TOPO

905 89 8
                                    

{ANDREW}

Una pisada.
Una pisada de un pie gigante hace retumbar el suelo.
Las sombras de los titanes oscurecen nuestra visión.
Todo se vuelve confuso, el terror nos paraliza y nos movemos por instinto después de la primera muerte.
Avanzo a ciegas, solo sigo los pasos de los demás.
Incapaz de mirar a mi alrededor, me tiemblan las piernas, me vienen recuerdos de cuando estaba paralítico y casi caigo.
Pero sigo, sigo a duras penas.
Sangre.
Un cuerpo aplastado, reducido a un montón de sangre.
- ¡Vamos! ¡Andrew!- me grita Kevin.
Estoy paralizado, todos se han ido, han desaparecido.
Lo veo todo nublado.
No puedo moverme.
El suelo tiembla.
Y alguien me empuja.
Un fuerte sonido me hace estremecer.
Y de repente, la calma.
No se oye nada.
Todo está a oscuras.
No sé que está pasando.
Empiezo a hiperventilar.
Mis piernas ceden ante la situación.
Caigo y todo se desvanece.

{ABADÓN}

- No estoy del todo convencido- le digo a Elisa, tumbada a mi lado, en la cama-. Pero te ayudaré. Eso sí, ni mataré a nadie a no ser que tenga que hacerlo. Y mi hermana se queda aparte, sea híbrida o no, si alguien tiene que matarla, ese seré yo.
- Está bien, acepto tus condiciones- me dice esta mientras le doy la última calada al cigarro que me estaba fumando.
Le sonrío dulcemente a la chica pelirroja y la beso en los labios.
Llevo dos semanas metido en este sitio y no sé ni cómo ni por qué pero he acabado apoyando a Elisa, he visto su potencial, he visto su sufrimiento, me he puesto en su lugar y he entendido su cometido. Y, para ser sincero, me he enamorado locamente de ella.

Camino distraído por la ciudad. Me tienen vigilado, lo sé, así que actúo con normalidad. Como tengo a Elisa de mi parte, me han dejado salir a respirar el aire pero sé que no me van a quitar los ojos de encima. A pesar de apoyarla, no me encuentro cómodo con todo esto.
Tienen toda la ciudad vigilada y solo salen a montar guardia cuando ven algo sospechoso, como nuestra llegada.

Una voz me distrae de mis pensamientos mientras camino por los límites de la ciudad.
- Shhh- alguien me llama-. Acércate como si siguieras con tu paseo, no hagas nada raro, no mires hacia aquí, no muevas la boca.
Es una voz de mujer.
Me suena.
Me acerco al sonido de su voz, con el corazón en un puño, observando a las flores de mi alrededor, las amapolas rojas que empiezan a crecer.
- Podemos sacarte de aquí- me dice y entonces caigo.
Sé de quien es la voz.
Me agacho para quitar los hierbajos, escondiendo mi boca de las cámaras.
- Zeta- murmuro-. ¿Qué haces aquí?
- Os hemos seguido. Podemos sacarte de aquí, y luego ayudaremos a tus amigos- me dice la jinete del apocalipsis.
Supongo que habrá venido con Zero y Zombi por orden de Rachel.
- No quiero irme. Estoy bien aquí.
- Dime entonces, ¿qué es todo esto?- me pregunta-. Porque que yo sepa está plagado de cámaras, por esta parte no hay micros pero quién sabe. No parece nada seguro estar aquí.
- Voy a quedarme aquí- le repito-. No voy a irme así que marchaos y no volváis a aparecer. Estamos bien, mis amigos y yo- susurro arrancando una hierba mala.
- Podemos ayudaros- me repite.
Y entonces algo hace clic en mi cabeza.
Había perdido la esperanza de escapar de aquí, de Lancaster. Y ahora tengo una oportunidad.
Pero es tarde, no quiero irme, no quiero alejarme de Elisa. Pero aún puedo hacer algo, puedo salvar a mi hermana. Si es una híbrido tendré que matarla y sino, lo hará ella.
Y Alex siempre será mi prioridad.
- Vale, quiero que vayáis hasta California- susurro-. La Cruzada, allí se encuentran Jack y mi hermana, en un castillo de tipo medieval. Voy a contarte todo lo que esta gente sabe y pretende. Seré vuestro topo. No voy a permitir que maten a mi hermana. Y tampoco a Jack.

{ANDREW}

Abro los ojos tras unos pesados parpadeos.
Mi vista y mi oído se van aclarando.
Empiezo a sentirme vivo de nuevo.
- ¡Andrew!- me abraza Hope-. Menos mal.
La miro, miro a mi chica, confuso.
Y entonces lo recuerdo.
- ¿Quién... a quién aplastó aquel gigante?- le pregunto horrorizado.
Hope parece apenada.
- Mario, Kevin e Ian están bien. Los otros dos soldados... A uno lo aplastó el titán y el otro... murió salvándote. Te empujó para que entraras en el búnker y gracias a él sigues vivo...- me dice mordiéndose el labio inferior.
- Entonces... Me quedé paralizado...- le digo mirándola con los ojos llorosos-. Murió por mi culpa. Justo cuando empezaron a bombardear...
- Las explosiones casi nos alcanzan, no murió por tu culpa, fue todo un héroe- intenta consolarme Hope.
Voy a rebatirle pero alguien pronuncia mi nombre.
Una voz desconocida y a la vez tan familiar.
- Andrew- repite mientras alzo la cabeza hacia ella-. ¿Estás bien?
Es ella.
Mi madre.
Mary.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora