PELIGRO

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{RACHEL}

- Tengo que hacerlo- le repito a Liam, estresada-. Tengo que luchar al lado de todos.
- No, Rachel. Ese no es tu trabajo. Soy yo quien está al mando del ejército, quien lo comanda, tu misión es estar segura para seguir gobernando y dirigiendo este nuevo mundo- reitera Liam.
- ¡Sé luchar, sé defenderme! ¡Soy buena con la ballesta! He seguido entrenando en el poco tiempo que tengo libre. Sigo en forma. No puedes permitir que no luche por mi pueblo- le digo furiosa.
- Escucha- me dice Liam cogiéndome de las manos para que me calme-. Me da igual que seas la presidenta. Te vas a quedar aquí, a salvo. Porque el pueblo te necesita. Y porque yo también te necesito. ¿De acuerdo?
Liam me mira con unos ojos suplicantes, sabe muy bien de lo que soy capaz.
Miro a Luke, que se encuentra en la puerta abierta de mi despacho, protegiendo la entrada.
- ¿Qué opinas tú?
- Lo siento, Rachel- me dice el rubio-. Pero estoy de acuerdo con Liam. El pueblo te necesita.
Inspiro profundamente y asiento con la cabeza.
- Está bien- suspiro y miro a Liam-. Vete. Vete ya. Defended Yanna. Y más vale que no te maten.
Liam asiente y tras un corto beso sale corriendo. Luke se queda a protegerme, Liam no dejaría a nadie más para ese cargo, confía plenamente en el rubio.
Yo también.

{ABADÓN}

- ¡Estad atentos! ¡Quiero grupos repartidos por toda la isla! ¡Agrupaos tras las barricadas como os he enseñado y preparaos para lo que venga!- nos ordena Liam-. ¡No tardarán!

Peligro.
Se acerca el peligro.
Todos lo notamos en el ambiente.
En este silencioso, lúgubre y extraño ambiente.
Anochece.
La guerra tendrá lugar en la oscuridad.
Nos serviremos únicamente de las luces colocadas estratégicamente para ver bien el campo de batalla.
El pelotón 166 está preparado.
Andrew y Hope, que nunca se separan; el hijo mimado de los Kennedy, Eloy; Blas y Mar, dos buenos amigos; Elias y Annie, los más incompetentes del grupo; y luego estoy yo.
El chico solitario y observador.
Jade y mi hermana completarían la lista pero están desaparecidas, en busca de un padre que nunca ejerció de padre.

Pasan los minutos y la tensión se apodera del lugar.
No hay espacio para charlas ni bromas. Ni siquiera para suspirar.
El peligro está cada vez más cerca y se nota.
No hemos tenido mucho tiempo para prepararnos. Nos ha pillado de imprevisto.
Pero lo superaremos. Juntos.
Como siempre hemos hecho.

- ¡Escuchad!- susurra Andrew.
Estamos a orillas del mar que se extiende alrededor de Yanna.
- Retroceded- ordeno y damos unos pasos hacia atrás.
Afino el oído.
Gorgoteos.
Burbujas en el agua.
Están llegando.
El peligro.
- ¡Enfundad vuestras armas!- ordena Hope apuntando con un fusil.
Miro alrededor.
Hay muchas burbujas.
Es escalofriante.
Gimen bajo el agua.
A medida que avanzan.
A medida que se acercan.
Asoman partes de sus cuerpos.
Algunos sus brazos, otros sus piernas, otros sus cabezas.
Son atraídos por las olas.
A la vez que ellos ponen de su parte para avanzar.
Hasta nosotros.
- A tus órdenes- susurra Blas a mi lado, tragando saliva.
- Esperad- les digo.
- Tenemos que atacar ya- dice Annie, retrocediendo.
- Un momento- repito.
Dejo que vayan saliendo.
Aún no han abandonado el agua.
Están saliendo.
Espero a tener mejor visión.
- No voy a esperar más- dice Elias cargando su escopeta y con el dedo en el gatillo, a punto de disparar.
Hacia el peligro.
- ¡Ahora!

{ZETH}

Han llegado.
Liam ordena el comienzo del enfrentamiento.
Disparamos a diestro y siniestro.
Pero hay algo que no nos esperábamos.
No son zombies normales.
Tampoco corredores.
Son...
Son aquellos seres que vimos en aquel lugar... aquellos que trepaban... aquellos que estaban dirigidos por una musa.
Demasiado rápidos.
Demasiado ágiles.
- ¡Retroceded!- grita Liam.

Observo a Kat apuñalando con gran velocidad a todo trepador que se cruza por su camino.
Uno salta sobre ella mientras esta ataca a otro.
Mis alertas se disparan.
Disparo involuntariamente. Guiado por mi amor hacia ella.
Mi puntería no falla y el trepador cae a su lado. Kat no tiene tiempo de agradecérmelo ni con una sonrisa.
Vienen más y vienen a gran velocidad.
En pocos segundos se desata el caos.

{KAT}

Todos corren.
Alejándose de estos monstruos.
De estos enfermos.
Hemos conseguido matar a un buen puñado pero no paran de llegar.
De todas partes.
Hemos retrocedido.
Hemos perdido terreno.
Hemos perdido la ventaja que nos daban las luces.
Ahora ellos están ganando.
Tienen la oscuridad de su lado.

Me pierdo en la espesura de la noche.
He acabado en un pequeño claro rodeado de árboles nevados.
Un pequeño bosque.
Se escuchan gritos a lo lejos.
El peligro está en todas partes.
Intento no hacer ruido.
Retrocedo con el machete en alto.
Intento afinar mi oído pero solo escucho caos.
Gritos, dolor, gemidos, terror.
Peligro.

Tropiezo contra algo y me giro rápidamente para atacar.
Un brazo fuerte me coge por la muñeca justo cuando iba a cortarle el cuello.
- Tranquila, soy yo- me dice la voz de Ed.
Entrecierro los ojos y, a la luz de la luna, logro distinguir su rostro.
Mi visión se va adaptando a la oscuridad.
Es entonces cuando advierto algo detrás de él.
- ¡Cuidado!- le grito a Ed.
El Kennedy menor se gira y se defiende.

Mi mente procesa la información a toda velocidad.
Un trepador.
Ed Kennedy.
Un enfermo.
Un humano.
O no.
Son lo mismo.
Lo serán.
Distingo cómo el trepador atrapa fuertemente el brazo derecho de Ed con sus desgarradores dientes.
Estamos perdidos.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora