HÍBRIDOS

1.1K 119 4
                                    

{JACK}

- Tú...- murmuro, aún incrédulo.
- Jack...- murmura con una voz ronca.
- Me... me abandonaste. Me dejaste solo. Me traicionaste. Eras... eras mi mejor amigo, mi mejor aliado... Confiaba en ti- las palabras me salen solas.
Kendrick me lanza una mirada triste.
Sigue igual que como lo recuerdo.
Después de tantos años...
Ya lo daba por perdido.
Jamás pensé que duraría tanto.
Lo único que veo diferente es... su inteligencia. Sigue estando pálido, su cara sigue igual de magullada, recuerdos de aquel fatídico día hace años que se enfrentó contra mí y salió perdiendo... Pero su habla ha mejorado, y sus movimientos...
- Lo siento. Cuando os atacaron me asusté y salí corriendo. Mi instinto de supervivencia solo quiso que saliera pitando, sobrevivir, alejarme del peligro- me explica este-. Pero en todo este tiempo... nunca te he olvidado. Al fin y al cabo eres mi creador... Y el de muchos más...
- ¿A qué te refieres?- le pregunto ladeando la cabeza.
- Sígueme y te lo mostraré- me sonríe inocente.
- ¿Qué pretendes?- le pregunto desconfiado.
- Ven y verás lo que he... hemos construido- me pide-. Puedes confiar en mí. Si fuera a hacerte daño, lo sabrías. Al fin y al cabo, sigo estando a tus órdenes
- Si eso es verdad, dime qué es lo que tienes que enseñarme- le ordeno.
- Nuestro ejército- me contesta y comienza a caminar.
Lo sigo a una distancia prudente, sigo sin fiarme de él.
Que haya aparecido tan de repente después de tantos años...
- ¿Cómo es qué me has encontrado?- le pregunto a K.
- Nos hemos encontrado- me corrige-. ¿O acaso no sentiste mi presencia?
Asiento con la cabeza, en silencio.
Corría persiguiendo algo, impulsado por un instinto que desconozco.
Era él.
Estaba siendo impulsado por mi creación.
Por Kendrick, un ser mitad humano, mitad zombie, producto de mi mordida.

- Ya hemos llegado- me dice ante un castillo medieval bien conservado a pesar de su evidente edad.
Kendrick llama a las puertas y se acerca para murmurar algo que no consigo escuchar.
El gran portón se abre, dejando ver a una joven morena, pero no es una persona cualquiera. Tiene los ojos demasiado blancos, la piel magullada, demacrada...
Es... es igual que Kendrick.
- Él es Jack- me presenta Kendrick-. Ella es Rosaline.
La chica, asombrada al verme, corre hacia mí y se lanza a mis brazos.
Me abraza temblorosa y yo la aparto, confundido.
- ¿Qué está pasando aquí?- pregunto.
- Pa... padre...- murmura Rosaline-. Llevaba tanto tiempo esperando esto...
Miro a K, esperando respuestas.
- Pasa, te lo explicaré todo- me dice este y, confuso, entro en el gran castillo.

Para mi asombro, me encuentro con una pequeña comunidad en el interior.
Personas que se mueven de un lado a otro, que intentan rehacer su vida en este mundo enfermo.
Pero no, no son personas.
Si observo detenidamente sus facciones me doy cuenta de la realidad.
Son híbridos, más y más híbridos.
Todos se quedan mirándome asombrados a mi paso.
Oigo murmuros, exclamaciones.
Me viene un flashback a la mente, de cuando llegué a la comunidad donde vivían Crystal y Kendrick, todos me miraban de la misma manera, pero porque sabían que era inmune y podría ser la cura. Ahora me miran por otro motivo, soy... el padre de todos ellos.

Llegamos a una pequeña sala, Rosaline nos cierra las puertas y me deja a solas con Kendrick.
Todo esto ha pasado tan rápido que apenas me acuerdo de mis amigos jinetes, estaban en peligro y los abandoné... espero que logren controlar la situación sin que resulten heridos, no podría perdonarmelo...

- Tendrás muchas preguntas...- me dice K.
- Bastantes- le digo sincero-. ¿Quién ha creado a todos ellos? No he podido ser yo...
- Has sido tú... en parte.
- ¿Qué quieres decir?
- Conseguí tu sangre, en Mercury. ¿Recuerdas nuestro sueño de crear una raza entre los humanos y los zombis, una raza que pudiera convivir en paz con ambos mundos, más personas como yo?- me pregunta y asiento con la cabeza-. Después de varios experimentos di con la clave. Tu sangre no curaba el mordisco de un zombi normal. Pero sí que hacía efecto con el mordisco de un híbrido como yo. Mi mordisco a solas no hace ningún efecto. Tengo el virus pero no lo contagio, a menos que el sujeto tenga tu sangre en su cuerpo.
- Vaya- digo asombrado-. No te reconozco. La última vez que te vi eras algo...
- Tonto- admite él-. Y me costó aprender. Hubo un tiempo, cuando me alejé de ti, en el que era más zombi que humano, mi mente se deterioraba cada vez más pero no dejé que me pasara eso y me esforcé por sacar adelante mi lado humano. No he parado. Soy más humano de lo que fui en mi anterior vida.
- Entonces... es viable...- opino.
- Sí- asiente él, con una sonrisa-. Con esfuerzo y dedicación, y con tu ayuda, podríamos aumentar esta raza, la que, al fin y al cabo, sobrevivirá al apocalipsis.
- ¿Cuántos sois?- le pregunto, interesado.
- Unas treinta y dos personas. No teníamos más sueros con tu sangre. Hace años que no creamos más híbridos. Hasta ahora. Con tu llegada, se nos abre un nuevo mundo de posibilidades. Además, habrás escuchado de estas nuevas amenazas que habitan la tierra. ¿Qué mejor modo de contribuir a la supervivencia? Sabes tan bien como yo que esta raza es la única que quedará. Crearemos un ejército de híbridos en el cual tú serás el líder y yo tu mejor aliado. Nosotros dos, al frente de todo, como en los viejos tiempos. ¿Qué me dices?
Kendrick me tiende una mano, a modo de propuesta.
Aún no lo he asimilado del todo.
Un ejército.
Híbridos.
Una raza entre ambos mundos.
La salvación.
No parece tan descabellado.
Una nueva visión de futuro.
Una nueva esperanza.
Tal vez el destino me haya conducido hasta aquí.
Buscando mi lugar en el mundo, intentando encontrarme a mí mismo.
Un híbrido, como el resto de ellos.
El padre de todos.
Un Dios.

Sonrío esperanzado y le aprieto la mano a Kendrick.
Sellamos un acuerdo.
- Trato hecho.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora