rostro. — Bueno, capaz que a tu noviecito sí, estaba muy preocupado cuando te llamó. ¿No?

Otra vez con lo mismo. 

— ¿De eso quieres hablar con tanta urgencia? — pregunto burlón. — Me hace pensar que no estabas molesto porque hablaba por teléfono tan tarde, más bien parece una pobre excusa para tratar de ocultar tus celos.  

En el segundo que dije eso supe que fue un error, Aaron parece totalmente sacado de quicio. Intentando huir voy hacia atrás consiguiendo caer en la cama, enseguida trato de alejarme más pero él me toma con fuerza del cabello obligándome a verlo. Puedo sentir el peligro en el aire, su mirada busca asesinarme. El valor que había reunido para confrontarlo desapareció casi de inmediato, fue reemplazado por un enorme miedo. 

¿Cómo bajé la guardia así? Apenas pasó una semana de la última paliza que me dio y pareciera que lo olvidé sólo porque todavía no ha vuelto a golpearme. Bueno, ese ''todavía'' termina ahora, gracias a que lo confronté va a volver a lastimarme y todo porque no puedo cerrar la boca. Odio callarme, en situaciones así no está bien que lo haga, pero es la única forma que tengo de protegerme. Si no lo provoco tengo más posibilidad de salir ileso, ahora es demasiado tarde. 

— Estoy harto de tu insolencia, Dominik. — susurra inclinándose hacia mi rostro, no puedo dejar de mirarlo fijamente. — Me importa una mierda si no quieres hablar conmigo, mejor si te mantienes callado porque yo sí que voy a hablar y tú me escucharás, te guste o no. 

— ¿Tan desesperado estás que quieres obligarme a escucharte? — la pregunta escapó de mis labios. Aaron tiró de mi cabello dejándome prácticamente a nada de sus labios, rozándolos con los míos. 

Odio Profundo |BL| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora