EL COMIENZO DE LA TERCERA RAZA

1.1K 107 2
                                    

{KENDRICK}

- Adelante, acomódate.
Le indico a la humana que se siente en un sillón justo frente al mío.
Observo como la humana mira, nerviosa, hacia todos lados de la refinada habitación.
Sin quererlo, mi vista se topa con una vena de su cuello, que palpita estrepitosamente.

Me quedo unos segundos distraído, observando a la nada, con una sensación de hambre en el estómago, con una extraña necesidad de atacar, de volverme loco hacia la presa.
Niego con la cabeza, despertándome de mi pequeño trance.
He luchado mucho para dormir a mi parte asesina, no puedo dejar que despierte y haga una locura innecesaria.
A todos los nuevos habitantes de esta fortaleza, a todos los híbridos que he ido recolectando por el transcurso de mi viaje, los he instruido para aparentar ser solo humanos ante los demás, aunque en la intimidad nos sirvamos carne cruda y sangre, es lo único que nos alimenta.
Y debemos seguir así, dejando dormida nuestra parte monstruosa.

El plan de Jack ha dado sus frutos, ya están empezando a llegar.
Ella es Clarice. Una humana dispuesta a cambiar su vida. Para siempre.
- Bueno- digo rompiendo el silencio y haciendo que la mujer cuarentona se fije en mí-. Te voy a hacer una especie de entrevista, nada serio.
- Entiendo- asiente Clarice con la cabeza.
- ¿Qué te ha traído hasta aquí? ¿Cuál es tu historia?
La mujer mira hacia los lados, insegura.
- Tranquila, puedes confiar en mí. Aquí todos confiamos los unos en los otros, no tenemos secretos, somos un libro abierto. Puedes llorar, puedes gritar, no te juzgaremos. En esta comunidad no hay espacio para juzgar a nadie- le explico.
La mujer asiente levemente y me mira a los ojos, adoptando una expresión seria.
- Tendría algo más de veinte años cuando todo empezó. Desde entonces nunca tuve un hogar fijo. Perdí a mi novia al inicio de todo. Volví a enamorarme de otra mujer en unos años. Conocí a personas que se convirtieron en parte de mí, de mi nueva familia. Podría decir que fue lo único bueno de todo esto. Pero no. Fue lo peor. Encariñarse con las personas para luego ir perdiéndolas poco a poco. Hasta que me quedé sola y decidí no volver a unirme a nadie más, desde entonces ando en solitario.
- Aquí somos todos una piña- le aclaro.
- Sí, lo sé. Me he hartado de estar sola. Quiero formar parte de algo. De algo grande. De algo distinto- dice aclarándose una lagrimilla-. Y esta nueva raza... Ya no hay opción en este mundo para mí, no como humana.
- Entonces... ¿Estás completamente segura de esto?- le pregunto mirándola a los ojos.
La chica asiente firmemente con la cabeza.
- Me alegro- le sonrío-. No te arrepentirás. ¿Quieres algo de tiempo o prefieres empezar ya?
- Ahora- declara.
Asiento con la cabeza y me levanto para ir a por unas pastillas.
Se las entrego.
- Tómatelas.
- ¿Qué son?- me pregunta con los ojos entrecerrados, más curiosa que aterrada.
- Tú solo tómatelas. Te harán dormir y cuando despiertes, serás una de nosotros- le sonrío dulcemente.
La chica asiente y no se lo piensa.
No tarde en comenzar a dormirse.
No tarde en comenzar a morir.

{JACK}

- Nunca me acostumbraré a esto- le digo a K tras morder a Clarice en una muñeca-. ¿Crees que funcionará? ¿Y si ya no funciona?
- Entonces la habremos matado para nada- dice K.
- ¿Cuanto crees que tardará?- le pregunto.
- Suele ser rápido- se encoge de hombros y notamos como la mujer empieza a moverse.
Clarice abre los ojos de nuevo.
Empieza a gruñir.
A gemir.
- Al principio es normal- dice K, comprobando que las esposas que atan a Clarice están bien sujetas-. La dejaremos un par de días en una celda. Para que su mente se vaya aclarando. Luego estaremos reformándola durante un mes, para que su lado equivocado no la domine.
Asiento con la cabeza, con una sonrisa de satisfacción.
Lo estamos haciendo.
Lo que siempre quisimos.
Aumentar una tercera raza.
La raza de los híbridos.

K mira fijamente a Clarice, que se remueve inquieta en el sillón al que está atado. No parece prestar atención a K, hasta que este da un pisotón en el suelo y la híbrida se gira hacia el ruido, hacia él.
Entonces Kendrick le sonríe mostrándole todos sus dientes, enormemente satisfecho.
- Bienvenida, Clarice- le dice-. Ahora eres una de nosotros.

{ALEX}

- Yuma, Jade- los llamo.
Ambos estaban patrullando los alrededores del bosque y buscando algo de comida.
- ¿Has encontrado algo?- me pregunta Yuma.
- Por favor, dime que sí. Llevamos ya un tiempo rondando y no hemos encontrado nada, ni siquiera caminantes. Esto es muy aburrido- se queja Jade.
- No lo he escuchado bien pero creo... ¡Shh!- los mando a callar y subo la radio.
"...Sur... California... Castillo... Nuevo comienzo... Sobrevivir... Comunidad... Bendecidos... Raza... Muertos... Vivos..."
- ¡Mierda!- suspiro dejando la radio-. No se escucha muy bien pero creo que todos estamos de acuerdo en que se trata de una comunidad. Una en un castillo, de la cual nunca hemos oído hablar.
- Bueno, es algo por donde empezar- dice Yuma, pensativo.
- ¿Crees que encontraremos a tu padre sin ni siquiera tener una dirección exacta?- me pregunta Jade-. El sur de California es bastante grande y es una zona muy infectada. Yo no me arriesgaría.
- Si te soy sincera, no creo ni que mi padre siga en el país- le digo-. Pero es lo único que tenemos. Es lo único que hemos escuchado en la radio que esté en nuestro idioma.
- Está bien- suspira Jade-. Pero necesitaremos provisiones. Muchas. Y más armas. Tenemos que prepararnos. No sabemos a lo que nos vamos a enfrentar. Y probablemente alguno de nosotros no salgamos vivos de esta.
- Eso no pasará- le aseguro-. Porque hacemos un buen equipo juntos.
- Basta de cháchara- dice Yuma-. Pongámonos en marcha.
Asiento con la cabeza.
Tengo el presentimiento de que vamos en dirección correcta.
Y cada vez que me acerco tengo más miedo.
Más miedo de mi propósito: matar a mi propio padre y culpar al amor de mi vida.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaWhere stories live. Discover now