Capítulo 20

102K 10.9K 15.1K
                                    

Si hay algo que no entiendo es a Aaron Miller. 

¿Por qué me ignora de esta forma? Digo, prefiero mil veces eso a sus agresiones de siempre pero a la vez me intriga demasiado, más si recuerdo lo del beso. Hace un par de horas que legué a nuestra habitación y ni siquiera me miró, sólo está recostado en su cama usando su celular. Estaba muy nervioso antes de entrar aquí, nunca se sabe lo que él pueda llegar a hacer, es impredecible. Alguna idea tenía de sus posibles acciones, pero para nada pensé que iba a ignorarme y ya. Ojalá continúe así hasta que pueda irme de este maldito infierno. Puede que ese jodido beso lo haya confundido mucho, aunque lo más probable es que sea otro de sus truquitos y juegos mentales.

 Ya, no pienso desperdiciar mi tiempo en seguir tratando de analizar al demonio rubio, es muy agotador. Para mi desgracia por mucho que me ignore el ambiente se siente igual de tenso e incómodo que antes, incluso más.

Desearía poder sentirme tranquilo en mi propia habitación. 

La ventana que queda en entre medio de nuestras camas está completamente abierta, el frío que entra es impresionante. Estamos en pleno otoño, casi invierno, y encima es de noche. ¿Este chico quiere matarme de hipotermia acaso? Será mejor que sólo lo ignore, quizás si la cierro se enoje y eso desate otra pelea. Simplemente me levanto de la cama con la intención de agarrar algo de ropa para dormir, todavía sigo usando la que llevé al instituto. Camino hacia mi ropero y tomo un short negro junto con una remera blanca lisa. Es lo que uso como pijama casi siempre, odio dormir muy abrigado, para eso pongo más acolchados y listo.

 Obviamente no pienso cambiarme en frente de Aaron, esto es algo que ya había decidido. Luego de lo ocurrido entre nosotros hace más de una semana, el recordar cómo lanzó mi ropa como si yo fuese un animal... hace que quiera irme lejos. Es una de las cosas que me confunde e inquieta a la hora de pensar en ese beso, por tal motivo cada vez me convenzo más de que fue un impulso el corresponderlo. 

Después de una hora salgo un poco más tranquilo del baño, al final decidí tomar una ducha larga para relajarme y sacar algo del frío que sentía. Ya preparado para dormir camino hacia mi cama, me recuesto sobre ella enseguida y me tapo hasta la cabeza con las mantas. La actitud del rubio sigue preocupándome, aún no ha dicho ni una palabra. Mi miedo es que quiera agarrarme desprevenido; buscar que me sienta cómodo para luego atacarme sin que lo espere. No se lo voy a permitir. 

Una fuerte melodía rompe con el silencio que nos rodea dándome un susto de muerte, tardo unos segundos en darme cuenta de que es mi maldito celular. Me incorporo para tomarlo de mi mesa de luz cuando la penetrante mirada de Aaron me atrapa. Es aterrador. Las sombras lo hacen parecer un asesino salido de esas películas macabras, sus ojos parecen los de un lobo observando cada movimiento de su presa. Siento que mi respiración se corta y el miedo congela cada parte de mi cuerpo. Trato de calmarme apartando la mirada, agarro el celular y concentro mi atención en la pantalla.

 Es una llamada entrante. 

¿Quién llamaría a media noche? No tengo registrado ese número, generalmente nunca atiendo a desconocidos, probablemente sea alguna de esas agencias publicitarias o mierdas por el estilo. Aunque, bueno, tampoco es que fuese a morir por atender ahora. 

— ¿Hola? — digo aceptando la llamada a la vez que pongo el celular en mi oreja. 

Hola, Dominik. — saluda alguien con voz grave y masculina, se me hace familiar pero no recuerdo a quién pertenece.

— ¿Quién eres? — pregunto para sacarme de dudas.

Soy yo, Fred. — responde bajando un poco la voz, casi en un susurro. — Disculpa que te llame tan tarde.

Odio Profundo |BL| ©Where stories live. Discover now