EL VERDE FUEGO

769 71 3
                                    

{ABADÓN}

- ¿Es eso cierto, Azula?- le pregunto una vez que Mia Torres muere, acuchillada por mis navajas, guiado por el hombre malo que sabía que iba a estar aquí, o no, tal vez no es el hombre malo el que me guiaba.

- Aledis- murmura la mujer-. Ese es mi verdadero nombre- se interrumpe un momento para tomar aire y se vuelve hacia mí-. Abadón... Lo siento mucho... Sé que está mal pero gracias a ello hemos conseguido esto, la has matado.

- Me has mentido- le reprocho con los puños cerrados, furioso, esperando la voz del hombre malo que me pida que le ataque o algo, pero solo hay silencio.

- Jamás se revelaría contra mí- me explica, como si me leyera el pensamiento-. Al fin y al cabo, lo creé yo. No estás loco, Abadón Fire, nunca lo has estado. Ni bipolar, ni esquizofrénico, nada de nada. Lo que tienes implantado en el cerebro, esa vocecita que te llega a la mente como si fuera parte de ti, es una inteligencia artificial.

- Mientes- le digo sin poder creérmelo, con todo lo que había pensado hasta ahora viniéndose abajo.

- Sabes que digo la verdad- me dice intentando hacerme comprender-. Vamos, ¿por qué si no te habría conducido hasta aquí? ¿Cómo te habría hecho más fuerte y más sabio? Una esquizofrenia no te aporta eso.

- No puede ser- digo, obstinado-. No puede ser. Lo tengo desde pequeño... Esa anciana que maté... Esas personas... Michael...

- Compréndeme, tenía que ponerlo a prueba. Y siempre ha habido algún que otro fallo...- me dice con ojos emocionados-. Lo de Michael también estaba programado, Abadón, gracias a ti, gracias a mí, hemos conseguido grandísimas cosas. 

- Te odio- murmuro dándole la espalda, con lágrimas contenidas en los ojos.

- Tienes todos los motivos para hacerlo pero... al menos mira la parte positiva- murmura Azula, acercándose a mí por detrás y colocando una mano en mi hombro-. Hemos vencido, Abadón. Estamos a salvo.

- Aún no- murmura una voz que aparece de la nada.

Noto algo en mi barriga, algo que se adentra sin que me haya dado tiempo a reaccionar.

Mis piernas empiezan a temblar y acabo cayendo al suelo, desplomado y con la visión borrosa.

Un disparo, puedo escuchar un disparo.

Un disparo que va directo a Azula.

Y luego, una sombra empieza a acercarse a mí mientras todo se va oscureciendo.

{XAVIER}

Malditos ineptos. Malditos necios.

No han podido con estos personajes de pacotilla, creí que eran más fuertes. Estábamos más entrenados, somos más inteligentes, teníamos todo para vencer. Pero tenía que pasar algo, tenía que salir un incordio aún mayor. Aledis Bech... Maldita puta.

Aún recuerdo el primer día que nos asignaron a todos como equipo de investigación, con la incorporación de la aprendiz más joven, Aledis. Si estábamos allí era por algo. Éramos de las personas más inteligentes y la joven Aledis, a pesar de empezar con menos años que todos nosotros, poseía una mente maravillosa, digna de pertenecer allí, y era más madura que cualquier niña de su edad. Congeniábamos de escándalo y nos llevábamos de lujo. Éramos el equipo perfecto. Oh, qué buenos tiempos. Pero siempre era lo mismo: investigar curas, curas y más curas. Y entonces un día se me ocurrió.

- Oye, ¿y si en vez de buscar la cura a enfermedades como el cáncer o el sida hacemos algo más grande, más importante?- propuse en tono de broma, aunque yo sabía que lo decía en serio.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaWhere stories live. Discover now