LIMPIEZA

931 93 6
                                    

{KAT}

- Tranquilo- le susurro a un Zeth inconsciente, acariciándole una mano-. Todo ha salido bien. Sigues siendo inmortal a pesar de todo.
- Mamá...- murmura Hope, agarrada a la otra mano de Zeth.
- Sí, lo sé, sólo era una broma- suspiro-. Se acabó ese mote.
Zeth se encuentra tumbado en una camilla, rodeado de aparatos de enfermería que lo mantienen vivo a duras penas.
Los médicos nos han asegurado que se pondrá bien pero no es nada seguro todavía. Había acabado con muy mal estado pero vivo al fin y al cabo, con solo señales de quemaduras y golpes al ser arrastrado por la explosión.
Ha tenido suerte, todos lo dicen.
Pero más que tenerla él, la he tenido yo. Yo he sido la afortunada esta vez, yo he sido la que ha tenido la suerte de no perder la cordura.

{ED}

- ¿Cómo te encuentras?- me pregunta alguien.
Alzo la vista hacia la cancela de mi pequeña prisión. Un guardia rubio, Luke, es Luke.
- ¿Crees que no sé que van a hacerme?- le digo mirándolo seriamente a los ojos-. Me matarán o me tendrán aquí preso durante toda mi vida. ¿Y todo por qué? ¡Por mi estúpido brazo!- grito moviendo mi brazo robótico-. ¡No lo pedí! ¡Yo no quería esto! ¡Me lo implantaron! ¡Yo no soy así! ¡Es esta cosa la que actúa por mí! Yo solo... solo necesito a Miguel...
- Ed...- me dice Luke, con expresión apenada-. Ed... Habrá un juicio pero haré lo posible por que no te condenen ni a prisión ni a muerte. Como mucho te exiliarán. Puedes estar tranquilo. Pero... ha surgido un problema...
Aguardo en silencio, esperándome lo peor.
- Tu hermano...- Luke hace una pausa pero no oigo lo que dice a continuación.
Porque ya lo sé.
Él dijo que volvería.
Miguel...
Es mi único ancla.
Sin él...
Mi brazo robótico acabará consumiéndome.
Él... tenía que venir a salvarme.

{RACHEL}

- Rachel, tenemos que hablar.
Me giro hacia Liam, dejando lo que estaba haciendo.
- ¿No ves que estoy ocupada?- le digo de brazos cruzados.
- Eres la presidenta de los Nuevos Estados Unidos, no se supone que debas estar haciendo limpieza, para eso ya están los demás.
- Me estás dando mucho asco ahora mismo- le digo mirándolo mal-. No quiero ser una de esas líderes que solo saben mandar o tocarse sus partes mientras los demás lo hacen todo. No. Soy igual que ellos. Soy humana. Nadie es inferior ni superior, y por tanto, tengo el mismo derecho de estar limpiando Yanna de los muertos.
Liam cierra los ojos y suspira, sabe que tengo razón.
- Está bien- asiente con la cabeza-. Perdón. Solo... quiero hablar contigo.
- ¿Sobre qué?
- Sobre lo que acaba de pasar. Vale que estés ayudando aquí pero cuando había peligro... Te metiste de lleno en la matanza. Pudiste haber salido herida. No... no funciono bien cuando estás en peligro. Me enfoco más en que estés a salvo que en nuestro verdadero objetivo. Porque, Rachel, sobre todo lo demás, tú eres mi principal objetivo. Siempre lo has sido. Y tengo miedo, mucho miedo de perderte...
Sonrío, sonrío irremediablemente ante la lágrima que se le escapa a Liam.
- Eres muy dulce, ¿lo sabías?- le digo secánde la lágrima de su rostro con mis dedos-. El que más. Y me halagas que quieras que esté bien. Pero yo no puedo permitirme que los demás mueran sin yo hacer nada. Lo siento. Ya deberías de saber que siempre voy a actuar allá donde esté el peligro y pueda servir de ayuda. Yo soy así. Me puede la empatía- le sonrío levemente-. Así que ahora que ya ha pasado todo y no hay peligro, vuelve a casa, te noto muy cansado. Volveré pronto, te lo prometo.
Liam asiente, inseguro, y me da un corto beso antes de dar media vuelta y desaparecer.
Acto seguido, miro alrededor, a todo el trabajo que nos queda.
Muertos y muertos por doquier.
Zombis y humanos.
Todos los caídos.
Es hora de limpiar Yanna del desastre y pasar página.
Esto solo es el comienzo, el comienzo de la verdadera guerra

{ASHER}

- Hemos ganado- sonrío ampliamente.
- ¿Estás loco? ¡Hemos perdido!- se queja Mia-. Han matado a otra de nuestras reinas. Primero la rubia, luego la pelirroja y ahora la morena. Ya solo nos quedan tres.
- Mia, sabíamos que pasaría- dice Xavier, paseándose por la oscura sala, solo iluminada por luces de color violeta-. Existía la posibilidad. A lo que Asher se refiere es a la gran cantidad de muertes que hemos causado, la enorme cantidad de limpieza que estamos provocando. Hemos reducido casi a la mitad la población de Yanna.
- ¡Pero no tenemos más material para fabricar nuevas armas!- sigue quejándose Mia.
- No, pero aún nos quedan muchos mutantes. Y tenemos discípulos repartidos por todo el mundo- respondo mirándome las uñas, sentado sobre un gran trono, incómodo pero elegante.
- Ya pero son muy fuertes. E inteligentes. Se están dando cuenta de que ocurre algo. Es cuestión de tiempo que acaben descubriéndonos. Somos las personas más perspicaces y astutas del universo por lo que a mí respecta pero solo somos tres mentes prodigiosas. Tres contra el mundo- insiste Mia.
- Es normal tener miedo- dice Xavier-. Pero no nosotros. No Los Tres Grandes.
- Si nos descubren, armaremos el Gran Alboroto- sonrío, deseoso de que llegue el momento-. Y, pase lo que pase, contamos con algo que ellos no tienen. Que ellos no se esperan. Un as bajo la manga. El Ataque Supremo. Algo que no se esperará nadie, algo que acabará con el mundo tal y como lo conocemos. Mia, Xavier, no hay nada de lo que preocuparse. Prácticamente, hemos ganado.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaWhere stories live. Discover now