DEMONIO

1.7K 148 9
                                    

{ABADÓN}

- ¡Sube, corre! ¡Alex!- le grito a mi herman, encima de una furgoneta.
Los zombis llevan rato persiguiéndonos.
No nos dejan escapatorias.
- ¡Vamos, Alex, más rápido!- le anima Hope, también en lo alto de la furgoneta, junto con Andrew y la hermosa Jade.
- Te tengo, hermana- le digo alargando mi mano, a la misma vez que ella alarga la suya.
La subo a la furgoneta justo a tiempo, un corredor estaba a punto de alcanzarla.
- Estamos a salvo- suspiro-. Malditos demonios.
- Por poco- suspira Andrew.
- ¿Lo tenemos todo?- pregunta Hope y miro mi bolsa negra.
- Sí, pastillas y más pastillas. No sé para qué necesitan tantas medicinas- dejo caer mi bolsa.
- Ahora necesitamos un vehículo que funcione- dice Jade-. ¿Creéis que la furgoneta funcionará?
- Quién sabe- dice Hope-. Podríamos probar.
- Antes tenemos que alejar a la horda- dice Alex y miro a mi alrededor.
Están sedientos de sangre y cada vez vienen más, guiados por sus gemidos.
Como sigan así, se amontonarán unos sobre otros y nos alcanzarán.
Y para colmo, no tenemos munición, lo hemos gastado todo. Solo me queda una tubería vieja que he encontrado por el camino, oxidada en el suelo.

- Tranquilos, esta bengala los distraerán- dice Andrew sacando una pistola de su bolsillo.
Dispara una luz verde que cruza el cielo azul y luego, a unos kilómetros, surge un pitido procedente de la bengala.
Eso atrae la atención de los zombis, que se olvidan de nosotros y van por el camino contrario.

No.
No estamos solos.
Tengo una mala intuición.
Alguien nos observa.
Escucho su respiración.
Su asquerosa respiración.
Los demás creen que están a salvo.
Pero no.
No lo estamos.

Miro alrededor y mi visión se para en un callejón, donde veo claramente cómo un zombi nos observa atenta y fijamente.
Como pensando qué hacer, cómo y cuando atacarnos.
O como si estuviera en shock y pudiera despertar en cualquier momento...
- Chicos...- susurro justo antes de que empezaran a bajarse del auto.
Los demás miran hacia el mismo lado que yo y se quedan igual de extrañados.
- ¿Qué...?- empieza Jade pero ya viene.
Ya viene a por nosotros.
Corriendo.

- ¡Es un corredor, tened cuidado!- advierte Andrew, con su fusil en posición de ataque, no le quedan balas pero puede atacar con él.
- Tranquilos, no puede hacer nada- dice Jade.
- Te equivocas- dice Hope, para nuestra sorpresa-. Eso no es un corredor.

El zombi, de pelo largo y cara demacrada, como cualquier otro, viene corriendo hacia nuestra posición, hacia la furgoneta.
Parece un corredor cualquiera. Pero Hope asegura que no.
Y no le falta razón.
La mujer zombi salta sobre el capó y se agarra para impulsarse hacia arriba.
Hacia nosotros.

Todo ocurre muy rápido.
Esto no entraba en nuestros planes.
No.
- ¡Maldita escoria!- grito golpeándole en la cabeza con la vieja tubería.
El zombi cae hacia abajo pero no tarda en ponerse en pie y volver al ataque.
Sube de nuevo hacia el techo de la furgoneta.
Con la misma agilidad que cualquier humano.

Andrew le golpea con su fusil pero no la llega a caer y está a punto de atrapar a Hope cuando la vuelvo a golpear y esta vez doy en el clavo.
Sus sesos salen volando y lo que queda de su cuerpo y cabeza cae hacia abajo.
Destrozada, muerta.
Maldito demonio.

El silencio vuelve a reinar el lugar.
Un silencio incómodo.
Incómodo porque alguien está a punto de morir.

Alex solloza en silencio sujetando la mano en la que le han mordido con la otra mano.
- No- murmura con su mano derecha sangrando-. Esto no puede estar pasando.
Miro a los demás, con urgencia.
- Tenemos que irnos ya. Tenemos que darnos prisa y llegar a tiempo, sino Alex va a morir- les digo preocupado, con el corazón en un puño-. Solo tenemos veinticuatro horas.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaWhere stories live. Discover now