VISCOSO

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{ZOMBI}

- ¡¿Qué demonios?!- grito sorprendido.
- ¡¿Qué es esa cosa?!- grita Zeta.
- ¡Atacadle!- ordena Zero.

Ante nosotros, un ser enorme, ancho y lleno de grasa por todo el cuerpo, nos gruñe, un gruñido algo asqueroso y horripilante.
Asqueroso y horripilante como él mismo.
Su tufo a muerte nos llega desde lejos.
Se acerca a la vez que le ordeno a Apocalipsis trotar hacia él, empuñando mi espada.
Zeta se acerca lo bastante para cargar su escopeta y dispararle.
Una bala le atraviesa el pecho, que deja un agujero al descubierto, pudiéndose ver el otro lado del paisaje, pero pronto vuelve a cubrirse de esa mugrienta grasa.
No le ha hecho daño, ni siquiera ha retrocedido, sigue caminando a pasos lentos pero firmes, hacia nosotros.
Zeta saca ahora su fusil para disparar más rápido, apunta a la cabeza pero parece que las balas lo atraviesan sin más, sin hacerle daño.
Zero nos ayuda con sus flechas, disparando sin cesar.
Algunas se quedan en el interior del cuerpo del monstruo, pero luego salen, como escupidas, llenas de esa extraña sustancia.
Tal vez si le hago un tajo en el cuello y le corto la cabeza...
Solo tengo que acercarme un poco más.
Con mi espada en alto y sobre mi caballo, me preparo para atacar.

- ¡ZOMBI!- grita Zero.
- ¡CUIDADO!- grita Zeta.
Pero de nada me sirve sus avisos.
El monstruo hace acto de escupir cuando estoy a punto de rebanarle el pescuezo.
Pero me veo obligado a cambiar de dirección y acabo cortándole un brazo, a la misma vez que me escupe, llenando mi brazo izquierdo de una sustancia pegajosa.
Una sustancia viscosa que a priori solo me produce un tremendo asco.
Pero empieza a quemar.
A doler.
A internarse en mi piel.

Caigo de mi caballo, intentando eliminar esta sustancia viscosa de mi brazo.
Lo sacudo, profundamente dolorido.
Me ha dejado una marca en carne viva, me ha desgarrado la piel.
Duele.
Duele a reventar.
Casi no puedo ver lo que está pasando.
El dolor empieza a consumirme por completo.
Todo se oscurece en cuestión de segundos.

{ZERO}

- ¡Zombi, no!- grita Zeta, preocupada.
Intenta ir hacia él pero el bicho viscoso se interpone en nuestro camino.
Piensa, Zero, piensa.
Las balas no le hacen daño.
Las flechas tampoco.
Zombi le ha cortado un brazo pero le ha vuelto a crecer.
Su sustancia ha quemado el brazo a Zombi.
Caigo en la cuenta de que Jack ha desaparecido pero no le doy importancia, no cuando hay un amigo caído al que debemos rescatar, y menos aún cuando mi chica y yo estamos en peligro.

- ¡Lo tengo, dame una de tus balas explosivas!- le pido a Zeta y esta lo hace sin preguntar-. ¡Atrae al bicho lo más lejos posible de Zombi, yo me ocuparé del resto!
Zeta asiente con la cabeza, algo asustada, pero preparada para lo que tiene que hacer.
- ¡Vamos, grandullón, estoy aquí!- le grita esta, sobre su yegua, Arizona.
Preparo una flecha explosiva con la pólvora de la bala de Zeta.
Eso puede destruirlo.
Debe funcionar.

- ¡Zero!- grita Zeta y miro hacia ella.
El bicho le escupe.
Con suerte, ella sabía lo que iba a hacer y lo ha esquivado, tirando de Arizona hacia el otro lado.
- ¡Cuidado, aléjate ya!- le grito apuntando al bicho con mi ballesta.
A los pies del bicho.
Al suelo.
Solo se activará con un buen golpe y su cuerpo es como gelatinoso así que dudo que funcione.
Tres.
Dos.
Uno.

La flecha sale impulsada.
Impacta contra el suelo.
Mi puntería no falla.
La flecha tampoco.
Una explosión.
Bajo los pies del grandullón.
Su sustancia viscosa sale volando por los aires.
Me cubro la cabeza con las manos.
Y cierro los ojos.

Los vuelvo a abrir al no notar nada. Por suerte, estaba suficientemente lejos de ese asqueroso bicho.
Que ya es historia.
Ya solo queda algo de sus sustancia esparcida por el suelo, sustancia que empieza a disolverse, a desaparecer.
- El fuego- le digo a Zeta-. El fuego lo mata.

{ZOMBI}

Abro los ojos, algo desorientado.
Me miro el brazo izquierdo al recordarlo todo.
Tengo una venda que cubre la mitad de mi brazo, por donde se extiende la herida que provocó el monstruo.
- ¿Dónde está? ¿Dónde está?- miro alrededor, buscándolo, con ansias de venganza, pero ya no estamos en el mismo sitio.
- Lo hemos matado- me explica Zero-. Con fuego. Luego te hemos traído a esta farmacia y curado esa herida tan fea como hemos podido, con lo poco que hemos podido encontrar aquí.
- Gracias, supongo. Hay que advertir de esto a Rachel. Y oye...- vuelvo a mirar alrededor-. ¿Dónde se ha metido Jack?

{JACK}

Era mi oportunidad perfecta.
Para salir pitando.
Incluso yo me asusté.
Jamás había visto algo así.
Me siento decepcionado conmigo mismo por haber abandonado a mis amigos a su suerte, por no haberlos ayudado, pero no me habrían dejado escapar, y necesitaba esto...
Correr...
La gran manada de zombis con los que nos encontramos me produjo un sentimiento muy extraño, una ansiedad en el pecho que no notaba desde hace años.
Desde... desde que Crystal murió, y luego volvió a la vida, después de morderle.
He seguido corriendo hacia lo que me produce tal ansiedad.
Alejándome de todo.
Para encontrar lo que busco.
Busco algo que desconozco.
Pero sé que tengo que encontrarlo.
Sea lo que sea.
No paro de correr.

- Jack.
Esa voz.
Paro de correr.
No quiero volverme.
Esa voz no.
- Qué de tiempo.
No, no puede ser.
Tal vez esté alucinando.
Estoy loco.
Esto no es real.
No quiero girarme.
Pero, sin embargo, lo hago.
Me giro hacia esa voz, hacia el centro de lo que me produce tal ansiedad.
Solo necesito girarme para saber que es real.
Lo es.
Lo es.
- Tú...

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora