CAMINO

716 68 7
                                    

{ED KENNEDY}

- Dejadme repasar- les digo a los dos hombres, al cámara y al guerrero-. ¿Entonces estáis del bando de ellos?

- No hay ningún bando para nosotros- dice Kian.

- Somos neutrales- explica Jeremy, guardando su cámara en su mochila-. ¿Qué hacemos aquí? Llevamos tiempo siguiéndole la pista a Los Tres Grandes. Aún desconocemos sus verdaderas identidades pero supimos llegar al Comienzo infiltrándonos en el periodo de las pruebas sin tener que pasar por ellas, moviendo algunos hilos. Así descubrimos lo que harían a los que consiguieran pasar las pruebas y de esta forma nos hicimos con un antídoto. Y aquí estamos, haciéndonos pasar por otro más que no recuerda nada de su vida anterior. Durante todo este tiempo, nos la hemos apañado mejor que vosotros y hemos recopilado información sobre este sitio. Sobre su interior, porque de su exterior no sabemos nada. No sabemos en qué lugar del mundo está, en el transporte que nos trajo hasta aquí no había ninguna ventanilla y de todas formas, estábamos bastante ocupados en escondernos hasta llegar. Pero aquí estamos, dispuestos a sacaros de aquí, a desmantelar las mentiras de los líderes de los fanáticos.

- Lo entiendo- asiento con la cabeza lentamente, aún desconfío de ellos-. Pero... ¿quiénes sois? ¿Qué os ha traído hasta aquí?

- No creo que esta sea la ocasión- dice tajante Kian.

- Bueno, aún no se ha despertado la chica- dice Jeremy yendo hacia Clare, que sigue en la silla-. Tenemos algo de tiempo. Déjame que me ocupe de ella. Habla tú, Kian.

- Qué remedio- suspira este y comienza a hablar, de espaldas a mí, de cara a la puerta de la sala-. No voy a explayarme, así que hablaré rápido. Nos conocimos al principio del apocalipsis, cuando apenas éramos unos adolescentes. Estábamos solos y, aunque éramos, somos, totalmente lo opuesto el uno del otro, nos complementamos demasiado bien y nos hemos salvado las vidas en más de una ocasión. No voy a dar detalles de las numerosas aventuras que hemos corrido durante todos estos años. Solo diré que no nos hemos quedado en un mismo sitio durante mucho tiempo. Nos hemos dedicado a recorrer el mundo, a explorar, a investigar, a aprender. Como habrás podido observar, la fuerza reside en mí y la inteligencia en Jeremy. Además, él tiene conocimientos sobre casi todo, medicina, química, biología, geología, psicología, lenguajes,... Es todo un prodigio...

- No me des tanta relevancia- dice Jeremy, moviendo a Clare y haciendo que comience a recobrar la consciencia-. Sin ti, estaría muerto por mucho coco que tenga.

- Bueno- dice Kian restándole importancia-. Eso es todo, eso es quienes somos. Dos personas que han  viajado alrededor del mundo, combatiendo todo tipo de situaciones y escapando de obligaciones y políticas, entrevistando a personas de toda raza, filmando la situación del mundo. Para, cuando todo se tranquilice, poder aporta algo de luz a la vida que quede.

- Vale, basta de cháchara- digo con un gesto al ver que Clare se está despertando-. Ya podemos irnos. Confío en que me guiéis hacia la salida de este lugar, o hasta Los Tres Grandes, si es que están aquí.

- No sabemos nada de ellos pero creemos conocer la salida- dice Jeremy y ayuda a Clare a levantarse.

- ¿Qué... qué está pasando?- pregunta, soñolienta, y luego me mira-. ¿Ferb...?

- ¡Maldición!- se queja Kian, mirando a su amigo-. No le ha hecho efecto.

- Da igual- dice este-. Cla... digo, Roxane, somos amigos. Os vamos a conducir a un lugar seguro.

Jeremy me guiña un ojo y asiento con la cabeza. Nos vamos de este sitio maldito.

- Seguidnos- ordena Kian y abre la puerta.

Fuera, solo hay oscuridad.

{RACHEL}

Para mi sorpresa, el camino se hace demasiado corto.

Llegamos a La Tierra de Noé, una gran comunidad situada en Brasil de la cual los fanáticos apenas tienen poder. Ellos mismos se declararon fuera de toda guerra, de todo bando, con el único propósito de cuidar de sus abundantes y numerosos animales, preservar la gran fauna. Solo se han ofrecido a donar parte de los alimentos que cultivan una vez por mes a algún fanático que se pase por sus tierras para comprobar que todo sigue en orden y recibir su compensación por dejarlos en paz. Los Fanáticos los consideran demasiados humildes y débiles, puesto que las únicas armas que usan son lanzas y se dedican en cuerpo y alma a la agricultura.

Una vez allí, no nos ponen pegas en nuestra bienvenida. Nos acogen con las manos abiertas. Según tengo entendido, cualquier ser humano es amigo y los únicos enemigos son los zombis, así que para ellos no representamos ninguna amenaza.

Exijo hablar con el líder del frondoso valle, construido desde cero. Me llevan hasta Raimundo, un anciano al que conozco desde hace años.

- Vaya, Rachel Blair, te creía muerta- me dice el viejo y esboza una gran sonrisa para luego darme un gran abrazo-. ¿A qué debo tu visita?

Conozco a Raimundo desde poco después de convertirme en presidenta. He tenido contacto con todos los líderes y representantes de todas las comunidades que hemos ido hallando en Los Nuevos Estados Unidos. Le explico al hombre nuestra propuesta. Pero, como ya suponía, la respuesta no sería tan buena.

- Sabes que te tengo mucho aprecio, Rachel, y que prefiero verte al mando de todo antes que los que están ahora. Pero no somos guerreros, no puedo dejar morir a mi gente.

- Está bien- suspiro-. No te voy a forzar a que hagas nada que no quieres. Pero al menos déjame hablar con todos, explicarle la situación. Tal vez haya algún voluntario entre la multitud, alguien que tenga tanto odio a los fanáticos que no pueda desaprovechar la situación.

Finalmente, Raimundo me da permiso y tras reunir a la población y dar un pequeño discurso, reunimos a doce voluntarios, algo es algo. Nos marchamos del lugar, camino a los demás puntos de resistencia.

En Las Montañas Rocosas es más fácil, es un grupo grande que estaban alejados de la política y de las relaciones entre comunidades incluso hasta en mi periodo de reinado. Pero todos contiene rabia y odio hacia Los Fanáticos porque mataron a algunos de los suyos y por eso la gran mayoría se nos unen, un total de doscientos cincuenta y cinco personas. Nada mal.

Lo peor sigue después, en New Riverside y New Fontana, dos comunidades cercanas, tan cercanas que con el tiempo casi se han convertido en una sola. Y esta vez hay fanáticos de por medio. Esta vez tenemos que pelear.

Nos dividimos en dos grandes grupos y cada uno invadimos una ciudad. Amenazamos con nuestras armas pero sin disparar a menos que opongan resistencia. Esta vez vamos con cuidado, cuidando toda vida inocente. Pero a los fanáticos... los localizamos a todos ellos y los arrestamos. Ni siquiera los matamos nosotros, ya se ocupan los propios habitantes de ello, que tan hartos estaban de su tiranía. Más de quinientas personas se nos unen sin pestañear. Aquella chica de La Forja tenía razón... estos puntos de resistencia nos han venido muy bien. Ya disponemos de personal, de armas, solo nos queda prepararnos. Organizarnos. Y atacar.

- Vamos hacia allá, Erick Jones- murmura Jack, a mi lado, mirando, esperanzado, hacia el cielo.

- Vamos a por todos ustedes, fanáticos, hasta que no quede ninguno de vosotros en pie- murmuro y miro a mi primo-. ¿Estás preparado?

- ¿Qué crees que diría Mary?- me pregunta con una sonrisa divertida y me río levemente.

- Nací preparada.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora