Capítulo 16

97.9K 11K 9.8K
                                    

Kara cometerá homicidio si no aclaro la situación.

Ella parece furiosa, y no es para menos, yo también lo estaría si creyera que alguien abusó de mi amiga. Pero sería absurdo considerarlo violación cuando fui el primero en querer devorarlo, ambos estábamos demasiado ebrios. Ni siquiera entiendo por qué lo hice, solo recuerdo la enorme necesidad de complacerlo. Toda esa maldita culpa que buscaba desesperadamente calmar...

Mierda, me acosté con él para sentirme mejor conmigo mismo.

—Cortaré su maldita garganta —susurra trayéndome a la realidad, luciendo tensa—. Debe pagar, no permitiré que este abuso quede impune.

¿Cómo llegué a tener una persona tan bonita en mi vida?

—Tranquila. —Pongo mi mano sobre la suya—. No es lo que piensas, las cosas ocurrieron de otra forma.

—¿Tú querías? —cuestiona relajando un poco sus hombros, pero aún desconcertada.

¿Qué debería responder? En realidad no quería, consciente jamás se me hubiese ocurrido hacer algo así. Miller ni siquiera buscaba tener sexo, estaba confundido. Reaccionó ante mis estímulos, se dejó llevar por el calor del momento y actuó bajo impulsos, al igual que yo.

—Estaba ebrio —comienzo a decir, ella abre los ojos con evidente horror, enseguida continúo—: Él también, ambos nos encontrábamos en un estado deplorable.

—¿Y decidieron follar o cómo? —Parpadea varias veces, incrédula—. No entiendo, ustedes se odian, lo normal sería que peleen —murmura mirando al suelo—. Siento que estoy perdiéndome de algo importante.

El puente. Las galletas.

Maldición, ella merece saber la historia completa, pero será mejor endulzar los sucesos: no quiero que se preocupe.

—Si bien te he contado lo terrible que era con Miller en nuestra infancia, hay un detalle que preferí omitir —suspiro cruzándome de brazos—. No recuerdo prácticamente nada, mi inconsciente ocultó todo momento relacionado a él.

—¿Eso es posible? —pregunta atónita.

—Por lo visto sí —respondo—. Aunque tarde o temprano la oscuridad se convierte en luz, y los recuerdos emergen nuevamente. Es lo que me ocurrió anoche: no pude soportarlo, necesitaba escapar de mi mente.

—Entonces decidiste beber —susurra con desaprobación—. No está bien.

—Lo sé. —Aparto la mirada.

—Pero sigo sin entender cómo terminaron así —agrega estirando su cuerpo hacia mí—. ¿Él bebió contigo?

—No, creo que lo hizo cuando me fui de la mansión —reflexiono—. Tuvimos una discusión fuerte, se veía muy inestable. Quizás también le robó alcohol a Patrick, o quién sabe, tal vez la desquiciada de su madre se lo dio.

—¿Te fuiste? ¿A dónde? —pregunta con intranquilidad, preocupándome. Levanto la vista notando que sus ojos están tristes—. Alguien ebrio no puede andar solo por las calles.

—Supongo que Miller pensó lo mismo. —Rasco mi nuca, incómodo—. Él me siguió, aún sigo sin entender cómo logró encontrarme, pero lo hizo.

—Y te golpeó —afirma molesta, arrugando su nariz.

—Salvó mi vida —susurro avergonzado, cubriéndome el rostro con las manos—. Estuve a punto de caer en el lago Sweet, pero él llegó a tiempo y lo evitó.

—Es un truco. —Se levanta bruscamente—. No tiene sentido que... Espera, ¿por qué estabas allí en primer lugar?

Mierda, no puedo confesarle que intenté suicidarme.

Odio Profundo |BL| ©Where stories live. Discover now